Adelaida

2023. Disco Intrépido

La escena nacional ha cambiado bastante desde que Adelaida irrumpió con su rupturista propuesta, y es que diez años de trayectoria ya es un tiempo suficiente para ubicarlos como una de las bandas más relevantes de la escena alternativa chilena, más aún cuando siguen mostrando nuevas ideas en cada disco. Muchos han quedado por el camino, pero sus aportes a la sonoridad de esta agrupación han dejado un imborrable legado, y es que “Retrovisor” trata de esto, de dar una mirada hacia el pasado con todo el aprendizaje que han adquirido; de abrazar aquellos sonidos que tanto los diferenciaron del resto, pero dándole un giro con la madurez que les han dado los años.

Digamos que este conjunto no ha sido ajeno a los cambios, más aún en esta etapa que podríamos denominar una nueva era; su regreso a la música nos trae tonalidades distintas bien acompañados de nuevos rostros, pero firmemente respaldados por viejos conocidos. El último pilar inquebrantable que aún sigue en pie de la formación original es el gran Claudio Manríquez (Jurel Sónico), voz ya icónica de la agrupación que nuevamente se desenvuelve impecable en la producción. También cuentan con el apoyo de un viejo aliado y con quien comenzó esta historia, el mítico Jack Endino (Nirvana, Soundgarden, Mudhoney y más) en la masterización. Y claro, como no podía ser de otra manera, el equilibrio que tiene cada instrumento y lo limpio que resuena todo es algo digno de aplaudir.
Desde un acorde sacado casi del lejano oeste, Adelaida abre con la pieza homónima que da nombre al disco. Las influencias afloran de inmediato, Sonic Youth, DIIV y hasta un poco de Foals son las bandas imprescindibles a la hora de posicionarlos dentro de un sonido. Sin embargo, todos sabemos que las comparaciones son odiosas y la banda sabe diferenciarse rápidamente con la suavidad melódica que tanto los ha caracterizado en piezas como 'Océano Mundial'. La dualidad perfecta de la dulzura con que suenan las guitarras en limpio y la saturación a tope de los pedales, cerrados por un grito desgarrador que nos adelanta varias cosas. Cabe destacar que cuatro de las canciones de de esta placan no son inéditas. Es el caso de 'Océano Mundial', 'Espirales', 'Frutos de Otoño', '12 Días',  que pertenecen al primer disco, y fueron regrabadas en esta ocasión.

La seguridad de sus interpretaciones aclara de inmediato cualquier duda de esta nueva formación, Tomás Pérez es el encargado de abrir 'La Montaña' de manera sólida, una pieza pausada, melancólica y oscuramente esperanzadora -como bien saben hacerlo-. Con un galopante inicio en la batería nos recibe de inmediato 'Caída Libre', sostenido de cerca por el punzante bajo de Anke y las guitarras que resaltan los momentos precisos, de las piezas favoritas de quien les redacta. Y la cosa no se detiene en 'Espirales', los hitazos rocanroleros vienen uno tras otro. Pero, aunque esta etapa destaque por ser un trabajo un tanto más soft y limpio, Adelaida no teme en mostrar sus garras con los guturales que tiene 'Resplandor', pieza obligatoria para entender la dicotomía que hay entre la dulzura y la crudeza; una banda que sin duda brilla por esos contrastes entre la suave voz de Anke y los alaridos rabiosos de Claudio, sin duda que serán la punta de lanza de esta nueva etapa. Pese a que sería increíble ver más desarrollada esta furiosa faceta de la banda, sobre todo con el gran final de 'Girasoles', nos conformamos con piezas tan ricas en lo melódico como 'Mi Ventana' y '12 Días'.

El cierre de todo este trabajo lo dan unos dulces 'Frutos de Otoño' que tiene de los mejores trabajos en la guitarra. Canción que sin duda se queda grabada luego de escuchar los 50 minutos de buena música que nos entregan, los que sin duda quedan completados por cuatro reversiones traídas directamente desde sus origines, de aquellas tocatas que tenían en la ciudad – o mejor dicho el arcoíris- de múltiples colores. Aunque se extrañe la suciedad en su sonido que tan bien les quedaba, la evolución que muestran es significativa gracias a la sabiduría de los años. Sin duda que el poder de 'Pólvora' junto al increíble trabajo de las guitarras que tiene 'Desdén' son la manera perfecta de cerrar un impecable trabajo.

Los pasos firmes y seguros que han dado con este trabajo muestran un prometedor inicio de la nueva etapa en la que se encuentran, una que de seguro les traerá un éxito mayor al que tienen, acompañado del debido reconocimiento a su arduo trabajo. Por primera vez vemos lo que puede hacer un Adelaida en formato cuarteto con una calidad impecable y un sonido maduro, tan solo nos queda esperar con que nos volverán a sorprender a futuro. Así, se cierra una etapa que se va alejando en el retrovisor mientras el camino se va abriendo para la otra que viene, felicidades por pasar la barrera de la década.

Aarón Vergara