Eddie Vedder

2022. Seattle Surf

Para el conteo, Eddie Vedder ha lanzado tres discos solistas. "Into the Wild" y "Ukulele Songs" son nombrados como los antecesores del flamante "Earthling". Sin embargo, queda la sensación de que este último puede ser descrito como su verdadero debut solista. No tiene el compromiso de musicalizar una película -como ocurrió con el trabajo del 2007-, ni tampoco suena como un escape a la enorme responsabilidad de comandar Pearl Jam -lo del 2011 se hizo en medio de las celebraciones por las dos décadas del conjunto. A sus 57 años -recién cumplidos en diciembre-, el nacido en Evanston se dispuso para una nueva vida musical, encapsulada en 13 tracks y 48 minutos.

En esta ocasión, el estadounidense tomó su guitarra y la conectó a un amplificador. El arranque es totalmente decidor, con 'Invincible' provisto de un coro para llenar cualquier estadio o arena. Con esto, la conclusión surge sin mucho esfuerzo: Atrás, muy atrás, quedó el Vedder renuente ante cualquier sonido que tuviese destino de single para las masas, hoy abraza sin muchos tapujos su condición de estrella rockera, invitando al estudio a una lista de colegas que jamás habríamos visto en una grabación suya en los 90. En "su banda" destacan dos nombres ligados al universo Red Hot Chili Peppers, el baterista Chad Smith y el guitarrista Josh Klinghoffer, además de la participación de Andrew Watt como músico y productor. ¿El nombre no te suena? Lo encontramos en los créditos de recientes obras de Ozzy Osbourne, Miley Cyrus y Post Malone. Es decir, el cantante montó un equipo de primera línea.

Si nos sirviéramos de etiquetas, "Earthling" es claramente un trabajo de rock convencional. Las influencias y carreteras sónicas de Eddie suenan libremente. Los aromas a Pearl Jam pueblan 'Good and Evil' y 'Rose of Jericho', seguramente con destino estelar en vivo. Frenéticas y urgentes, ganan mucho con la presencia de Smith, seguro y concreto desde la batería. Si 'Long Way' ofrece rodajas de Tom Petty es, en parte, por la participación de Benmont Tench, tecladista de los Heartbreakers, mientras que la country punk 'Try' guardaba un as bajo la manga: nada menos que Stevie Wonder en la harmónica. La historia de 'Mrs Mills' lo lleva a Inglaterra, recordando un piano que estuvo en los estudios Abbey Road, propiedad de la "Señora Mills" -quien tuvo éxito en el campo del music hall en los 60 y 70-, y que fue usado por varios artistas, incluyendo The Beatles. La dulce pieza parece enmarcar toda la influencia del conjunto británico, merced también de la presencia del icónico Ringo Starr. Los amigos ilustres no sólo estuvieron en el estudio, sino que sirvieron como fuente de inspiración: pasar un fin de semana con Bruce Springsteen fue el aliciente para 'Picture', en el estudio con otro nombre de fuste como es Sir Elton John, cantando codo a codo con Vedder.

"Earthling" también es, si se quiere, un álbum familiar. Harper y Olivia, hijas del músico, aportan en labores corales. 'Brother the Cloud', uno de los adelantos, está dedicada a su hermano, quien falleció en un accidente pocos años atrás, una cuota emotiva que alcanza la cima en 'On My Way', el track final, que tiene voces del padre biológico de Vedder, al que le cantaba en 'Alive' hace más de tres décadas. Todo lo que es un cierre de ciclo.

Eddie Vedder despliega con este álbum lo que siempre hemos escuchado de él, cuotas de emoción de un cantautor que sigue componiendo desde el corazón. La particularidad de "Earthling" es que nunca había sonado tan libre de carga. La catarsis no siempre viene desde la rabia.

Jean Parraguez