Panzer: Construyendo sueños metálicos

Juan Álvarez y una vida dedicada al rocanrol

Lunes, 10 de Febrero de 2020

(Publicada originalmente en septiembre del 2019)

Ante la inminente llegada de un nuevo trabajo para este 2019, conversamos con el emblemático Juan Álvarez sobre su historia junto a uno de los mayores emblemas del rock pesado nacional, Panzer (en donde además comparte escenario con su hijo, Kano) y sobre el legado de Semillero Rock, escuela de instrumentos y sala de ensayo que ha mantenido por casi cuatro décadas, en donde se ha formado parte importante de la escena local.

Por Luciano González

Corría 1987. Tras salir de Feedback junto a la mayoría de la formación, Juan Álvarez decide formar su gran banda propia en un 100%, como lo define. Dicha agrupación le daría no solo el apodo con que se le conoce hasta el día de hoy –Juan Panzer–, sino que lo llevará a recorrer escenarios de todo Chile, teniendo además el honor de abrir importantes shows internacionales como los recordados debuts en suelo patrio de Megadeth, Iron Maiden y AC/DC, junto con formar parte de festivales como el Monsters of Rock 1998 y representar a nuestro continente en el Leyendas del Rock en España.

Al día de hoy, Panzer ya prepara su nuevo material de estudio titulado “Anticorrosivo”, que verá la luz durante este semestre y del cual ya hay adelantos. De éstos, destaca ‘Furia’, cuya letra ratifica una vez más la actitud de la banda dentro del círculo y asegurando, tanto con el título del álbum como de la canción, que su empuje no cesará ni ahora ni nunca. Además, recientemente se lanzó una nueva edición de “Tierra de Metales” (1989), bajo el sello europeo Metal Warning, que llevó a vinilo aquel ya clásico caset debut, además de volver a una mayor actividad en vivo, tras periodos de shows intermitentes.

Pero la historia tanto de Juan como la de su banda comienza mucho antes. Previo a su reconocimiento, Álvarez se ganó un nombre en la naciente escena nacional con la fundación de Semillero Rock, un lugar destinado a la enseñanza de instrumentos a jóvenes de la época motivados por el heavy. Funcionando desde 1980 y haciendo honor a su nombre, el espacio ha sido cuna de un gran número de agrupaciones locales, entre las que destacan Dorso y Chronos. «Esos niños chicos habían crecido como intérpretes, como talentos. Toda esa gente que vivió esa convivencia de tantos años la tomaron como parte de su vida. Como yo con Panzer. Eso empezó con los grandes nombres del metal que han trascendido en la historia no solo de Chile, sino que también han llegado afuera», declama Juan.

Tras varios eventos en conjunto en el recordado gimnasio Manuel Plaza, Panzer lideró el lanzamiento de “Infierno Rock”, el primer álbum compilatorio de metal chileno. «Nunca me refiero tanto a quienes estuvieron ahí y quienes no, porque la gente crece, y se han ganado su lugar ellos solos, no porque hayan estado en este disco o no», cuenta. Pese a todo, sigue considerando que aquel compilado ha sido una influencia para la escena hasta el día de hoy, mostrando un apego a dicho trabajo que va más allá de lo musical. «De repente lo escucho y me acuerdo de las circunstancias, de cómo se hizo y de cómo nací con Panzer. Escucho Feedback también, que para mí todavía es parte de una pasión. Lo antiguo también, Tumulto, Arena Movediza, Aguaturbia. De hecho, Carlos Corales fue mi profesor. Él era como Jimi Hendrix con su banda, en los tiempos que a mí me volvió loco. Tomé clases con él, hasta el día de hoy es mi maestro y un gran amigo».

- Dentro de lo internacional, ¿cuáles serían tus influencias de mayor peso?
- Los Beatles fueron los que me hicieron ver una línea de vida. . Siempre han sido importantes en mi vida. Andaba siempre con la guitarra acústica y me ponía a tocar en todos lados, me sé todos sus temas. Después estuvo Hendrix con su rock ácido y de ahí, el primer grupo que me impresionó ya dentro de lo más pesado fue Judas Priest. Tengo mucha influencia de ellos en mi música, igual que de Black Sabbath. Tengo un tema que se llama ‘Fuera de control’ al que le faltan las puras campanas para ser el tema ‘Black Sabbath’ (risas). Son composiciones que uno va adaptando, igual que los músicos de ahora que adaptan música de otras épocas. Después de eso, ya en los 90 Megadeth fueron una fuerte influencia».

