Mike Patton: Los múltiples rostros de la perversión Exclusiva con el polifacético músico Viernes, 27 de Enero de 2006 Jamás se podría hablar de un regreso de Mike Patton. El músico californiano más bien es un ser omnipresente, que transforma cada momento en proyectos de distinta clase, pero provistos de una experimentación, un estilo y sonido sin precedentes ni comparaciones, que además provocan una devoción incalculable por su figura. Mike Patton y cada una (o algunas) de sus facetas, en este reporte exclusivo de Rockaxis. Mike Patton no es sólo uno de los creadores más prolíficos de la historia del rock de los últimos 15 años, sino que también, uno de los más variados, geniales y abiertos de mente que haya dado la música popular en nuestra generación. Más allá de gustos específicos, ¿quién tiene alguna duda de esto? Ahora, de regreso, al fin con su esperado álbum debut de Peeping Tom que, más allá de ser un nuevo grupo, es otro de los proyectos del incansable cantante, que en cualquiera de sus entregas, lo encontramos tan seguro de sí mismo como siempre, lleno de pasión y en todo momento, desafiando los oídos del mundo con alucinantes ideas, sin prejuicios ni miedos al que dirán. Este es el Sr. Patton, el escueto, pero amable cantante, que a través de su sello Ipecac, concedió una entrevista exclusiva para Rockaxis. LA ERA FAITH NO MORE Lo de Peeping Tom no es un hecho menor en la obra del músico, si pensamos que a pesar de ser un disco basado en colaboraciones y en estilos actuales como el trip-hop y la electrónica, es el trabajo más accesible del vocalista tras el último disco de Faith No More, “Album Of The Year” de 1997. Casi una década de locura total sobre todo en Fantômas, pero también, en un grupo que estaba llamado a ser el sucesor de Faith No More, como Tomahawk, pero que a final de cuentas, estaba más cerca de ser otro de los proyectos inclasificables y no entendidos por el público general. Cosa, que en todo caso, a Patton está lejos de importarle. Pero la historia venía de antes. Con Faith No More, el multifacético cantante logró lo que pocos grupos pueden contar: ser originales y rupturistas, pero a la vez, lo suficientemente comprensibles para ser aceptados por el mainstream. ¡Y qué manera de aceptarlos! De ahí en adelante, todo el rock que vendría en el futuro, le debería algo a la impronta musical única que quedó como testimonio en discos tan esenciales para la cultura musical como “The Real Thing”, “Angel Dust”, “King For A Day, Fool For A Lifetime” y “Album Of The Year”… con ustedes, Mike Patton. ¿Cómo te sientes cuando lees o escuchas a un artista que menciona tu nombre o el de Faith No More como una gran influencia? ¿Piensas que salió algo bueno de ahí? “No. No tomo muy en serio esas cosas. Es muy amable de tu parte, pero no considero que lo que yo hago o lo que Faith No More hizo, sea tan influyente en la totalidad de las cosas. Quizás cuando tenga 70 años voy a leer los recortes de prensa, pero no me hace muy bien ahora, al menos que ellos quieran hacer un tour o algo así”. ¿Te han ofrecido una reunión con Faith no More para una gira o disco? ¿Si es así, lo harías? “Hemos recibido un montón de ofertas por mucha plata, pero ¿por qué hacerlo? ¿Sólo por el dinero? Por qué mirar hacia atrás si se puede mirar adelante. Muchas de esas reuniones son muy tristes y no resultan muy bien, artísticamente hablando. Excepto esa vez en que Fantômas tocó con The Stooges en Brasil. ¡Eso sí que estuvo increíble!”