David Lebón: "Mientras estés acá tenés que disfrutar como loco"

No solo se presentará una vez más en Chile este viernes 26 junto a su eterno compañero Pedro Aznar, sino que también prepara el lanzamiento de su nuevo álbum, en donde tendrá colaboradores que ni él mismo quiere revelar para no matar la sorpresa, y además se presentó en la gala de los Premios Gardel junto a su compatriota Tini Stoessel la noche anterior de esta conversación. David Lebón, nombre fundamental dentro de la escena de la música trasandina, no evidencia señal alguna de querer reducir su actividad, incluso con 70 años y más de 50 dedicado a su arte. En la previa a su regreso, nos cuenta más sobre esta extensa trayectoria, su actualidad, su relación con Chile, y mucho más.

- Vienes recién de presentarte en la ceremonia de los Premios Gardel. ¿Cómo fue para ti esta experiencia?
- Para mi fue la primera vez en que pude al final desatarme del apego de que soy un rockero: Soy un músico. Yo amé los Beatles, y los sigo amando toda mi vida porque hacían canciones, no porque tocaban bien la guitarra o tocaban bien la batería, sino que los cuatro hacían cosas maravillosas. Y el quinto, Clapton, que también por supuesto a cambio de una señorita tocó la guitarra muy bien también (risas). Fue muy increíble, yo conozco al padre de Tini, esta chica, porque él fue un productor de un canal de televisión muy importante, hizo cosas muy buenas, y es una buena persona, no que quiero decir que los demás productores sean malos, pero algunos son difíciles (risas). Ella es muy jovencita, podría ser mi nieta, fácilmente podría ser mi nieta. Yo tengo una nieta de 23, ella tiene 25, y cuando ensayamos fue lindo, pero cuando tocamos anoche, yo sentí como que me me había metido… y yo creo que ella también lo sintió, sentimos que nos habíamos metido en nuestro mundo, de cada uno, y era exactamente el mismo, no había diferencia. La melodía y la armonía era lo que ganaba ahí, lo que estaba sucediendo, y sobre todo, el amor. A mí la música… o sea, me ponés un tema, por ejemplo, ‘Over the Rainbow’ de Keith Jarrett en piano, no sé si mucha gente lo conoce pero se lo recomiendo. El tema ‘Over the Rainbow’ es un tema viejísimo de una película, El Mago de Oz, tocado por Keith Jarret en piano, yo lo ponía todas las mañanas y lloraba porque soy un enfermo de la melodía, no sé hacer muchas melodías, por eso todavía sigo siendo un enfermo gracias a Dios, porque las sigo buscando, pero no las encontré (risas). Agarré un montón, pero todavía no encontré la melodía.

- ¿Qué te demostró esta premiación en cuanto a la actualidad de la música de tu país? Porque Argentina sigue siendo muy conocido por sus exponentes a nivel internacional.
- Y también es conocido por sus grandes cagadas, pero bueno… (risas). Por eso hay buena gente acá, porque suceden esas cosas a veces, y resulta que empiezan a salir racimos de personas con mucho cariño y mucha conciencia. Anoche sentí que había cambiado muchísimo lo que eran los Premios Gardel, en todo sentido, la técnica, la televisación, los músicos que tocaron, las ideas que se hicieron para hacerlo, con quién iba a tocar quién y quién iba a hacer qué, y la verdad es que estoy contento, hoy estoy contento de haber dicho sí cuando me invitó Tini, porque la verdad es que fue muy hermoso. Nos quisieron a los dos, el público, y cantaron una canción mía, que es ‘Seminare’ y nos quisieron a los dos por igual. Así que estoy contento, me siento más joven… y ella más vieja (risas).

