Stryper

2022. Frontiers

Stryper continúa con su saludable tradición de editar un nuevo disco cada dos años y resulta totalmente admirable el nivel de consistencia y prolijidad con los que todavía son capaces de dotar a sus discos, algo que luego trasladan a los directos, donde siguen entregando shows de un altísimo nivel y es que pocas bandas de los 80 se pueden jactar de encontrarse en un estado de forma tan grandioso.

"The Final Battle" es el disco número 12 de material original de la banda, otro compendio de grandes canciones que van del ataque guitarrero más metalero, pasando por alguna balada y varios medios tiempos de nivel, donde la única crítica velada que se le pude hacer a la placa es el hecho de que sus últimos cinco trabajos (incluyendo este) han sido producidos por su líder, el cantante y guitarrista Michael Sweet, por lo que todos suenan exactamente igual, con la misma producción, y con los mismos matices. Se extrañan esos días gloriosos de los 80 cuando cada álbum de Stryper tenía su propio sonido distintivo y muy diferente entre sí, aportando una gran dinámica a su discografía, pero lamentablemente en la actualidad contar con maestros de la producción como Michael Wagener ("Soldiers Under Command", 1985), Stephan Galfas ("To Hell with the Devil", 1986), Michael Lloyd ("In God We Trust", 1988), y Tom Werman ("Against the Law", 1990), es un lujo que muy pocas bandas podrían costear, considerando que hoy en día casi ningún sello discográfico financia ya las grabaciones de los discos y los grupos deben autogestionarse.

La placa comienza arrancando cabezas con la agresiva y cortante 'Transgressor', puro Heavy Metal melódico californiano, con la voz alta y aguda aún en plena forma de Sweet (59), quien además mete unos solazos de guitarra junto a Oz Fox (61), sobre una sensacional y contundente base rítmica, cortesía del bajista Perry Richardson (64), y del tremendo baterista Robert Sweet (62). 'See No Evil, Hear No Evil' es la siguiente, donde las guitarras marca de la casa llevan la batuta. Lo cierto es que los solos de la dupla Sweet/Fox están muy bien trabajados. Luego llega la tremenda 'Same Old Story', uno de los mejores temas del disco, un mid-tempo melódico sensacional, con esas reconocibles melodías y armonías corales, una influencia del legendario grupo Boston.

Más adelante aparece la sensacional y emotiva 'Near', una gran power ballad que mantiene la fiel tradición de grandes baladas en un disco de Stryper, y es que esa voz enorme de Michael Sweet está hecha para cantar canciones de este tipo. En 'Rise the Call', en cambio, destaca la batería con doble bombo controlado de Robert "Visual Timekeeper" Sweet, desde siempre un gran baterista que no ha perdido un ápice de su gran pegada y celeridad. Tras cartón llega quizás ese infaltable "deep cut" que todo disco posee y la enorme 'The Way, The Truth, The Life' es un temazo por todo lo alto, con sus melodías marcadas, la voz estelar de Sweet y una gran letra con esos mensajes positivos más allá de la religión que siempre entrega la banda. Un tema que va en un in-crescendo constante hasta explotar en un sensacional juego de leads. Por otro lado, 'Ashes to Ashes' es un gran cierre para la placa, con la batería desatada y las guitarras siempre cortantes marcando la pauta y unas voces altísimas de Michael Sweet, poniéndole un gran punto final al disco. Lo cierto es que varias de estas canciones le serán difíciles defenderlas a Michael en vivo dado los muchos agudos que le metió a las partes vocales, pero ojalá tengamos la oportunidad de verlo una vez más por estos lados porque son un nombre fundamental del Heavy Metal de Los Angeles. ¡Hey, Nikki Sixx! ¿Por qué no los traes como teloneros del show de Mötley Crüe con Def Leppard en marzo próximo?

Cristián Pavez