Tom Waits

2011. ANTI-

Cuando el año 2004 Tom Waits editó su álbum “Real Gone”, algunas voces de alarma se elevaron creyendo que el genio de Pomona, se traía entre manos un eventual retiro y punto final para su carrera. Tras un período de silencio, retrospectivas editadas y un papel de antología en la película de Terry Gilliam, “El Imaginario Mundo del Doctor Parnassus” (2009), afortunadamente estábamos equivocados y Tom Waits ha vuelto con todo.

“Bad As Me”, su más reciente cosecha de temas, es un compendio fiel de todos los elementos que han sido clave en la dilatada carrera de Waits: la asociación surrealista de sonoridades inusuales sobre un estilo que adeuda a lo americano “de mala muerte” –fórmula iniciada en esos discos trascendentales de mitad de los ’80, “Swordfishtrombones” y “Rain Dogs”- da espacio a matices, en los que Waits revive al crooner trasnochado, con esencia de bar, humo y alcohol, que fue la marca de la casa en sus álbumes setenteros.

Algunas críticas podrán reparar en que, tratándose de Waits, este álbum no sería más que una autoparodia o repetición, pero me permito ir contra esta corriente. El crooner se halla en plena forma en este nuevo lanzamiento, entregando nuevos temas que salen bastante bien parados si se los compara con su material clásico. El hombre ya encontró su estética definitiva y aún halla vetas de las cuales extraer un mineral con el mismo brillo y estampa.

Dentro de estos temas destacables, quiero recalcar la fuerza de la apertura ‘Chicago’, ‘Get Lost’, ‘Hell Broke Luce’ y la interpretación excepcional de Waits en ‘Bad As Me’ o ‘Satisfied’, en la cuales se aprecia en toda nitidez el puente que lo enlaza con Howlin’ Wolf, Screamin’ Jay Hawkins y sobre todo, Captain Beefheart, amigo cuya muerte afectó bastante a Waits.

También es un disco con temas pausados y contemplativos, entre los que destacaría ‘Talking At The Same Time’, ‘Last Leaf’, ‘Back In The Crowd’, el cierre ‘New Year’s Eve’, con esa impronta de himno procesional campesino, y sobre todo ‘Kiss Me’, con la guitarra y el piano que le inyectan un espíritu antiquísimo, polvoriento y casi con resaca. A su vez, hay un par de temas más intermedios, con características de blues eléctrico, como la excelente ‘Raised Right Men’ y ese órgano insistente, o la más sentida ‘Face To The Highway’.

Esta nueva entrega de Tom Waits se para inmediatamente como una de las más destacadas obras del2011, con un autor que se halla en plena forma y vigencia, confirmando su estatura de artista de raza e intérprete excepcional, superdotado de versatilidad y personalidad.

Pedro Ogrodnik C.