Cancamusa

2023. Independiente

El impulso de emprender el vuelo propio puede llegar en cualquier lugar y momento de la vida, incluso estando en la zona segura de ser la baterista de una de las artistas latinas más importantes del último tiempo, como lo es Mon Laferte. Fue en aquel lugar de plenitud como música, en donde Natalia Pérez, más conocida como Cancamusa, encontró también inquietud, inspiración y las ganas de tener una voz propia. Su primera aventura en solitario, fue en 2020 con “Cisne: Lado Negro”, una declaración de principios que jugueteaba con el pop de sintetizadores y las máquinas de ritmos. Una etapa que, debido a la contingencia, no pudo ser mostrada en vivo, pero que sí hizo que Cancamusa ganara una fiel base de adeptos. Ahora, luego de cuatro años y un corazón roto de por medio, la ex Amanitas nos entrega “Amor Minimal”, una placa que se define perfectamente en su título, y que gradúa a Cancamusa como una de las artistas nacionales con mayor proyección del último tiempo.

Cabe destacar que la carrera musical de Cancamusa comenzó en 2016 con Amanitas, en donde se desempeñó como baterista y vocalista, teniendo una gran acogida de la crítica sobre todo con su álbum “Amor Celeste Imperial” (2017). En dicha etapa, la música ya mostraba un desplante sobresaliente tanto en estudio como en vivo, en donde su performance en los tambores dejaba atónitos a los asistentes. De aquel amor celeste al minimal han pasado seis años y, si bien, hay un hilo conductor entre la sonoridad de las composiciones e interpretaciones, en esta última placa la dulzura de la voz y la guitarra limpia se roban todo el protagonismo.

El puntapié inicial lo da ‘Decidí’, simplemente una perfecta canción de pop radial. Con un beat más acelerado, una melodía recordable y un coro que se nos inserta en la mente y no nos suelta más, este primer track nos augura un viaje lleno de luminosidad y dulzura. Siguiendo con la misma línea más popera también encontramos ‘GARZA’, otro track adornado de máquinas de ritmos y sintetizadores. Aquí la guitarra es solo un acompañamiento que da intensidad repitiendo los acordes en clave de ska. En la pista llama mucho la atención el nivel de producción, a cargo de Esteban Zuñiga, más conocido como Sinclavi, quien ocupó el minimalismo como principal fuente de inspiración y de vestidura de las canciones. Prácticamente todos son aciertos: los filtros, los apergiadores e incluso los silencios están puestos de forma espléndida.

Tal como el primer track, “Amor Minimal” tiene al menos tres singles ultra radiales, otro de ellos es ‘Horas contigo’. Otro hit instantáneo que nos envuelve en una atmosfera que mezcla amor, melancolía y una sensación media melosa, pero en mejor sentido de la palabra. En fin, es una canción de amor que, en el lugar correcto del set-list, se canta a todo pulmón.     Aquí otra vez el trabajo de la producción de Sinclavi es súper acertado, entre la guitarra, el sintetizador y la voz de Cancamusa logran la totalidad de la emoción de esta pista.

A medida que pasan los tracks nos encontramos con joyas como ‘Una noche que nunca termina’, en donde salen a relucir todas las influencias soul de Cancamusa. Aquí su desplante en la batería y en la voz se roban toda la atención. También aparecen pistas como ‘La ironía de las rosas’, un tema que pasa más bien desapercibido entre los demás, pero que demuestra un manejo en los agudos soberbio de la artista. Además, tiene un aire al sonido de otra música nacional como lo es Dulce y Agraz, quizás una colaboración en el futuro podría concretarse perfectamente. Es más, justamente ambos nombres fueron los shows de apertura de los conciertos de Los Bunkers en Santiago y Concepción respectivamente.

Ya en la recta final del álbum aparece ‘Para no volver’, en donde se sienten toda la influencia del pop mexicano de artistas como Julieta Venegas o Belanova, con un beat constante y una melodía contagiosa. Sin duda, otra joya oculta de la placa. También encontramos ‘Prometimos no hablar’, una pista que recoge toda la sonoridad de su amiga Mon Laferte, sobre todo en la secuencia de acordes menores que componen el tema. En seguida suena ‘AMOR MINIMAL’, canción que le da nombre al disco y que refleja toda la desnudez e intimidad de la placa. La guitarra acústica, la voz y los diversos elementos que entran y salen son la mezcla perfecta de este concepto de amor minimalista que quiere entregarnos la artista. Para cerrar el disco suena ‘Tormentas’, otra pista que se muestra con un perfil bajo, pero que perfectamente podría haber sido un sencillo promocional. Quizás no lo fue porque tiene un tono más indie/rock que el resto, y se alejaba de la línea minimalista de la placa. Sin embargo, es uno de los mejores temas del disco y un cierre perfecto de esta aventura que se alza como unos de los mejores lanzamientos nacionales del año.

En conclusión, “Amor Minimal” es la consolidación de un trabajo que aglomera lo hecho por Cancamusa en Amanitas, como baterista de artistas como Javiera Mena y Mon Laferte, y su trabajo en solitario. Era una deuda pendiente con el éxito y los hits que tanto le hacían falta a la valdiviana. Antes de esto, el respeto por su labor obviamente estaba, pero con esta placa se ganó todos los créditos para ser una artista de talla mundial con la capacidad de pararse en cualquier escenario a defender estas soberbias composiciones. Tal vez una decisión importante en un futuro próximo sea dejar de ser música de otros artistas y centrarse exclusivamente a su carrera en solitario, o bien hacer congeniar ambos caminos, tal como lo ha hecho hasta ahora. Sin embargo, con discos de esta talla, con el pasar de los años quizás la senda la lleve a inclinarse definitivamente a sus propias composiciones. Aunque sea lo más arriesgado, puede que sea la decisión más acertada.

Oliver Arriola Riquelme