Camila Moreno: No te quiero soltar más «Me gusta eso de que el disco pueda romper la cuarta pared» Sábado, 20 de Agosto de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis219, septiembre de 2021) Hay pocas dudas: “Rey” fue uno de los discos del 2021, si es que no, el más destacado. La cuarta entrega de Camila Moreno es la motivación principal de esta entrevista con la autora, para hablar de su mejor trabajo a la fecha. Por Cristofer Rodríguez Hace tiempo no se veía un fenómeno así en la música chilena. Como cada viernes, el 20 de agosto de 2021 la industria liberó los estrenos musicales de la semana que melómanos y fanáticos esperaban para escuchar y comentar. Antes del mediodía, Camila Moreno ya era tendencia y las críticas positivas brillaban de manera transversal: “Rey”, su cuarto álbum de estudio, prometía ser el esperado disco chileno del año. «Fue súper impresionante. Obviamente uno siempre trabaja para que sea lo mejor posible, pero esto superó nuestras expectativas», dice. ¿Qué hay en “Rey” que provocó este impacto tan positivo? Un disco con una vocación de grandeza pocas veces vista en la discografía chilena y aún menos en las últimas generaciones, donde las obras se pierden en su propio presente, sin proyectar más allá de sus efectos inmediatos. En “Rey”, en cambio, todo excede a la cantautora que conocimos hace 12 años. Camila alcanza su mayor tamaño con canciones que se disparan como flechas a un futuro desconocido e imaginado, expande su universo temático, su poesía adquiere un mayor peso y el sonido fluye abarcando paletas que caminan entre lo floydiano y el lo-fi. Pero las pretensiones de “Rey” también exceden al disco como lo conocemos. “Rey” es una novela, cómic y película a la vez. Una distopía cyborg organizada de manera inteligente y atrapante sobre un mundo post apocalíptico oscuro, pero con la suficiente luminosidad para que emerjan el amor y la pasión. Una historia de ciencia ficción con expresión escrita, visual y musical. – En 2009 tu carrera parte mirando al pasado, hacia la raíz y el folclor. Luego comenzaste a avanzar hasta llegar a “Rey”, donde la mirada está en el futuro. Del mismo modo, el 2009 tu mirada era muy local, situada en Chile y hoy presentas una obra muy globalista. ¿Cómo se produjo ese tránsito? – La verdad es que fue natural. “Mala Madre” igual tenía un sustento teórico, de mucha investigación que me propició el Diario Nocturno, que fue mi programa de radio donde entrevisté a muchas mujeres en torno a la mitología. Después vino “Pangea”, que quiso ser grande y pretendía abordar también algo más multimedial. De ahí salió un disco doble y un documental. Yo ya venía con ganas de expandir y siento que en “Rey” se pudo cuajar la combinación del mundo audiovisual, el mundo visual y la música. Eso viene de mi amor a la ciencia ficción, de mi complementación con Gowosa, de pensar y pensar una y otra vez en este trabajo, de poder dirigir mis videoclips junto a ella y entender que esa ambición hacia algo más grande no solo tiene que ver con la ambición en sí, sino con la urgencia y con la necesidad de mover los límites de lo posible. Eso a mí me mueve, lo que me motiva en la vida. Me da pasión hablar de la imaginación en un disco y hablar de los límites del tiempo y los límites del género y que todo eso esté enmarcado en un contexto de revolución, de cambio, y creo que en este disco también hay una sensación que esta revolución no está exenta de placer, de amor, de dolor, de intimidad. Estoy pensando en el estallido social y en la pandemia, pero también en esta sensación de distopía que venía de un rato. – Y tras todos estos acontecimientos, ¿ves el futuro de la humanidad en ruinas, como en el concepto de “Rey”? – Sí y no. A mí me gusta mucho el scratch punk, que no es lo mismo que el cyberpunk, que es esta posibilidad de tecnología mediante el escombro, mediante el deshecho. Creo que somos un mundo que deja deshechos y si llegaran los arqueólogos del futuro van a decir que esta sociedad dejó puros escombros, puro plástico y ahí hay una cosa que me encanta a nivel filosófico, porque creo que desde esa ruina donde ya no hay nada, pueden ocurrir cosas. Cuando la vida te deja de rodillas también ocurren cosas y en esos márgenes es donde yo creo que existe un arte que tal vez es el más interesante en esos límites periféricos. – Ese espacio entre la oscuridad y la luz es muy propio del lenguaje de la ciencia ficción – Eso también está inspirado en muchas cosas. En mi infancia hay muchas citas a Michael Ende con “La Historia Interminable” (1979), con “Momo” (1973). Hay muchas cosas que yo amo que son fantasía y ciencia ficción, hay mucho rollo simbólico en los cómics que