Final

2022. Alter Records

 

Amplio y prolífico recorrido es el del músico inglés Justin Broadrick. Aparece con su guitarra en 1987 en el lado A del “Scum” de Napalm Death, para luego explorar fundacionalmente el metal industrial con el dúo Godflesh y, posteriormente, desde el 2004, abordar una vertiente alternativa del metal con Jesu. Sin embargo, existe otra parte de Justin Broadrick, una dedicada a la música electrónica que desarrolló paralelamente a los proyectos antes mencionados, tal como con Techno Animal desde 1990, y desde el 2012 abordar el proyecto individual JK Flesh, el que en este último tramo se ha vuelto intensamente rítmico, de techno duro, de minimalismo lacerante y claustrofóbico.

 

A todo lo anterior, debe sumarse el presente proyecto denominado Final, el que es su primera incursión musical y que lo ha acompañado desde los trece años. Con más de veinte discos ha ido desarrollando el lado más ambiental de su música, aunque sin perder ferocidad industrial, lo que se manifiesta abiertamente en este “It Comes To Us All”, poseedor de ocho intituladas composiciones que rondan, en promedio, los cinco minutos cada una. Las intenciones de sonido se perciben inmediatamente en la primera pista: un drone muy cercano al noise que progresivamente sube su volumen.

 

Los mantras industriales de avance cáustico y de distintas capas de sonido siguen apareciendo en las siguientes pistas. Son frecuencias que aparecen destruidas, alteradas en su esencia y que esconden, por momentos, bellos elementos celestiales. Campanas distorsionadas que se vuelven ininteligibles, dejando de ser cuerpo y transformándose en un ente abstracto y sin fuente precisa. Las frecuencias oscuras e industriales citan a Throbbing Gristle y a SPK pero en versiones atónitas o diluidas. El noise que avanza persistente colmando grandes espacios vacíos, calles oscuras y solitarias. La fábrica de muerte sigue promoviendo su mecánica irracional.

 

Carlos Navarro A.