Johanna Sadonis, Lucifer: "Siento que no encajo con los tiempos modernos"

Lucifer no va a ser la primera ni la última banda que ve en lo retro el ambiente propicio para desarrollar su propuesta. ¿Refrito? Para nada, lo suyo es pura frescura, con influencias que se pueden degustar fácilmente, sin el sabor empalagoso de la nostalgia desmedida.

Fundado en Berlín por la ex The Oath Johanna Sadonis, el grupo debutó con medio pie en el doom gracias a la influencia del ex Cathedral Gaz Jennings en “Lucifer I” (2015) y a otros miembros de Angel Witch y Ladytron, pero luego viró hacia el hard rock de viejo cuño con la salida del clásico guitarrista y la entrada de Nicke Andersson. Rearmando sus piezas, “Lucifer II” (2018) fue un éxito total con singles como ‘Dreamer’ y ‘California Son’, vendió 13.000 copias físicas y llegó a los rankings de Suecia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, además de obtener excelentes críticas tanto de los medios como de los fanáticos. En la cresta de esa ola y con una agenda muy abultada, Lucifer entró rápidamente a los estudios de Honk Palace de Andersson para grabar su tercer disco “Lucifer III” en Estocolmo, que será lanzado el 20 de marzo del 2020 a través de Century Media Records con el respaldo de Martin Nordin y Linus Björklund en guitarras y Harald Göthblad en el bajo.

Siendo una banda actual que captura tanta atención, sobretodo para los seguidores de lo clásico y de los innumerables proyectos del inquieto Andersson, Rockaxis se contactó con Johanna Sadonis, quien con mucha simpatía respondió nuestras preguntas sobre el presente de la agrupación y dio ciertas directrices de cómo se viene uno de los discos más esperados de la temporada. 

            

•“Lucifer III” es un disco que conserva la línea característica de la banda, pero con un filo un poco más oscuro. ¿Qué opinas de esa percepción?
-Sí, es correcta. El primer disco era más doom, mientras que el segundo tuvo una apertura hacia el Rock N’ Roll. Para el tercero, decidimos volver a la oscuridad con las letras que abordan la temática del horror.     

•Toda la razón. Si bien, canciones como ‘Ghosts’, ‘Lucifer’ o ‘Midnight Phantom’ son muy directas, ‘Leather Demon’, ‘Pacific Blues’ o ‘Coffin Fever’ tienen la oscuridad que mencionas, pero no en el formato doom del primero. Se están moviendo hacia otras corrientes…
-Para mi es un poco difícil verlo desde el exterior y creo que hablo por todos en la banda cuando lo digo (ríe). Debe ser más fácil apreciarlo desde el exterior como lo haces tú, pero sí, quizá el tercer álbum viene a establecer el sonido de Lucifer, nuestro sello.

•“Lucifer II” tuvo una buena recepción de los fanáticos y de los medios especializados en todo el mundo, ¿cuáles son las expectativas para este nuevo álbum?
-Bueno, es una pregunta difícil porque siempre es complicado manejar las expectativas. Tienes que mantener la humildad. Solo puedo decir que ponemos el corazón en todo lo que hacemos. Somos una banda sincera, no componemos para impresionar a la gente. Si queremos tocar algo, lo hacemos y, si al público le gusta, eso es genial porque nos permite continuar el camino. ¡No quiero trabajar en una oficina! (ríe). Prefiero estar en el estudio, grabar canciones y tocarlas en vivo, eso es lo que amo. Espero que a la gente le guste nuestro nuevo disco, si eso pasa, será maravilloso, pero no tengo más expectativas. Uno nunca sabe, ¡podría ser un desastre! (ríe).

•Es muy difícil que eso ocurra, ya que con Nicke Andersson establecieron un tándem de composición muy reconocible. ¿Fue más fácil trabajar juntos para “Lucifer III”, sabiendo los buenos resultaron que lograron con el anterior?
-Sí, lo fue. De hecho, siempre ha sido fácil trabajar juntos. La primera canción que compusimos fue ‘Dreamer’. Cuando le mostré la melodía de las voces y la letra, le gustó, así nos dimos cuenta de que el proceso nos resultaba fácil. Ahora que estamos casados, hablamos de música todo el tiempo, vamos juntos a disquerías y pensamos: “ok, ¿qué es lo que vamos a hacer ahora? ¿Qué es lo que no hemos hecho todavía?”. Si bien, ya era fácil componer juntos en “Lucifer II”, ahora es mucho mejor, ya que nos conocemos más.