a mí me gustan. Siempre he coleccionado cómics y me gusta mucho el rollo de Mœbius, de Jodorowsky, el cómic europeo en general que, si bien tiene harta ciencia ficción, también tiene harto surrealismo y simbolismo. El cyborg propiamente tal para mí tiene que ver con la idea de esta niña feral que fue criada por perras. Soy súper amante de estas historias de niños ferales, como Rómulo y Remo que fueron criados por una loba, hasta también historias más contemporáneas como la de la mujer gallina. – Tienen algo de crueldad, también. – Sí, es cruel, pero me impresiona que te hacen pensar en cuánto del humano es cultural y cuánto de la construcción que hacemos de la realidad está en el lenguaje. Visto el mundo de esta manera, la imaginación se transforma en un arma. Donna Haraway con el “Manifiesto Cyborg” (1985) fue súper importante, donde enlaza lo cyborg con el feminismo. También leo hace rato a la Ursula K. Le Guin, una escritora de ciencia ficción. Son especiales porque la ciencia ficción tiende a ser un mundo más masculino y hay menos autoras mujeres de ciencia ficción o que no se conocen tanto. Ahí me surge esta idea de hacer una historia entre dos mujeres, una cyborg que está más allá del género, podríamos decir que post género y se enamora de una mujer mutante mapuche, en un universo donde son los mapuches los que lograron preservar la naturaleza. – En el estallido social hubo mucho amor, pero se expresó en rabia, dos emociones que, en occidente al menos, parecen ser opuestas. ¿Cómo haces esta relación entre amor y rabia y cómo se manifiesta en “Rey”? – Creo que en la rabia hay mucho amor. El opuesto al amor es la indiferencia, cuando no te importa algo. La rabia es cuando algo te importa y aparece esta emoción tremenda. En “Rey” se expresa rabia, pero es una rabia que está llevada a cabo, no es una rabia contenida, es una rabia que incluso puede derivar en erotismo. En ‘Quememos el reino’ hay una parte que dice «yo la voy a recibir con este fuego para poder amarte», recibir la revolución, porque para mí la revolución también se trató de las disidencias. La lucha por la dignidad también tuvo que ver con las luchas LGBTIQ+ y también tiene que ver con los derechos de la mujer y con poder amar a quien quieras amar. En ese sentido el disco está lleno de eso. – Hay un personaje que se embaraza en la obra. ¿También hay una resignificación de la maternidad? – Soy madre, hago mi trabajo y no es tan fácil conjugar la maternidad con el tipo de trabajo que tengo, que es la música y también ser la directora, la cara de todo este proyecto colectivo. En el caso particular de ‘Corderito mío’, es un poema que descubrí cuando estaba embarazada y cuando nació mi hijo logré entenderlo mucho más a cabalidad. No había ninguna palabra, ningún lenguaje, ninguna expresión que pudiera retratar tan bien mi experiencia personal de la maternidad, a niveles incluso medios iluminados. La Gabriela Mistral escribió un poema que creo que cualquier mujer que es madre, e incluso un papá, se podría identificar 100% y lo musicalicé innatamente y nació esta melodía. Me metí en el mundo de la Gabriela Mistral y me di cuenta que le escribía las cartas a Doris Dana en masculino y cuando me topé con eso me di cuenta que el disco se tenía que llamar Rey. Ya existía la canción ‘Rey’ y ya existía ‘Villano’, y todo este juego con el género donde muchas veces yo hablo en masculino. Ahí se trenzó subterráneamente la maternidad, con Gabriela Mistral y el género, y también ella hablándole a su amor. Entonces se me cerró el concepto. – Hemos hablado del futuro, la naturaleza, la revolución, las disidencias, las mujeres y la maternidad. ¿Qué rol juega el hombre en “Rey”? – “Rey” se escribe tachado. Hay una cosa ahí para resignificar el arquetipo. Mi impresión es que lo masculino no es malo per se, pero el arquetipo del patriarcado es lo que nos aniquiló a todos, hombres y mujeres, en la posibilidad de la imaginación. Si los hombres existen en “Rey”, tienen un rol un poco como de los hombres grises, como los que existen en “Momo”, una cosa como los destructores del tiempo. Justamente el disco trata de decir «el paco es hombre», entonces representan a la milicia, a los pacos, a los efectuadores de la guerra, ese tipo de hombre, por eso lo digo en singular y no en plural. Por eso hay una lectura que es más o menos plana en el universo de “Rey”, porque se está refiriendo a los hombres de la milicia. Enciendo el fuego secreto Si algo caracteriza a Camila Moreno, además de su apetito en constante expansión, es su férrea convicción en el trabajo colectivo. La colaboración como única posibilidad creativa y profesional y como horizonte artístico que no se debe