Hayley Williams

FLOWERS for VASES / descansos

Viernes, 12 de Febrero de 2021

2021. Atlantic

Hayley Williams siempre se había mostrado reacia a realizar un trabajo en solitario, sin embargo algo cambió en ella. Esta vez no podemos responsabilizar a la pandemia, porque esta nueva idea fue concebida antes de ello, pero sea lo que fuere, este cambio de pensamiento nos entregó en mayo del pasado 2020 un primer álbum bajo su nombre, “Petals for Armor”. Un universo en solitario que acaba de ser expandido, ya que hoy tenemos la fortuna de escuchar lo que pareciera una continuación de aquel larga duración. Vulnerable, imperfecta, pero por sobre todo real, es cómo se muestra Williams en este, su nuevo trabajo titulado “Flowers for Vases / descansos". Un abanico de 14 piezas que nos permite escuchar su tristeza, sus miedos y aprensiones de diferentes áreas de su vida. Nos da a entender que es una persona más y no una estrella que brilla junto a Paramore, no, es Hayley Williams, una mujer que ha vivido tanto como otras personas y tiene mucho para contar.

La encargada de abrir este viaje de emociones es ‘First Thing To Go’. Una canción en guitarra acústica cercana, íntima, que retrata el dolor de los restos que deja una pérdida, una pieza que es el preámbulo perfecto para entender lo que viene a continuación. ‘My Limb’, la pieza de este disco que es quizás la más influenciada por el lado pop-punk de Williams, con un riff de guitarra acústica que va llevando la pauta y una base donde se va construyendo la estructura armónica en donde destaca el piano, Hayley nos presenta una entrada en ese espacio tan personal como lo es una ruptura, haciendo una comparativa de este hecho con la amputación de una extremidad, la pérdida de una parte de sí misma. Y es en esta canción que uno podría sentir que está invadiendo el espacio personal de la cantante, pero la dulce voz de su interpretación invita a entrar, invita a entender por lo que ha estado pasando e incluso poder llegar a sentirse identificados con aquella letra.

‘Asystole’, que toma su título de un tipo de paro cardíaco del cual a menudo es imposible de recuperarse, explora nuevamente las emociones de una forma tranquila y reflexiva, esta vez desde un punto de vista en donde es ella quién ha dejado de sentir. Lo mismo pasa con ‘Trigger’, emotiva pieza que cuestiona de qué más puede cantar alguien cuando encuentra lo que siempre estuvo buscando. ‘Over Those Hills’ junto a un guitarreo que parece preámbulo de una sesión en vivo y ‘HYD’ que se ve interrumpida en primera instancia por un avión sobrevolando, nos entregan esa sensación de estar en el estudio con ella al momento de la grabación de esta, su segunda placa solista. Un recurso poco convencional que entrega un toque especial de cercanía, de intimidad. En ‘Good Grief’ y ‘Wait On’ la guitarra acompaña la cálida voz de Williams para seguir con este repertorio basado en sus sentimientos más personales, tónica que se ha repetido a lo largo del álbum pero que se ve interrumpido con ‘KYRH’, que junto a una melodía suave de piano y un mensaje simple y directo, se convierte en una oda a los sentimientos de apego, una pieza que se podría considerar como la canción más oscura en términos de musicalización.

‘Inordinary’ deja de lado esta temática de sentimientos post término de una relación y se dedica a contar su propia historia tras el divorcio de sus padres. Mientras que ‘No Use I Just Do’ y ‘Find Me Here’ se cargan más a lo instrumental y atmosférico sin dejar de lado aquellos mensajes de un amor descuidado, sin dejar el punto de vista protagónico de la cantante. Un instrumental que se toma de lleno la pista ‘Descansos’ donde el único sonido vocal es alguna vieja grabación familiar. ‘Just A Lover’ vuelve a ese sonido de sala de ensayo, con una intro que da a entender que tenemos a Hayley sentada al piano cantando un verso, algo que se ve interrumpido por la misma mención del título de la canción. Es una pieza cargada de mensajes relacionados a algunos hechos de su vida privada que estuvieron en algún momento en la palestra internacional, una pieza que más tarde da paso por primera vez en el disco a una guitarra distorsionada y una batería más energética que arremeten sin previo aviso para entregar un final en lo más alto dentro de lo interpretado en este álbum.

Hayley Williams, guitarra en mano o sentada al piano, entrega un disco que no es para cualquiera, sin duda alguna un trabajo muy personal dedicado a sus fans más acérrimos. Un disco que de principio a fin se carga de una temática honesta en cuanto a diferentes tipos de relaciones y vivencias que narra a través de sus líricas, y que por eso mismo para muchos puede parecer un trabajo monótono, ya que necesita cierto tipo de contexto o experiencias similares para conectar de manera más potente. Pero para aquellos seguidores más fieles, este trabajo es y será un imperdible dentro del repertorio de la cantante. Una seguidilla de historias íntimas a disposición de quién esté dispuesto a escucharla.

Fernanda Hein