The Winery Dogs

Hot Streak

Lunes, 05 de Octubre de 2015

2015. Loud & Proud

Hay que mirar dos veces la portada de este disco para cerciorarse que se trata del nuevo álbum de The Winery Dogs, y no de uno solista de Richie Kotzen. Quizás el hecho de que el baterista Mike Portnoy haya estado tan involucrado en el disco debut de Metal Allegiance, al mismo tiempo que se grababa este LP, limitó su aporte a la composición de los temas, que están marcadamente comandados por las influencias de Kotzen, algo que a los seguidores del guitarrista no molestará para nada, pero que en definitiva hacen que el álbum quede algo desbalanceado y un peldaño por debajo en relación a su magnífico debut.

De todas maneras, predominan las buenas canciones, y lo mejor está al comienzo, con esa expresiva y zigzagueante ‘Oblivion’ que recuerda mucho las intrincadas secciones rítmicas de Mr. Big, con el centelleante bajo de Billy Sheehan acoplado a la perfección con el doble bombo de Portnoy.

La canción que le da nombre al disco tiene la herencia funk que tanto le gusta a Kotzen, un estilo que ha desarrollado durante toda su carrera y donde Sheehan se disfraza de Glenn Hughes con su bajo para darle una onda simplemente infecciosa. ‘How Long’ sigue por los mismos derroteros agregando algo de blues para convertirse en otra de las canciones destacadas de la placa. ‘Fire’ es una balada llena de buen gusto, fina y delicadamente armonizada, donde la voz de Kotzen recuerda mucho a la de Chris Cornell, en otro momento de alcurnia del álbum.

‘Ghost Town’ resalta también gracias a una deliciosa interpretación de Billy Sheehan, que con su bajo conduce al tema con toda la maestría que siempre lo ha puesto como uno de los mejores de la historia. ‘War Machine’ suena robusta y consistente, en uno de los pocos momentos de hard rock purista del disco, en cambio en ‘Spiral’ el power trío lleva las cosas mucho más lejos y el tema recuerda bastante a Incubus. En ‘Devil You Know’ los fanáticos de Kotzen encontrarán un extenso y brillante solo lleno de magia y elegantes sutilezas. Lamentablemente ‘Think It Over’ queda bastante fuera de contexto, ya que es un tema idóneo para un disco de Lenny Kravitz, pero por suerte para cerrar llega la extensa ‘The Lamp’, donde nuevamente Kotzen clava un solo espectacular.

“Hot Streak” es un disco claramente con un resabio funky mucho mayor que el debut, lo que puede decepcionar al que busca aquí un disco de hard rock al uso, pero si se le da el tiempo necesario y se le presta la atención requerida, puede terminar siendo toda una experiencia auditiva, coronada además por una producción de sonido honesta y real, de esas que escasean hoy en día.

Cristián Pavez