Florence and the Machine

2022. Universal Music

El baile ha estado presente en prácticamente toda la carrera de Florence + The Machine. Tanto en sus presentaciones en vivo como en sus videos promocionales, cada vez que Florence Welch puede saca a relucir su lado más performático y lo convierte en un elemento más del universo artístico que proponen. Su última placa, "Dance Fever", está completamente basado en el arte de bailar, no solo como una forma de expresión y libertad, sino que también como una fuente de inspiración en el concepto histórico de la "coreomanía", un ritual grupal de bailar hasta el agotamiento.

Dicho fenómeno, también llamado "enfermedad del baile", se producía principalmente en los países centroeuropeos entre los siglos XIV y XVII. Se trataba de grupos de personas bailaban de forma irregular hasta que se derrumbaban de agotamiento. Este concepto llegó a Florence en medio del encierro de la pandemia, en donde la interacción y las posibilidades de bailar eran prácticamente nulas. La artista quedó totalmente cautivada por aquel fenómeno y basó la composición y conceptualización del álbum en ello.

En perfecta correlación con el concepto y el deseo de volver a bailar, "Dance Fever" presenta una maravillosa colección de 14 canciones que nos traen de vuelta esa magia atemporal. Aunque no todo el disco sea particularmente una invitación a bailar, sí nos hace remover nuestras entrañas a medida que avanza la obra. Nos podemos encontrar con delicados y expresivos pasajes por momentos, hasta las más intensas y emocionantes canciones que alguna vez Welch haya compuesto. 'King', la primera pista del álbum llega con los cuestionamientos y deseos de la autora. Sus ansias de tener hijos están impresas en esta letra, también los cambios constantes de ser mujer: "Pero una mujer es un cambiante, siempre cambiando de forma", "Justo cuando crees que lo has resuelto, algo nuevo comienza a tomar", canta la artista. Este sencillo está acompañado de un cautivador videoclip promocional que se sostiene del concepto de la "coreomanía", resultando en una gran pieza audiovisual digna de algún galardón de la industria.

A continuación, 'Free', quizás la pista que más incita al baile del álbum. Su base pop electrónica y su ritmo acelerado revela una faceta que quizás no suele mostrarse mucho en sus producciones, pero sí sobre el escenario. Aquí su eje temático es la ansiedad, narrado en primera persona con los cuestionamientos y sensaciones que este trastorno provoca en nosotros mismos. "Me levanta, me baja. Me levanta, me baja. Cien veces al día", repite incansablemente Welch en el coro. Sin embargo, a pesar del mar de sensaciones que la ansiedad trae consigo, la autora encuentra en el baile y en la música un escape, una forma de liberación: "Pero escucho la música, siento el ritmo. Y por un momento, cuando estoy bailando, soy libre, soy libre".

Ya en el tercer acto los beats comienza a ralentizarse, pero no bajan la densidad de las canciones, 'Choreomania' es la muestra de esto. El ritmo entrecortado y sus sencillo sonidos de sintetizador nos entrega el ambiente perfecto para entrar en el ritual de la "enfermedad del baile", que en esta pista lleva el nombre del principal concepto del disco. Los siguientes tracks se alejan del ritmo por completo. Pasajes acústicos como 'Girls Against God', la delicada 'The Bomb' o la experimental 'Restraint', que con sólo 47 segundos de duración nos muestran una faceta conocida, pero que nunca deja de sorprender ni de cautivar.

A medida que la obra avanza se va desvaneciendo lo enunciado en su título. La fiebre de baile desaparece, salvo en pistas como 'My Love' que con un estribillo pop nos devuelve la luz que parece que habíamos perdido. Lo mismo provoca 'Cassandra', que con la exuberante voz de Welch nos invita a cantar a todo pulmón aquel estribillo. Piezas imperdibles en los shows venideros de la banda que sin duda prometen ser un deleite visual y performático con esa nueva placa bajo el brazo.

Esta quinta placa del grupo, producido inicialmente por Jack Antonoff y finalizada por Dave Bayey, demuestra ser un verdadero placer para el espectador tanto auditivo como visual. Florence Welch simplemente no deja de sorprender. En cada entrega logra plasmar sus miedos, pensamientos e inquietudes más profundas y convertirlas en obras tan complejas y hermosas como esta. "Dance Fever" no es sólo un regreso, es el disco que más enfatiza y refleja la personalidad de su creadora. Si los próximos lanzamientos continúan en esta misma senda, es probable que Florence + The Machine nunca lleguen a defraudarnos.

Oliver Arriola Riquelme