Lucybell

2006. Warner

Muchos elementos surgieron cuando se comenzó a hablar de esta nueva placa de Lucybell. Giro hacia el power trío, sonidos más crudos, consolidación internacional del grupo, cohesión interna y la llegada de un nuevo baterista que aportaría con más potencia eran algunas de las frases que se podían escuchar en el ambiente. Pues bien, de ello hay mucho en esta placa, aunque para ser sinceros, no esperen una reingeniería mayor en el sonido del grupo; es cierto que hay menos preponderancia de la secuencias y mayor apego por el sonido de la banda en pleno, aprovechando las posibilidades de un power trío, pero todo esto al estilo de Lucybell y sus clásicas y melodiosas armonías que a estas alturas son casi una marca registrada.

Por otro lado, el grupo se siente cohesionado y, aunque podrían haber sacado más partido a la capacidad del baterista Cote Foncea (Dracma) -aunque sí aporta con excelentes quiebres y matices-, se despacharon un disco más que interesante, evolucionando hacia un sonido un poco más crudo y con algunos elementos que, definitivamente, llamarán la atención. Claro, todo está pensado para conseguir la consolidación internacional y esta placa, por sonido y calidad, definitivamente debiera permitirle a la banda asentarse en Norteamérica y saborear ese ansiado reconocimiento.

Como decía, esta nueva placa nos sorprende con algunos elementos interesantes y que valen la pena hacer notar. Claro, el primer sencillo, ‘Fe’, muestra a una banda apoyándose exclusivamente en los instrumentos y con un ritmo más rápido y definitivamente ganchero. Esto se repite en canciones como ‘Eternidad’, un tema singleable con buenas guitarras y algunos toques baladescos e ‘Infinito Amor’, track marcado por un incesante rasgueo de guitarra, buenas distorsiones y un groove que se te pega fácilmente a la piel.

Pero, sin duda, el punto más llamativo de esta placa es ver a la banda con el ritmo mucho más acelerado de ‘A Perderse’. Es como si la agrupación diera lecciones de cómo es un punk al estilo Lucybell, con momentos que, definitivamente, se prestan para ser coreados a toda garganta en los futuros conciertos del grupo. El resto de los cortes siguen una línea bien melódica con escasa presencia de secuencias, con excepción de ‘Pez Demonio’, que se ve complementado por la guitarra de Valenzuela y algunos acordes al aire.

Las delicadas armonías y las bellas melodías siguen presente, explotando al máximo la capacidad creativa de la banda en cortes como la intensa ‘Por Qué No Estás de Pie’, ‘Vuelve a Mí’, la bien trabajada ‘Juro al Sol’ o la preciosa ‘Ráptame del Fin’ que demuestra toda la sensibilidad lírica de Valenzuela en una bellísima y conmovedora historia de un hombre y una mujer que con metafóricos versos te hace volar y soñar… “ella le intentó decir trata de despertar… él miró sus pies y saltó tan despacio que no pudo saber que ella lo miró”, resuenan las palabras de Valenzuela.

También hay espacio para el Lucybell más clásico en ‘Huracán’ y los toques más trovadorescos de ‘El Dragón y el Gallo’, con el sonido de una guitarra acústica apoyada en suaves maracas y algunos arreglos de cuerda… Y para la despedida un verso: “Me toca contar 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10… ahí no más”.

Para quienes busquen escuchar un cambio realmente drástico en esta nueva producción de Lucybell, quedarán defraudados, porque, si bien se huele una nueva sangre y energías renovadas en el sonido del grupo, la línea melódica se conserva con algunas excepciones… eso si, Foncea aporta con algunas llamativas combinaciones y matizando con los toms en varios tracks de la placa, dándole variedad a las percusiones y complementando estos doce cortes que forman parte de “Comiendo Fuego”, una muy buena entrega de esta banda nacional.

Rodrigo Carvajal U.