. Pero el joven Patton estaba para grandes cosas, y ya antes de convertirse en el cantante de FNM -recordemos que reemplazó al original Chuck Mosley-, brillaba con luz propia y llamaba profundamente la atención en el ambiente underground norteamericano con su propio proyecto Mr. Bungle. Por coincidencia, o por lo que sea, el impacto que causó el single ‘Epic’ en 1991, fue la ventana y el punto de partida para que el iconoclasta cantante hiciera de las suyas y comenzara una obra de dimensiones dantescas, incursionando a su propio modo en tendencias, en ese entonces, inimaginables. “Primero soy músico -dictamina el cantante- y luego soy hombre de negocios. Odio estar aburrido. Siempre estoy trabajando en distintos proyectos para que pueda mantener el interés. Me encantaría vender millones de discos y recibir ganancias extraordinarias, pero eso no es lo que me motiva como artista, ni siquiera como empresario. Como artista quiero complacerme y como dueño de un sello, quiero consentir a los músicos con que trabajo”. EL FACTOR ZORN Después de la producción del pionero del avant-garde, el saxofonista John Zorn en el disco homónimo de Mr. Bungle, las relaciones entre maestro y alumno no han parado hasta el día de hoy, en proyectos como Hemophiliac de Patton y Zorn junto al baterista Ikue Mori, o ahora, este año, con el proyecto Zorn/ Douglas/ Patton/ Laswell/ Burguer/ Perowsky y el disco del saxofonista editado en mayo, “Moonchild” , donde Patton, junto al también Mr. Bungle, el bajista Trevor Dunn y el tremendo baterista Joey Baron -Naked City, Masada-, interpretan las composiciones del vientista. En todo caso, una colaboración musical que se remonta a los 90, como por ejemplo, en toda la morbosidad y susurros orgásmicos entregados por Patton en el álbum “Elegy” de 1996 o en la actualidad, con la reunión 2005 de Painkiller, con el cantante como invitado, o incluso, ahí metido, en algunas encarnaciones de Masada. LA INDEPENDENCIA Pero obviamente, un Patton en el contexto de Faith No More, un tanto aburrido del éxito y de la presión comercial, comenzó a relacionarse con los más diversos músicos y a interesarse radicalmente por la exploración. Los documentos son decidores. Los experimentos vocales de sus discos solistas de mediados de los 90’s, en plena gloria de FNM, sonaban -y suenan- descabellados, pero mostraban el camino absolutamente distinto que tomaría su carrera, y la certeza de que nada podría detener su voluntad inquebrantable de investigación musical y absoluta libertad; de entender la música sin límites de estructuras, sonidos y estilos establecidos por el sentido común. Esos discos fueron “Adult Themes for Voice” de 1996 y “Pranzo Oltrarancista” de 1997. Sobre la posibilidad de un nuevo disco solista Patton comenta: “No tengo nada planeado. Tengo muchas ideas. ¿Quién sabe? Quizá en el futuro”. Claro está que Mr.Bungle, con un álbum tan demencialmente complejo como lo fue “Disco Volante” en 1995, ya adelantaba lo que estaba pasando por la cabeza de Patton. Mr. Bungle tendía puentes musicales, tan impensados, entre estilos como el tango y el death metal, el jazz de avanzada y la experimentación mutante. “Estoy harto de Mr. Bungle -comenta Patton en tono agrio-. Fue una experiencia muy buena, pero llegó el momento de terminar con eso. Nos apartamos como personas. Todavía converso con algunos de ellos, pero hacia el final la situación no era muy buena. Se vienen muchas cosas en el futuro, entonces, ¿para qué miramos hacia atrás? El único que sigue muy cerca mío es el bajista Trevor Dunn, quien ha sido uno de mis mejores amigos por mucho tiempo”. Ya en 1999, alejado absolutamente de FNM, con dichos de lado y lado que no vale la pena recordar, Patton avanzaba a paso firme con “California”, el disco que cerró la aventura de Mr. Bungle. Un trabajo subvalorado, pero a su manera, más sutilmente desquiciada, tan oscuro y extraño como el anterior, aunque con un par de temas, más calmos y fáciles de oír. En otro flanco, comenzaba su profundo interés por el rock, y en general, por la música contemporánea japonesa, cuando se unió a la femme fatale de la electrónica experimental nipona, Masami Akita, para crear el dúo Maldoror y lanzar la demencial placa, “She”. “Los músicos japoneses -sigue Patton- parecen estar menos preocupados de la forma en que se supone que las cosas deben sonar o lucir. Involucra una mayor libertad creativa. Son únicos”. Prueba del respeto por los japoneses, ha sido también, la