Nano Stern

2023. Altafonte

Es muy difícil resumir la trascendencia de Víctor Jara, pues nos dejó un cancionero inmortal donde supo capturar historias de la vida cotidiana y las injusticias que presenciaba con una lírica y música tanto acertada como comprometida. Además de esa inquebrantable militancia política, supo entender y hacer de puente entre esas corrientes antagónicas que fueron la Nueva Canción y el Rock Chileno a través de su colaboración con Los Blops en “El derecho de vivir en paz” (1971).

Al igual que otros músicos, para Nano Stern su figura ha sido tanto una constante inspiración musical como una guía para dar sentido y propósito a su oficio. Y si bien ha interpretado sus desde el inicio de su carrera, Stern revisita 12 canciones de su catálogo en un álbum dedicado íntegramente al cantautor, titulado “Canta a Víctor Jara” (2023). Cabe destacar que este se grabó en el Aula Magna de la Universidad de Santiago (USACH), ex Universidad Técnica del Estado (UTE), lugar en donde Víctor Jara enseñó y compuso.

Este material tiene un tracklist acertado, que si bien parte del gusto y la intuición de Stern resume bastante bien los anhelos y esperanzas que Víctor Jara tenía para un Chile que nunca se materializó. Por otro lado, destaca por sobre otros álbumes tributo porque se respeta la estructura original de las canciones, además de ser solamente interpretadas por guitarra y voz. Uno agradece esto pues preserva su esencia y nos permite apreciar la prosa de Jara, que Stern admira profundamente. Esta elección está en consonancia con el manifiesto del artista, quien sentía que sus obras estaban al servicio del cambio social, y que debía primar más el fondo que la forma. Además, en una entrevista reciente, Stern mencionó que era él era relevante rescatar tanto las canciones más reconocidas de Jara como sus “lados B” para sacarlo de esa imagen artística a ratos mitificada y posicionarla como algo que nos pertenece a todos. De esta manera, Nano Stern interpreta las canciones de forma sólida y respetuosa, logrando conectar con el espíritu del cantautor y resulta difícil no empatizar con él. Así, entre ‘Paloma quiero contarte’ (1962) y esa declaración de principios póstuma que fue ‘Manifiesto’ (1974), hay un recorrido casi cronológico por el trabajo de Jara, donde se aprecian temáticas como la denuncia social en ‘Luchín’, ‘Lo único que tengo’ o ‘El Arado’, el amor en ‘Te recuerdo Amanda’ y ‘El cigarrito’ o esa prosa cronística de ‘El lazo’, ‘Angelita Huenumán’ y ‘El pimiento’ - cuya letra refleja a esa planta nortina que crece fuerte y silenciosa ante la adversidad climática-. También, están las instrumentales ‘Ventolera’ y ‘La partida’, muy bien trabajadas con la austeridad de la guitarra acústica.

Músicos de diversos géneros y latitudes han homenajeado a Jara, pero lo que hace este proyecto diferente es que Stern humaniza al cantautor, permitiendo su acercamiento y comprensión. Algo más que necesario ahora, cuando sus letras siguen vigentes, a medio siglo de su asesinato producto de una de las dictaduras más brutales de América Latina.

Giordano Antonelli Villavicencio