Blue Öyster Cult

The Symbol Remains

Martes, 05 de Enero de 2021

2020. Frontiers

Casi dos décadas hubo que esperar para tener un nuevo disco de estudio de El Culto de La Ostra Azul, eso no significa que la banda estuviera refugiada en sus cuarteles de invierno ya que permanecieron girando casi todos los años, pero se tomaron su tiempo para volver con un álbum de contrastada calidad y que levantara el listón del incomprendido “Curse Of The Hidden Mirror” (2001), el cual había fallado en vender lo esperado.

Con nuevos integrantes a bordo como lo son Richie Castellano en teclados, guitarra rítmica y voz, que reemplaza al fallecido miembro original Allen Lanier (que partió en 2013), y con los ya asentados Danny Miranda en bajo y Jules Radino en batería, la dupla de oro y líderes eternos de la banda siguen siendo los inmensos, históricos e incombustibles Eric Bloom (76) y Buck Dharma Roeser (73), ambos en guitarra solista, primeras voces y teclados, además de letristas, compositores y productores de la banda, amén de ser una de las duplas de guitarras más influyentes de la historia del hard rock y el heavy metal.

En ese contexto, los más de sesenta nuevos minutos de música repartidos en 14 magníficas canciones, no solo representan uno de los grandes regresos del año, sino también de la última década, porque el disco reúne todos y cada uno de los sellos de identidad que han definido el estilo de la banda en sus 50 años de carrera: la música ya conocida, aderezada con elementos progresivos, sicodélicos, Jazz, Raggae, Blues y otras fusiones, además de letras con un alto contenido literario de géneros como la ciencia ficción, el ocultismo y el horror. Todo ello está presente en el nuevo disco, incluso el nombre de la placa está tomado de una frase de la canción ‘Shadow Of California’ del gran álbum “The Revölution By Night” (1983), así está todo dispuesto para disfrutar de un álbum como un todo, como una pieza musical que hay que degustar y asimilar de principio a fin, pero donde no se pueden dejar de destacar cortes inmensos como la inicial y contundente ‘That Was Me’ (con gran sección de Raggae incluida), o las melodías de ‘Box In My Head’ que también suenan como las del BÖC de toda la vida y nos confirman además que las voces de Eric Bloom y Buck Dharma se mantienen inconfundibles; o la enorme y clásica grandeza de ‘Tainted Blood’ con el gran debut vocal de Richie Castellano; el fantástico Blues Rock de ‘Edge Of The World’, también presente en la genial The Machine’; el Heavy Metal purista de ‘Stand And Fight’, o la también muy metalera con guitarras dobladas y cabalgata en la espectacular ‘The Alchemist’ inspirada en el cuento corto de H.P. Lovecraft del mismo nombre, o en las inconfundibles armonías vocales de toda la banda en ‘Florida Man’ y ‘Secret Road’ dos temazos estratosféricos, para cerrar con una melancólica y bellísima ‘Fight’ y el cencerro marca de la casa (el cencerro del clásico de la banda ‘Don’t Fear The Reaper’ que dio origen a la repetida broma de Youtube ‘more cowbell please’); es decir todo, absolutamente todo está aquí para disfrutar de un grandísimo disco de Blue Öyster Cult, una de las bandas más grandiosas y artísticas de la historia y que merece mucho más reconocimiento (y descubrimiento), sobre todo de parte de las nuevas generaciones. En sus manos está hacer un acto de justicia divina.

Cristián Pavez