inclusión en el catálogo de Ipecac, y por lo tanto, con mayor facilidad de difusión en América, a grupos de jerarquía, como Ruins, el dúo Yoshimi & Yuca o también, su colaboración con un gigante de la música de ese país, como Otomo Yoshihide. El personaje de Maldoror fue tomado por Patton y Akita del libro “Los Cantos De Maldoror” del Conde de Lautréamont, dotado e influyente poeta francés del siglo XIX, que se debatió entre la locura y la genialidad. “Me gusta mucho leer -nos dice Patton con respecto a la literatura-. Viene muy bien cuando estoy en gira. Puede ser muy estimulante y también un magnífico escape. Me gusta jugar juegos de video, pero un buen libro incluso puede ser más gratificante. No estoy seguro de los efectos directos de los libros o de las películas en mi carrera, porque pienso que estoy influenciado por todo en mi vida”. LAS GRANDES BANDAS Al mismo tiempo, lo que todos esperaban era que por fin Patton diera luces de una nueva agrupación, hecho que al fin se hizo realidad en abril de 1999, con el disco debut, no sólo de Fantômas, sino que también, de su ahora famosa casa disquera, Ipecac Recordings. El álbum causaba reacciones inmediatas de aceptación o rechazo, pero a fin de cuentas, desde ese trabajo, esta banda ha sido la más constante, editando discos tan heterogéneos como “The Director’s Cut”, “Delirium Cordia” y “Suspended Animation”. Y como muestra, Patton confirmó que la banda en este momento está trabajando en un nuevo álbum. “La próxima grabación será totalmente electrónica, no tendrá instrumentos acústicos, cualquiera que estos sean. Esto me da más posibilidades de imaginar mejor cómo será la grabación al ejecutarla. Necesito tomarme un pequeño tiempo para volver a escribir y componer una vez más”, comentaba en mayo el cantante sobre Fantômas. Pero en 2001, tras la salida de “The Director’s Cut”, Patton lanzaba el esperado debut homónimo de Tomahawk, recordado como el disco del hacha. Esta vez con una formación de súper banda que nada tenía que envidiarle a Fantômas, y que, incuestionablemente, representó una especie de descanso, por ser un álbum de un rock un poco más “tradicional”, bastante más asequible que Fantômas, pero obviamente, de igual poder, originalidad y vitalidad. Acompañado por Duane Denison, Kevin Rutmanes y John Stanier, Tomahawk, tanto con su debut, como con “Mit Gas” de 2003, ha sabido cultivar un metal alternativo de alto vuelo, que se mantiene plenamente activo haciendo lo suyo. “Estamos intercambiando ideas. Espero que grabemos este año y editemos algo durante 2007. Tomahawk es el bebé de Duane, o sea, su bebé musical”, remata Patton. IPECAC A LA CARGA Dentro de este proceso creativo, incuestionablemente ha sido esencial la creación de Ipecac, que más allá de ser un instrumento para que el mismo Patton y sus múltiples proyectos editen sus discos, ha colaborado enormemente al desarrollo de las más variadas tendencias, y se ha transformado en un asidero para cualquiera que necesite publicar una invitación musical que rompa el status quo. Los nombres son múltiples, pero no podemos dejar de mencionar a artistas de tal variedad musical como el minimalismo del violinista Eyvind Kang -con quien el cantante anunció que se encuentra trabajando en un disco en Italia-, el techno noise de Kid 606, el inédito rock de Skeleton Key, los trabajos del músico noruego Kaada, el avant-garde de Guapo, el rap underground de Dälek, y en general, grupos tan demenciales como Orthrelm, The Locust, Mugison y Ghostigital. Todos proyectos que han encontrado la puerta ancha para publicar sus trabajos en un formato de gran calidad y de buena distribución. Cosa bastante difícil para las bandas que no son parte del mainstream ni aceptados de buenas a primeras. Patton comenta respecto a Ipecac: “Queríamos encontrar un lugar donde pudiéramos publicar música interesante, que fuera controlada por el propio músico. Estaba cansado de trabajar con sellos que no entendían nada, salvo esos enormes