AFI

2021. Rise Records

La mayoría de los treintañeros de hoy, que fueron adolescentes musicalmente activos en los 2000, reconocen el nombre de AFI aunque probablemente desconozcan el ser acrónimo de A Fire Inside. Los estadounidenses con una carrera de 30 años encima y un currículum cargado de éxitos, asoman nuevamente en los medios especializados con su más reciente larga duración llamado simplemente, “Bodies”.
Luego de una ausencia discográfica de cuatro años desde su comentado homónimo de 2017, también conocido como “The Blood Album”, los cuatro de california reaparecen con un disco que, a pesar de presentar debilidades como cualquier otro, sigue siendo un trabajo sólido y que llega a reivindicar las críticas negativas que recibieron en sus más recientes exploraciones sonoras. Si bien ya a principios del 2019 se hacían entrever los rumores de este nuevo trabajo, y en febrero del mismo año recibimos el nombre oficial del disco, nadie tenía agendada la pandemia que se avecinaba y que terminaría por aplazar la entrega hasta el presente año. Pero quizás era ese tiempo extra lo que se necesitaba para poder entregar este nuevo material en la forma que hoy entra por nuestros oídos.

Para hablar de AFI creo es necesario dividir su historia en dos eras, siendo el quiebre y separación entre ellas el exitoso “DECEMBERUNDERGROUND” (2006), y es que sonoramente este disco llegó a marcar una frontera a nivel de producción que es imposible pasar por alto, una muy notable labor a manos del reconocido productor, Jerry Finn, siendo este su segundo trabajo con la banda, luego de coproducir y mezclar el anterior “Sing The Sorrow” (2003).

Y es bajo la anterior premisa que el disco parte con ‘Twisted Tongues’ junto a una intención musical similar a la propuesta en su homónimo del 2017 pero que a penas arremete el coro, aquellas melodías vocales en contraste a la instrumentación nos llevan inevitablemente a los tantas veces tarareados singles de antaño como ‘Love Like Winter’ o ‘Beautiful Thieves’. Una sensación presente también en otras piezas de este nuevo disco como ‘Begging For Trouble’ y ‘No Eyes’, cuyas líneas y melodías vocales sean probablemente las que más vivirán en nosotros en forma de inconscientes tarareos.

Asimismo, y en un viaje a la primera era de AFI, llegan pistas como ‘Far Too Near’ o más notoriamente ‘On Your Back’, en donde navegamos en las aguas del lejano 2003 y su álbum, “Sing The Sorrow”. Todo esto acompañado del bien recibido aderezo que cubre todo este nuevo disco y que da frescura a sonidos clásicos del cuarteto, y son las influencias propias de la banda como Joy Division o The Cure, o también rasgos más generales como patrones distintivos de distintos estilos, entre los que afloran el goth-rock de los 80 o el synth-pop, cuyas intensidades varían de pista en pista y se entremezclan con el ya conocido post-punk de la banda.

Uno de los quiebres sonoros más notorios es, sin duda alguna, ‘Dulcería’, pieza cuya línea de bajo se roba la atención desde el principio y que luego suma una melodía vocal que da por resultado una pista que parece estar por fuera de todo lo presente en este disco, e incluso del catálogo de la banda, pero llegado el momento en que nos enteramos de que esta pieza fue co-escrita por Billy Corgan, vocalista de The Smashing Pumpkins, toda aquella propuesta cobra sentido. Y otro de estos quiebres se encuentra en la última pista, ‘Tied to A Tree’, en donde la banda, al igual que en su lanzamiento homónimo del 2017, lanzan su contenido y exploración más experimental al cierre del álbum, una buena manera de quizás irnos acostumbrando a un nuevo rumbo que pretende tomar la banda.

Luego de tres décadas de trayectoria, algo no menor mucho menos en una escena cuyo punto álgido pasó hace varios años, el cuarteto de AFI logra revitalizar su carrera con “Bodies”. La entrega valiéndose de buenas composiciones corre sin problema alguno de principio a fin, y cuya carencia de singles sonoramente potentes como lo era en su tiempo un ‘Miss Murder’, logra repartir aquella atención que sólo obtenía una pieza en particular, a toda la lista presente en este larga duración. Si bien es verdad que a primeras se extrañan aquellos riff de guitarra que dotaban de un carácter único a los discos de su época de oro, esta nueva propuesta entrega una índole sonora cuyo resultado no está nada de mal, algo que al parecer está logrando quitarles ese estigma de banda perteneciente a un nicho más adolescente, situación que influyó mucho en la recepción de sus últimos trabajos. AFI no ha entregado discos que sean musicalmente pobres, solo no han llegado a transmitir bien un concepto o etapa en la que se encuentran como banda, algo que luego de cuatro años parece cambiar con “Bodies”.

Fernanda Hein