•Robin Tidebrink dejó la banda para dedicarse a su familia, ¿cómo llegaron a conformar la alineación actual de Lucifer?
-Robin fue papá cuando lanzamos “Lucifer II” y pensó que podía con todas sus responsabilidades, tener un bebé, un trabajo de tiempo completo y, además, girar con nosotros, pero decidió dedicarse a su familia, y lo respeto y admiro por eso. Reclutamos a los otros chicos porque necesitábamos una banda completa para tocar el disco, y ya llevan casi dos años con nosotros, la pasamos bien juntos en la ruta y conformamos un buen equipo.
Nuestro bajista Alex Mayr acaba de dejar el grupo, de hecho, no aparece en la carátula de "Lucifer III". Era el único en la banda que tenía un trabajo a tiempo completo, así que, cada vez que terminaba un tour, quedaba exhausto y tenía que reintegrarse a sus labores inmediatamente, estuvo muy estresado. El doctor le dijo que tenía que dejar de girar y de trabajar, lo que es una pena, porque nos llevábamos bien, éramos muy amigos. Todavía mantenemos la amistad con Robin y con Alex. Ahora tenemos que encontrar un bajista porque vienen muchos tours.

•Philip Shouse, bajista de Ace Frehley y guitarrista de Gene Simmons, tocó bajo con ustedes en la gira por Estados Unidos, ¿van a contar con él para el tour por ese país?
-Exacto, él se nos va a unir para esa parte del tour. Como Alex dejó el grupo y todavía no tenemos un bajita definitivo, tardaríamos mucho en conseguir la visa especial que necesitamos para tocar allá a un músico recién integrado, por lo que tenemos que pedirle a un estadounidense que toque con nosotros. Conocimos a Philip cuando tocamos en el KISS Kruise y es un gran tipo. Escucha la misma música que nosotros, así que la pasamos muy bien durante las dos semanas que estuvimos allá.

•¿Y cómo les fue en el  KISS Kruise? ¿Cómo fue el recibimiento de los fanáticos de Kiss?
-Fue sorprendente cuando nos escribieron y nos pidieron tocar ahí. Obviamente, aceptamos de inmediato porque todos somos fanáticos de Kiss, sobretodo Nicke. Para nosotros era curioso que todo el crucero fuera tan estadounidense (ríe), con mucha comida, cosas para comprar, clases de pintura, de cocina. Había fanáticos de Kiss de todo el mundo, muchos disfrazados de Ace Frehley o Gene Simmons, muy divertido. Cuando nos bajamos en Bahamas para caminar por los alrededores, nos encontramos con Paul Stanley y su familia. Nos vio y levantó su pulgar en señal de aprobación, ¡fue genial!

•Al igual que Kiss, ustedes se preocupan mucho por su estética. En una entrevista dijiste que “es aburrido ver a una banda arriba del escenario usando jeans, poleras y zapatillas, a menos que seas The Ramones”. ¿Cuáles van a ser los elementos visuales con los que van a presentar “Lucifer III”?
-La forma en que nos vestimos arriba del escenario es casi la misma con la que andamos en la calle. Obviamente, no voy al supermercado con trajes de terciopelo (ríe), pero los chicos sí mantienen una estética muy parecida a lo que ves en el escenario en su día a día. A mi también me gusta usar jeans old school o vestidos de los 70 y, en ese sentido, no es un “disfraz”, es nuestra forma de vestir. Eso pasaba con Led Zeppelin o Black Sabbath, tú los veías fuera del escenario y parecían una banda. Cuando giramos, es muy gracioso pasar a una gasolinera y que el tipo que atiende te vea y pregunte: “¿son músicos o algo así?”.

•¿Y de dónde viene este amor por los años 70?
-Creo que todo sonaba y se veía mejor en los 70. Me encanta lo que tiene que ver con esa época, las películas, los diseños, los posters, los teléfonos, los objetos comunes que las familias tenían en sus casas, todo era muy cool en ese entonces. Lo mismo pasa con el sonido, todos en la banda pensamos lo mismo. Crecí escuchando esa música y es eterna. Nací en 1979, por lo que todos esos elementos fueron parte de mi entorno y tienen un valor sentimental para mí. ¡Deberías ver la decoración de nuestra casa! (ríe). A veces siento que no encajo con los tiempos modernos.