discos de rock. Hay tanta música interesante que merece ser escuchada; todos los artistas deben ser tratados con respeto. ¿Por qué los sellos necesitan adueñarse del músico? No le presto atención al resto de la industria. Sólo nos centramos en lo que nos gusta”. EL ETERNO COLABORADOR Claro está, que uno de las bandas que más se ha beneficiado con la casa discográfica ha sido Melvins, la clásica agrupación original de su compañero en Fantômas, Buzz Osbourne. Ellos cuentan con decenas de álbumes publicados en el sello, además de la colaboración entre ambos grupos en el proyecto llamado FantômasMelvins Big Band, quienes en 2002 lanzaron el álbum, “Millennium Monsterwork - Live: New Year's Eve 2000”. “Hace poco terminamos de hacer una gira por Europa con ellos. Sería muy entretenido hacer un DVD”, nos adelanta Patton. Otras interesantes colaboraciones del cantante editadas por Ipecac, son Kaada & Patton con el intrigante y enigmático álbum “Romances” de 2004 y convertido en General Patton, en el gran trabajo con el grupo de DJ’s y manipuladores de tornamesas, The X-Excutioners, en el disco “General Patton vs The X-Ecutioners” del año pasado. El vocalista señala: “Ambas experiencias fueron fantásticas. Tanto con Kaada como con the X-Ecutioners nos enviamos casetes con ideas de acá para allá. Kaada hizo gran parte del disco, mientras que en “Gral. Patton” compuse la mayoría de las canciones. Es entretenido trabajar con músicos talentosos e interesantes y experimentar con cosas que jamás se te habrían ocurrido a ti solo”. Además, en estos proyectos, como también en Fantômas y en Faith No More, donde es inolvidable la referencia a “La Naranja Mecánica” en el video de “Falling to Pieces”, e incluso, protagonizando la película “Firecracker”, Patton ha demostrado su profundo amor por el séptimo arte. “Me encanta el cine -dice el vocalista-, pero la música es mi pasión. El hacer películas es una excelente forma de escapar de todo. No hay nada mejor que un gran filme, salvo quizás una comida”. ¿Qué similitudes encuentras entre la música y el cine? “Obviamente, ambas son formas de entretener a la gente, son plataformas en la que un o una artista se puede expresar. Existen tantos géneros y tanta variedad… pero ninguno debe ser tomado muy en serio”. Pero las incursiones del excéntrico cantante no sólo están restringidas a los proyectos editados por su sello, sino que también participó como vocalista -no mero colaborador en las voces- en el EP de cuatro temas, “Irony Is A Dead Scene” (2002) del imponente grupo del metal alternativo, The Dillinger Escape Plan, una de las experiencias del mundo del metal más provocativas de los últimos años y donde destacó el perverso cover para el tema original de Aphex Twin, “Come To Daddy”. “Fue muy fácil y divertido. Me encanta esa banda”, nos narra Patton. Dentro de estas colaboraciones, quizás la más importante en el último tiempo, fue su participación en un disco de tal radicalidad como “Medúlla” (2004) de la cantante islandesa Björk, donde comparte créditos con un personaje tan mítico del rock de avanzada como Robert Wyatt. ¿Cómo fue trabajar con alguien tan distinto como Björk en su álbum “Medúlla”? “¡Fue grandioso! Por supuesto que ella es muy talentosa, pero también tiene las cosas bajo mucho control y sabe lo que quiere. La respeto muchísimo. Espero trabajar con ella otra vez. Una vez más, es muy original”. EL RESPETO DEL MUNDO MUSICAL A TRAVÉS DE PEEPING TOM Tampoco podemos olvidar el álbum “Music to Make Love to Your Old Lady By” (2001) de Lovage, el proyecto que comenzó su contribución con el maestro DJ y productor, Dan “The Automator” Nakamura, creador sobre todo conocido por su trabajo en Gorillaz, y que sin duda, fue un precedente de lo que se convertiría en Peeping Tom, quizás uno de los discos más esperados por el mundo rockero en los últimos años. “Esta es mi versión de la música pop”, explicaba Patton, agregando que “de alguna manera, éste es un ejercicio para mí, ya