Alkaline Trio

2024. Rise Records

Cuando los Alkaline Trio arrancaron su carrera en 1999, no tuvieron problemas en encajar en la movida pop punk de fines del milenio. Aun así, estos tipos eran diferentes a grupos como Green Day o Sum 41: mientras ellos hablaban sobre rupturas amorosas o partidos de basketball, este trío de Chicago tenía letras acerca de cultos satánicos, asesinos en serie y viajes en el tiempo. Pese al apogeo que tuvieron con "Crimson" (2005), la suerte les fue esquiva por años, teniendo un desempeño bastante irregular. Es cierto que "Agony & Irony" (2008) o "My Shame is True" (2013) no son nada de malos, pero no dejaban de ser chispazos en la oscuridad. Recién en "Is This Thing Cursed?" (2018) lograron dar un regreso coherente a su sonido clásico, lo que pavimentó el camino para que llegara "Blood, Hair, and Eyeballs", donde finalmente encontraron el camino de regreso a la luz, tras años batallando con una suerte de sequía creativa y una capacidad de acción reducida a un 50% luego de que su líder Matt Skiba reemplazara a Tom DeLonge en Blink-182.

Si bien aquí vuelven a presentar un sonido similar al de sus orígenes, al escuchar sus once tracks nos damos cuenta de que también lo trabajaron para pensar en el largo plazo. Así, en sus canciones encontramos influencias que vienen tanto del punk rock de principios de los 2000 como del garage y el post-hardcore. Al mismo tiempo, el volver a trabajar con la estructura de guitarra-bajo-batería refuerza esta nueva madurez creativa mediante canciones que no solamente suenan como cañón, si no que están dotadas de estructuras más complejas.

'Hot For Preacher' es una buena elección para abrir el álbum, la cual une las melodías corales de la banda con pesados riffs y unas crepitantes líneas de bajo, que se suman a un coro muy pegajoso. Pasando al siguiente track, desde su inicio 'Meet Me' ofrece más piruetas rítmicas, donde la guitarra y el bajo se lucen por todas partes ofreciendo escalas disonantes pero que juntas crean una armonía muy interesante. Esta debe ser una de las interpretaciones más competentes que la banda ha hecho en su carrera. En 'Versions of You' es el bajista Dan Adriano quien toma la posta vocal, mientras Skiba lo secunda con animados coros. El solo derrama energía por todos lados, además de presentar interesantes redobles de batería. Suena bien, pero aun así no está a la altura de éxitos como 'Time to Waste' o 'Help Me'. En 'Break', la batería anda a mil por hora y tiene uno de los mejores solos de guitarra del álbum. En esa misma parada están los brillantes riffs de 'Blood, Hair, and Eyeballs'. Las armonías vocales entre Adriano y Skiba son majestuosas y claramente, los cambios de ánimo y energía que tienen al cantar refrescan de manera notoria al material. Posiblemente sea 'Broken Down In A Time Machine' la más memorable del disco. Esta tiene coros expansivo, riffs sobrecargados y voces entrelazadas que refrescan mucho. Líricamente, el álbum tampoco decepciona, conservando el humor negro y una mezcla de temas que van desde lo surrealista hasta lo introspectivo. Si bien 'Scars' y 'Bad Time' son muy honestas para hablar de decepciones amorosas, 'Teenage Heart' habla de violencia armada y adicción a las drogas.

Como el baterista Derek Grant abandonó la banda tras grabar el álbum – fue reemplazado por el ex Offspring Atom Willard -, es incierta la proyección que podría tener ''Blood, Hair And Eyeballs'' en su biografía, pues de momento descartaron las despedidas. ¿Es un regreso o un reinicio? Al menos por ahora siguen demostrando que aún tienen mucho que ofrecer y sin necesidad de fingir que siguen siendo adolescentes. El disco no tiene nada de grasa, las canciones te mantienen enganchado de principio a fin y a medida que lo escuchas no puedes soltarlo. A pesar de los años y cambios, ellos conserva una fuerza creativa para seguir teniendo en cuenta en el mundo del punk rock.

Giordano Antonelli Villavicencio