•Sorprendentemente, hay muchas bandas actuales que tienen sus raíces en el rock de los 70 como Orchid, Kadavar o Graveyard. Considerando este punto, ¿cómo definirías las fortalezas de Lucifer frente a otras bandas en la misma sintonía?
-No tengo idea (ríe). Obviamente que conocemos a las bandas que nombraste, pero no buscamos referencias en lo que hacen nuestros pares, sino que buscamos en el baúl de bandas más antiguas, así que las influencias decantan en algo distinto. Solo seguimos nuestros corazones cuando creamos música, y si hubiera algo que nos hace destacar, te corresponde a ti detectarlo (ríe).
 
•Creo que ustedes van más allá del molde de Black Sabbath y eso los convierte en una banda muy especial. Obviamente toman ciertos elementos, pero también está presente la escuela más hard rockera de  ZZ Top o Blue Öyster Cult.                        
-Sí, son parte de nuestras influencias también.

•De hecho, tocan covers de Black Sabbath y de ZZ Top en sus conciertos, pero la más llamativa es ‘Bomber’ de Motörhead, que suena muy bien en una voz femenina.
-Gracias por el cumplido, porque cuando decidimos tocarla pensé: “mierda, eso va a ser muy difícil”. No tengo la voz rasposa de Lemmy, podría fumar todos los cigarros del mundo y aún así no lo lograría (ríe).

•Pasando a otro tema, ¿han tenido problemas por llamarse Lucifer?
-No, para nada. Cuando recién comencé la banda, obviamente hubo críticas, siempre surgen cuando uno hace algo nuevo. “¿Por qué le vas a poner Lucifer?”, “Es un nombre tonto” o “¿No se te ocurre nada más creativo?”. Creo que sí es creativo, aunque debe haber bandas underground que lo usan, no hay una conocida que lo ocupara directamente. Me gusta el nombre porque es fácil de recordar, es solo una palabra y estaba ahí esperando a que alguien se adueñara de ella. Igual hay gente que piensa que somos una banda de black metal o algo así (ríe), pero ni Graveyard ni Black Sabbath son bandas de black metal y aún así tienen nombres escalofriantes.
Vi un comentario en Internet de un fanático que estaba usando una de nuestra poleras y pasó a una gasolinera en el medio de la nada en Estados Unidos. La cajera lo miró y le dijo: “no me gusta tu polera”. Fuera de eso, no hemos tenido problemas (ríe). Es gracioso, porque en los aeropuertos nos preguntan si somos una banda por nuestra vestimenta y cuando les decimos que sí y que nos llamamos Lucifer quedan pasmados.

•En Chile, la Iglesia Católica y ciertos poderes políticos prohibieron la llegada de Iron Maiden a Chile en 1992.
-¿En serio? No tenía idea. Cuando intentemos hacer un show en el Vaticano te cuento como nos va (ríe).

•No podemos cerrar la entrevista sin la pregunta de rigor: ¿tienen planes de visitar sudamérica en algún momento?
-Me encantaría. Bueno, ahora voy acompañando a The Hellacopters, seré la Yoko Ono de Nicke (ríe). Nunca he estado allá, así que será muy emocionante, me encanta viajar. Estaremos en Chile, Brasil, Colombia, etc. Hay ofertas para ir con Lucifer, pero por ahora no puedo adelantar mucho. Yo creo que no será este año, pero quizá sí el próximo.                             

•Genial. Bueno, Johana, se nos acaba el tiempo y quisiera mencionar que “Lucifer III” es uno de esos discos que mantiene el espíritu salvaje del rock en pleno siglo XXI y hace olvidar a los fatalistas que predican la muerte del Rock. ¿Qué opinas del estado actual del género?
-Estoy un poco preocupada. Hace poco el primer disco de Black Sabbath cumplió 50 años y veo que no hay bandas modernas en ese mismo nivel, no hay otros Rolling Stones, ni otros Deep Purple, ni otros ZZ Top, ni otros Aerosmith, ni otros Iron Maiden. Todas esa bandas van a tener que parar en algún momento y tengo miedo de que llegue ese día porque no veo el recambio. Hay bandas actuales muy buenas, pero no como esas. Me pregunto cuál va a ser el escenario en los próximos 20 años. Por eso vivo en mi pequeña burbuja y escucho música de otros tiempos.

Pablo Cerda
 

Tags

#Lucifer

# Leather Demon

# Lucifer III

# Johanna Sadonis