que para este proyecto he tomado todas las cosas que he aprendido a través de los años, pero esta vez, utilizadas en formato pop. He trabajado con muchas personas que me han dicho, ‘tu tienes una sensibilidad pop en tu interior, que eventualmente encontrarás’, comentarios, que por lo general, me causaban muchas risas”. Lanzado oficialmente el 30 de mayo pasado, Peeping Tom nos muestra el lado más pop -obviamente en el sentido “pattoniano”, art-pop, psico-pop-, colaborando con artistas de la relevancia de Odd Nosdam, el ya mencionado Dan The Automator, Amon Tobin, Kool Keith, Kid Koala, Dub Trio, los pioneros del trip hop Massive Attack, e inclusive, cantantes femeninas, en una primera apreciación tan alejadas del universo Patton, como Norah Jones y Bebel Gilberto. En todo caso, sólo referentes esenciales en sus respectivos estilos. Patton nos cuenta: “Me gustó mucho trabajar con todos ellos. Muy interesante. Conseguí que participaran enviándoles música y preguntándoles si les atraían las composiciones. Aunque no lo crean, me sorprendí enormemente con toda la gente que aceptó trabajar conmigo. Es un honor tenerlos en uno de mis discos. Los admiro a todos”. Y la verdad, es que al escuchar la placa, se nota la admiración recíproca entre las partes, en un álbum de un pop rock denso y arriesgado, lleno de texturas sónicas y sutileza, pero también, por momentos, de gran poder rockero y por supuesto, provisto de la intensidad-versatilidad vocal que sólo Patton sabe entregar. De hecho, uno de los aportes más sorprendentes es el de la siempre muy señorita cantante y pianista Norah Jones en el tema ‘Sucker’. Patton cuenta cómo surgió la idea de invitarla: “Su nombre apareció en el contexto de tragos y risas. Algunas veces las mejores ideas nacen de esta manera. Un amigo mío había trabajado como ingeniero en parte de su material y pensamos que sería fantástico incluirla, ya que necesitábamos una presencia femenina fuerte, y que además, proviniera de un mundo musical distinto al mío. Ella respondió de inmediato con mucho entusiasmo y se unió al proyecto”. PATTON EN CHILE ¿Cómo olvidar las visitas de Faith No More a nuestro país? Primero en el contexto del Festival de Viña del Mar el 5 de febrero de 1991, en medio de todo el impacto causado por el álbum “The Real Thing” y el punto de partida, para que miles de chilenos se convirtieran en fanáticos de la banda. Además, imposible no recordar al irreverente Patton burlándose de Antonio Vodanovic y Paulina Nin, y por añadidura, de todo lo relamido y cliché del festival. Cuatro años más tarde, esta vez con el disco “King For A Day, Fool For A Lifetime” bajo el brazo, FNM se presentó en el Teatro Caupolicán -en ese entonces Monumental-, junto a Paradise Lost y el mítico Ozzy Osbourne, en lo que es hasta hoy recordado como uno de los recitales más importantes que se hayan realizado en nuestro país en el contexto rockero. Patton rememora su visita: “Tengo sólo buenos recuerdos. La gente allá es tan feliz y los fans son grandiosos. No son caprichosos como los de Estados Unidos. ¡La comida y los tragos eran riquísimos!”. A pesar de esto, para el cantante su trabajo se encuentra por sobre las opiniones de sus seguidores, teniendo en cuenta la gran versatilidad de sus distintas bandas y proyectos, no exactamente “easy listening”. “Me importan los fanáticos -continúa Patton-, pero no puedo hacer música para nadie más que para mí. Cuando pasas mucho tiempo preocupado de quien va a comprar tu música, el arte se diluye. No espero que a todos les guste lo que hago, eso es muy poco realista. Las cosas nunca me han salido mejor que ahora y aprecio mucho la fidelidad y el apoyo de los fans”. Entrevista: Equipo Rockaxis Traducción: María de los Angeles Cerda Artículo: Héctor Aravena A. Tags #Mike Patton # Faith No More # Mr. Bungle # Tomahawk # Ipecac # Fantomas # Peeping Tom # 2006 Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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