Fiona Apple

Fetch the Bolt Cutters

Martes, 12 de Mayo de 2020

2020. Epic

"Me cambié aquí en el 2000, y siempre sentí como si esta casa no quisiera que me fuera a ningún otro lugar. Así que fue como, 'ok casa, te voy a dar lo que quieres. Sé que mereces ser el disco. Voy a convertirte en el disco'". En estas declaraciones a Vulture, Fiona Apple da a entender varias cosas. Primero, lo más lógico, que “Fetch the Bolt Cutters” es un álbum casero. Segundo, que esa decisión no es nada trivial, el asunto no fue simplemente un ejercicio DIY, sino que hay historias que comunicar con esta elección. Y tercero, lo que había que comunicar no fue a través de las letras, o de ciertas decisiones de producción: Apple usó su casa como la fuente de todos los sonidos protagónicos del disco. Se trató de un acto musical total, la comunicación del mensaje se hace a través de todos los canales posibles.

Desde los primeros segundos de ‘I Want You to Love Me’, donde las percusiones electrónicas medio atolondradas del Casio, el hermoso piano y la furiosa voz de Apple que se disputan el protagonismo, el álbum nos obliga a dejar lo que estamos haciendo y escuchar atentamente. “Fetch the Bolt Cutters” tiene un ímpetu vanguardista y propositivo, está lleno de sonidos poco convencionales, pero todo ese impulso se equilibra con una valerosa vocación pop. De alguna forma, la cantautora se las arregla para que todo cuaje dentro de un sistema mayor, y pueda hacer sentido a la mayor cantidad de gente posible. Ahí radica la hermosura de su quinto álbum, cuyo nombre surge de una frase de Gillian Anderson en la excelente serie policial británica “The Fall”. Todo relacionado con femicidios, torturas y oscuras temáticas, suficiente inspiración para canalizar a una Fiona furiosa, irónica y que a veces nos da la sensación de que está a punto de perder los estribos. Su trabajo vocal dialoga de forma excelente con la lógica rústica y sorpresiva del carril instrumental del disco: "paré de intentar ser una cantante, me divierto con mi voz, pero no trato de cantar bonito todo el tiempo, no estoy tratando de convencer a nadie de que soy una cantante. Finalmente se convirtió en otro instrumento". Para más detalles, revisar la facilidad con que pasa desde la dulzura a una intimidante furia en la increíble ‘Cosmonauts’.

Por supuesto, lo más llamativo es la casa. Las canciones de “Fetch the Bolt Cutters” son increíblemente entretenidas de oír, y esto se debe especialmente a la presencia de elementos caseros bien poco convencionales, que le dan un sentido rítmico único al disco. Cánticos alrededor de la casa hechos por Apple y el resto de los músicos, ladridos, percusiones sobre pocillos envueltos en goma, tarros de aceite rellenos con basura, e incluso los huesos de su difunta perra Janet. Este foco rítmico también guarda conexión con algunos de los rituales que Fiona tenía de niña para responder a su trastorno obsesivo compulsivo, como pisar hojas, contar sus respiraciones, o dar 88 vueltas en patines alrededor de la mesa. Las percusiones múltiples y variadas de ‘Heavy Balloon’ son solo el punto cúlmine de un álbum cuya base es el ritmo en todo momento.

La ansiedad sobre el disco no era menor. Esta vez todas las decisiones musicales estuvieron bajo su control, el tono personal es muy notorio y los estados de ánimo de cada canción son increíblemente transparentes. “Fetch the Bolt Cutters” es una apertura total del alma y el corazón de alguien que desde niña ha tenido que lidiar con trastornos psicológicos de diversa índole por lo que, claramente, los riesgos tomados no fueron pocos, fue una apuesta al todo o nada.

“Fetch the Bolt Cutters” es una obra maestra porque logra transmitirnos los sentimientos su creadora de forma tan vívida como muy pocas veces lo logra la música grabada. Fiona Apple, y su casa, logran traspasarnos la rabia, la confusión, las ganas de jugar, de acogernos y a veces de echarnos a patadas del lugar. Por supuesto, el timing hizo lo suyo, y hoy nos hace más sentido que nunca un disco donde la protagonista es una casa. ¿Qué dirían nuestros hogares por estos días si alguien los obligara a confesar de esta forma?

Felipe Godoy Ossa