The Strokes

Room on Fire

Jueves, 30 de Octubre de 2003

2003. BMG

Desde que irrumpieron en el año 2001 con su disco “Is this it?”, The Strokes logró algo que, hasta el momento de la aparición de ’Last Nite’, su primer single, era impensable: redefinir lo que sería la escena del Rock en los próximos años, dando paso a un movimiento conocido como el “Garage Rock Revival”. Nadie pone en duda la calidad de este quinteto newyorkino, ni las marcadas influencias presentes en sus composiciones -la mayoría del Rock setentero-; prueba de eso es que con su disco debut lograron alcanzar rápidamente la fama a escala mundial y que, luego de dos años de este tremendo golpe a los oídos, lanzan su segundo hijo: “Rooms on Fire”.

¿Y qué tiene de especial este disco? Pues, en comparación con su aclamado debut, mucho. No tanto por la variación ni algún cambio externo que pueda tener esta banda, sino en el tratamiento de la composición de sus temas. Eso sí, no abandonan ese estilo que los hizo conocidos, lo que sería renegarse a ellos mismos, pero sí apostaron por un disco mucho más maduro, más melódico y más depurado en lo que a sonido se refiere.

Ya desde el primer tema, ’What Ever Happened?’, es posible vislumbrar ciertos atisbos de lo que es esto titulado “Habitaciones en Fuego”. De hecho, la tónica del disco radica precisamente en esto, en que a pesar de continuar con su estilo, que de paso impusieron a toda una nueva generación de rock alternativo, son capaces de innovar y continuar recreando estos paisajes de simplicidad como ningún otro. Otro punto a destacar es que continúan con esa energía que les caracterizó en su álbum debut, impresa por la calidad vocal de Julian Casablancas, quien sigue escupiendo letras con su característica voz, la que imprime toda la fuerza que auto-define a los Strokes.

Asimismo, no dejan a títere con cabeza en la canción ’Automatic Stop’, donde dejan paso a la innovación, a jugar un poco con lo electrónico, pero siempre enmarcado en la simpleza de sus melodías. Recrean, perfectamente, el ambiente de una vieja canción de videojuegos de los años 80. El primer single, ’12:51’, es una prueba de que se reservan lo mejor para el que escuche el disco completo, pues es justo el tema donde mantienen el “toque” que los caracteriza y que los hizo famosos. Sin embargo, aparecen ciertos matices de lo que quisieron plasmar con sus guitarras, manteniendo al bajo y a la batería como soporte rítmico de sus temas.

Queda claro que en este disco, The Strokes, buscan jugar un poco más con la innovación de su sonido, que muchos catalogaron como “simple”, abandonando todo el aparataje que, en el momento de su aparición, tenían los grupos de rock, en especial el alicaído movimiento del nü metal. Pues de eso mismo trata todo el álbum. Por una parte, dejar en claro que son fieles a ellos mismos, y por otra, que son capaces de mejorar y llevar más allá sus propias composiciones, como con los temas ’You Talk Way Too Much’ y ’Between Love And Hate’, claros ejemplos de lo que son capaces de hacer con sus mismas creaciones, manteniendo y variando su propia melodía.

Especial mención merece ’Under Control’, pues sin duda es el tema que marca todo el toque melancólico del largaduración, y que marca también al baterista Fabrizio Moretti, como el gran soporte de esta creación. Además, la canción lleva al subconsciente a viajar por Cadillacs y Fords de los sesenta, por aquellas villas que salen en películas en que las imágenes muestran a señoras arreglando jardines y niños vendiendo limonada.

Hablar más del disco sería perderse esos pequeños, pero necesarios toques que The Strokes imprimió a la hora de crear este segundo álbum, en el que mantienen esa fuerza y simplicidad que los llevó a ser conocidos a escala mundial (aparte de convertirse en precursores de todo un movimiento musical como el “Garage Rock Revival” -NEW AMERICANA-)... Todo esto lo mezclan con nuevos aires, nuevas formas que mejoran y los ponen delante de sus contemporáneos.

Felipe Kraljevich