abandonar. Es esto lo que ha provocado que se convierta en una de las artistas chilenas más importantes en lo que va de siglo, sorteando algunos de los años más duros para la industria de la música. «Creo que también es fruto del trabajo en conjunto que realizamos con mi equipo. Nosotros igual hemos planificado harto, creo que ahí mi mánager Juan Ignacio Cornejo y la agencia Rebeldes se la jugaron. Es producto de una pega muy dura». Y tiene razón. Un trabajo que comenzó incluso antes del estallido social, que se guardó producto de la pandemia y que terminó con una publicidad enorme en el corazón de Times Square. Toda una proeza para un proyecto independiente. – Tengo entendido que varias canciones fueron compuestas antes del estallido social y la pandemia. – Sí, la mayoría del disco. Te diría que el 80% del disco fue compuesto el primer semestre del 2019. Después, cuando empezó la pandemia, hubo una pausa que hizo que pensara muchas cosas de nuevo. Le dimos muchas vueltas a las canciones, también las transiciones. El disco lo terminamos de masterizar como en junio o mayo de este año. – ¿De dónde surge la idea de unir las canciones con puentes? – La verdad es que no sé (risas). Fue algo que se me ocurrió. Cuando teníamos las canciones le dije a Iván González que teníamos que hacer transiciones cinemáticas entre las canciones. Me gusta eso de que el disco pueda romper la cuarta pared. El disco está lleno de arreglos y medio sobrecargado y suena increíble, pero de repente hay una guitarra que suena como el hoyo, grabada casi que con el celular. No sé si tiene que ver exactamente con tu pregunta, pero el Cristián Heyne, cuando escuchó las maquetas en Triana, fue súper enfático en que este no era un disco con un puñado de canciones, sino una obra interconectada. A él le gustó mucho esto de que las canciones se comunicaran entre sí. ‘Déjame’ con ‘Es real’, en ‘Villano’ hablo de ‘Rey’, como que está todo un poco trenzado. Ahí fue cuando Cristián me dijo que el disco tiene que tener 20 tracks y yo le dije «hueón, no vamos a hacer un disco de 20 canciones, qué lata, qué largo», y de repente teníamos 12 canciones con transiciones y quedamos en 20 tracks (risas) y nos reíamos porque fue como un brujo. Un año de vaivenes. Dos singles lanzados (‘Hice a mi amor llorar’ con Lido Pimienta y Ximena Sariñana y ‘Déjame’), una serie de videos codirigidos con Gowosa, la utilización de un importante lugar en la promoción de Spotify en Times Square un día antes del lanzamiento de “Rey” y el primer recital chileno con público al aire libre en Concepción desde que inició la pandemia. Pero también hubo una funa en redes sociales por comentarios sobre el acontecer nacional y una detención televisada en el Paseo Ahumada. Sin entrar aún en el tercer trimestre del año, Camila Moreno ha experimentado uno de los años más vertiginosos de su vida. – ¿Cómo has enfrentado este 2021 tan intenso? – Sí, ha sido uno de los años más difíciles de mi vida a nivel personal y laboral. Se murió mi abuela una semana antes de que saliera el disco. Una abuela muy cercana y todavía es duro. Obviamente se murió súper viejita, de una buena forma, no sufrió por mucho tiempo, pero es un golpe súper fuerte para mi familia. Todo lo que aprendí de feminismo lo aprendí con ella: fue una de las primeras mujeres en votar en Chile, en insistir que quería usar pantalones, en insistir en estudiar, llevar una carrera y no solo querer ser dueña de casa; estudió, trabajó, se separó de mi abuelo. Una mujer muy valiente. Entonces todo esto es parte de un año súper difícil, pero también de mucho aprendizaje. Siento que el recibimiento de “Rey” también se debe a que el trabajo fue bastante minucioso, está super bien acabado. Me tiene muy orgullosa, esperanzada y afortunada el equipo de trabajo que tengo. Ha sido súper maravilloso el proceso, pero también el resultado. Tags #Camila Moreno #Rey #Cristián Heyne Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Noticias Ace Frehley comparte nuevo single solista Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Noticias ''Glasgow Eyes'': The Jesus and Mary Chain anuncian su nuevo disco Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Articulos Pin Up Casino Online: Cómo Registrarte para comenzar a ganar en 2023 Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Shows Beck: el alma de un hombre Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Discos Matorral Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Galerias Beck Miércoles, 29 de Noviembre de 2023 Rock Shows The Hives: la razón de tu existencia Martes, 28 de Noviembre de 2023 Rock Noticias Concurso: The Cure regresa a Chile Martes, 28 de Noviembre de 2023