Tears for Fears

2022. Concord Records

Revisar las entrevistas y las fotos de Roland Orzabal y Curt Smith durante la promoción de este nuevo “The Tipping Point” (2022) es enfrentarse de golpe con el inconmensurable paso del tiempo. Parece una obviedad, lo sabemos, pero esos jóvenes de mirada nostálgica en blanco y negro se transformaron en hombres maduros de sonrisa amplia y cabellos canosos que desbordan experiencia, la palabra clave de este séptimo álbum de estudio. Toda esa melancolía lozana camuflada entre sintetizadores, melodías hechas para la radiodifusión y un toque de psicología que nació en “The Hurting” (1983) hoy encalla en el dolor de la pérdida y en la inteligencia compositiva de una pareja que no solo se reencontró con un mundo que los esperaba con los brazos abiertos, sino que también con ellos mismos.

Tras desechar la idea de trabajar con compositores externos, Orzabal y Smith despidieron al equipo de management que los presionaba para tomar esa vía con el fin de volver a los charts y se fueron de su sello. A veces hay que retroceder un par de casillas para avanzar después. “The Tipping Point” (2022) es un desahogo, un grito primal que nace de la muerte de la esposa de Orzabal en 2017 a causa de una demencia provocada por el abuso de alcohol. De hecho, el mismo músico tuvo que someterse a una terapia de rehabilitación que lo acercó a su compañero de labores y eso hizo que el proceso de creación se llevara a cabo sin intermediarios, solo ellos dos, guitarra en mano.

Esa compenetración se siente de inmediato en ‘No Small Thing’, una apertura cálida que va creciendo de a poco hacia un himno capaz de sacarte un lagrimón de proporciones si te pilla mal parado. La intimidad de ‘Rivers of Mercy’, ‘Stay’ o ‘Please Be Happy’ nos acercan hacia los rincones más contemplativos de la placa con letras confesionales y una musicalidad honesta. El manto de la resignación se cierne sobre varios rincones, a veces cubriendo a cortes como ‘Long, Long, Long Time’ con elementos electrónicos muy sutiles que no vienen a cobrar las añoranzas ochenteras, como curiosamente lo hacen varios artistas de este siglo, sino que se sitúan en el presente con esas guitarras cristalinas que son la marca de la casa. En otras, la aceptación de la pérdida se convierte en medios tiempos delicados como ‘Master Plan’, momento en que aparecen las reminiscencias beatlescas en el carril del irrefutable “The Seeds of Love” (1989), con esas pasadas de batería pensadas por y para Ringo Starr, y leves momentos en que las guitarras al revés parecerían levantar el track, pero eso no ocurre esta vez. Todo queda en un vaivén remozado, sensato y acogedor.

Aun cuando la melancolía es un estado constante en “The Tipping Point” (2022), sus contornos luminosos como ‘Break the Man’ y ‘End of Night’ traen a ese Tears For Fears radial, bailable y bondadoso, puro soft rock listo para inscribirse en los setlists al lado de sus grandes clásicos. Orzabal y Smith suenan juveniles, renovados e inspirados, y le dan a este largo un soplo de aire fresco. Por otro lado, ‘My Demons’ es la más oscura del registro, y a la vez la única que tiene ese pulso industrial tan de los 80 y que encajaría de lleno en el “The Hurting” (1983) o en el “Songs from the Big Chair” (1985). Interesante que ese sea el único guiño prominente a la década que los vio nacer musicalmente, podrían haberse anclado ahí, pero prefirieron sacar lo mejor de una fórmula que solo les pertenece a ellos y que tampoco se esfumó cuando Orzabal comandó los igualmente excepcionales “Elemental” (1993) y “Raoul And The Kings of Spain” (1995), pero que tiene un sabor único cuando Smith lo acompaña en la capitanía del buque. La titular ‘The Tipping Point’ no puede ser una mejor muestra de ello, tiene todos los elementos antes mencionados, o sea, altura y prestancia, sumado a esos toques electrónicos que no dominan toda la canción, pero que aportan lo justo y necesario para destilar esa elegancia que al dúo le sale por los poros.

Es increíble pensar que entre el beatelesco “Everybody Loves a Happy Ending” (2004) y este potente “The Tipping Point” (2022) han pasado 18 años. Sí, 18 años. Y es que Roland Orzabal y Curt Smith no han estado precisamente desaparecidos del mapa en todo ese tiempo, ya que hubo varias reediciones de sus álbumes clásicos que fueron un deleite para los más completistas, conciertos con orquestas sinfónicas, giras con artistas como Spandau Ballet o The Killers, un concierto de alto nivel para las Spotify Sessions y hasta singles como ‘I Love You But I’m Lost’ que daban cuenta de un grupo en plena actividad, pero faltaba un disco. Aunque parezca un comentario venido de otra época o un exceso de nostalgia, tener una nueva colección de canciones de Tears for Fears en estos días parece hasta sanador, casi tanto como el paso del tiempo. De alguna manera, el viaje de “The Tipping Point” (2022) nos hace sembrar semillas de amor mientras el mundo se vuelve completamente loco.

Pablo Cerda