Four Tet

2024. Text Records

 

Kieran Hebden, el verdadero nombre del músico británico tras Four Tet, es un peso pesado de la música electrónica. Su paso por la banda post rock Fridge, sus primeros discos de fines de la década 90, sus colaboraciones con el fallecido baterista del jazz estadounidense Steve Reid, hasta legar a sus álbumes más actuales, lo encumbran como una figura señera del género, pues ha sabido ampliar sus márgenes e imprimirle una cualidad personal que lo distingue. Techno, ambient, IDM, folktrónica, house, electrojazz, downtempo y más, se conjugan en una paleta estilística y sonora amplia y rica, para convertirlo, según la descripción de Allmusic, en “posiblemente el artista definitivo de la electrónica alternativa”.

 

En “Three” encontramos una muestra fehaciente y elegante de su canon musical. El ambient rítmico y detallista de la apertura ‘Loved’, de inmediato exhibe su estética tan particular: emotiva sin ser estática o demasiado atmosférica. ‘Gliding Through Everything’ es una exploración sonora que carece de los beats tan característicos de Four Tet, para ser una pieza a medio camino entre el ambient y el IDM: muy calma para entrar en los terrenos IDM en la línea de Aphex Twin o Autechre; con muchos elementos sonoros para los márgenes minimalistas y contenidos del ambient. Le sigue la reflexiva ‘Storm Crystals’, una composición de sonidos enigmáticos, melodías sobrias y un beat de tiempos medios que entra y sale. 

 

Estas primeras piezas que, de algún modo, forman una trilogía con cierta unidad en “Three”, terminan su continuidad con la más propositiva ‘Daydream Repeat’. Un comienzo de sonidos agresivos al borde del ruidismo y ritmos decididos, evolucionan hacia lugares más abiertos y agradables que, como sea, nunca pierden su energía vibrante. ‘Skater’ resalta, sobre todo, por el uso de una guitarra ensoñadora y de una voz femenina susurrante, que la hacen escapar de la sonoridad de electrónica más dura que cruza el álbum, para acercarse a terrenos del dream pop. 

 

Sin embargo, ‘31 Bloom’ retorna a los beats bailables y la exploración sonora típica de Four Tet, pese a su final más experimental. ‘So Blue’ es meditativa y nostálgica, también con una voz femenina emocional, que se inserta delicadamente en los sonidos y beats que tan bien sabe trabajar Hebden. Al final, en la extensa ‘Three Drums’, se conjugan todos los elementos de la estética sonora, no solo del disco, sino que, en general, de la obra de Four Tet: alfombras de sonidos de melodías planeantes, ritmos parejos de tiempos medios, manipulación y experimentación sonora, voces femeninas en loop, etc. en una búsqueda musical que lo sigue consagrando como una figura permanente en el desarrollo y la buena salud de un campo de exploración estética tan relevante en la contemporaneidad: la electrónica.

 

Héctor Aravena A.