De tal palo...

En 1992, el puesto de bajista de Panzer sería ocupado nada menos que por el hijo del fundador, Alexander “Kano” Álvarez, debutando en el lanzamiento del compilatorio “Latinos y Metálicos” en el Estadio Obras de Buenos Aires. Posteriormente, pasaría a la segunda guitarra por petición de su padre, siendo su primera vez en las seis cuerdas y presentándose en otro evento de gran magnitud: el Monsters of Rock 1998, junto a Slayer, Helloween, Anthrax y Criminal.

«Las historias de Kano son tan importantes como las mías», asegura Juan. «Nadie creía que tocaba bajo», agrega por su parte Kano, refiriéndose a su corta edad. Ya por entonces se codeó con importantes nombres locales y también con reconocidos exponentes del heavy metal argentino, destacando entre ellos a Walter Giardino y el fallecido Pappo. «Kano es mi primogénito y desde chico tuve que andar con él. Cuando fuimos al lanzamiento de “Latinos y Metálicos” a Argentina en el 91, nuestro bajista se bajó por otros asuntos y el Kano se sabía todos los temas. Él tenía otra banda, Overdrive. Ahí le pusieron “El Benjamín del rock”, porque tenía 15 años. Así que tuve que sacarle el permiso en la embajada para viajar y todas esas cosas».

- Kano, tras tantos años juntos, más allá de la relación padre/hijo, ¿tienes alguna experiencia que más destaques dentro de su unión musical?
- Uno de los orgullos más grandes que me dio mi viejo fue darme la difícil misión de tocar las canciones de Lágrima Seca, que en esos años eran como Cream. Como tocaba hace harto tiempo bajo me dije “esto es papa”. Y me enfrento a mi viejo y al resto de la banda en el primer ensayo, con los temas aprendidos igual a como los tocaba Jack Bruce, pero sin onda. El batero para el ensayo a los 40 segundos de haber empezado y me dice «no puedo tocar contigo así», y todos dijeron lo mismo. «Está perfectamente ejecutado, pero no tenís la onda de los 70», dijo mi viejo, y tuve que aprender eso en tres semanas. ¡Y fue espectacular! Tocar Cream, Blind Faith, me mandé un solo de bajo inspirado en ese batero que paró el ensayo. Aprendí otra técnica, a tocar de otra forma. Partí con el Black Sabbath de los 80 con Dio y con el “Kill ‘em All” de Metallica. Esas fueron mis inspiraciones, pero Juan me muestró todo ese mundo de los 70 entonces nuevo para mí. Aprender a tocar como el maestro Jack Bruce. Claro, lo imitaba la raja en el momento, pero sin onda. Aprender eso, cuando Juan me dio esa responsabilidad, fue muy difícil pero lo hice con mucho respeto. Aprendí con eso a respetar las canas de las personas, que es lo que no sucede con la gente joven en este momento».

Panzer: Construyendo sueños metálicos

Juan Semillero

Más allá de lo logrado con su banda, Juan afirma que su mayor orgullo es la huella dejada a través de Semillero Rock, ya que desde ahí ha podido fortalecer la escena del heavy nacional. En sus palabras, fueron los propios alumnos de Panzer los que empezaron a organizar sus conciertos, y siendo músicos que habían aprendido en el Semillero, pasaron sus conocimientos constantemente, formando a varios de la posterior nueva generación del metal chileno en los 90. «Uno tiene que aprender de lo que otros han hecho antes y seguir una línea que beneficia a la escena nacional. Eso me ha hecho feliz. Incluso he sido más feliz con el Semillero que con Panzer, porque me ha dado más felicidad a nivel de historia. Panzer es mi pasión, pero el Semillero me ha dado la vida».

- ¿Cómo definirías lo que has logrado en todo este tiempo, tanto con Panzer como con Semillero?
- Siempre he sido un gremialista de esta cultura. Si tengo ganas de hacer mi historia, la hago. Mi placer es tocar en los escenarios que soñé cuando chico. Nunca pensé que tocaría con AC/DC, por ejemplo. El chileno no tiene la idiosincrasia del argentino, no se cree el cuento. Dentro de esta historia, he logrado sobrevivir más allá del cuento del chico, del guatón y todas esas cosas. He logrado sobrevivir solo con mi talento, haciendo música, haciendo discos y haciendo cultura».

Publicado originalmente en la revista #Rockaxis196