- Esta semana regresas a Chile junto a Pedro Aznar. ¿Qué nos puedes contar sobre este show?
- Va a estar bueno, va a estar bueno en el sentido que… yo soy como un chico, ya tengo 70 años, no sé si ya te lo dije porque se me olvida por los 70 años, pero tengo 20 años en mi cabeza y en mi corazón, sobre todo en mi corazón, en mi cabeza tengo creo que los 70. La verdad es que con Pedro siempre la pasamos bien, y lo lindo de esto es que puedo tocar con algunos de los músicos que van conmigo, porque no podemos ir todos, y lo mismo con Pedro, a él le gusta hacer lo que él hace, y después nosotros hacemos lo nuestro, lo que nos gusta a nosotros. Y de hecho agregamos una canción más, anoche me llamó y me dijo ‘Ché, ¿no te parece que sería bueno agregar una canción más?’, ‘Por supuesto, hagamos 15 más, las que vos quieras, no hay problema’ (risas). Pedro me introdujo a Chile, ¿sabés? Yo a Chile fui varias veces, pero no a tocar, y me enamoré de Chile, me enamoré de la casa de Pablo Neruda, que me llevaron una vez a conocerla, y me contaron algunas historias secretas de Pablo Neruda que estaban muy buenas (risas), me encantó la verdad. Pero no me encantó solo eso, me encantó todo Chile, el aire, la gente, me sentí muy cómodo.

- Sobre Chile, ¿tienes alguna relación actualmente con algún artista o banda local? Porque en los 70 fuiste muy cercano a Los Jaivas.
- Pero ahí estamos hablando de cuando estaba el Gato, el guitarrista, cuando la hija del baterista era una niña (risas), y ahora toca la batería. Ahí queda el bajista y el pianista… Cuando nos conocimos con Los Jaivas fue muy duro para ellos, porque llegaron y, obviamente, por el apellido de ellos fueron muy perseguidos, y uno de ellos, el pianista justamente, Claudio, estaba en Zárate preso, mientras que las chicas hacían pullovers para vender. Yo siempre iba todas las tardes, yo venía de tocar Rock n Roll furioso ¿viste?, nada que ver con lo que estaban haciendo ellos (risas), pero nos hicimos muy amigos, y lo cómico de esto es que a veces venía la policía cuando había música, y miraban a Los Jaivas con el pelo largo, los charangos y las guitarras acústicas, haciendo medio folklore, y se iban, porque no parecían rockeros, parecía una fiesta folklórica, ¿viste? Y yo me reía muchísimo, porque decía ‘no puede ser, llegan a entrar a mi casa y me llevan a mí, a mis hijos, a mis nietos, a todos se llevan’ (risas). En esa época, digamos. La verdad es que los quiero mucho, los conocí muy bien a todos, conocí a las señoras de cada uno, los amé mucho y ellos me amaron mucho a mí, tengo recuerdos y filmaciones que son imposibles de transmitir, es como un secreto absoluto.

 

- Volviendo a la actualidad, ¿estás preparando nueva música?
- Está saliendo ya mismo, en este mes, antes de fin de mes, “Lebón y Co. 2”, con unos invitados impresionantes internacionalmente. Yo estoy muy feliz por cómo yo recibí el sí de ellos, digamos. No quiero nombrar a ninguno porque quiero que sea una sorpresa, pero son todos excelentes, me trataron con un amor… yo no es que desconfío de los grandes o de los chicos, si me hubieran dicho que no, era no, y listo, se acabó, pero todos eran sí, queremos, que bueno conocerte. Yo no sabía que me conocían tampoco, porque nunca he salido mucho de Argentina, a pesar de que me han llevado secuestrado, torturado, y me han hecho de todo, nunca me fui, yo amo mi país, y ya me habían avisado, me habían dicho que me iban a llevar si no me iba, pero yo decía ‘lo único que hago es cantar de amor, no vendo droga, no vendo gobierno, no vendo guerrilleros (risas), no vendo nada de eso’. Siempre vendí amor, tranquilidad, calma, luz. Cuando te vas a respirar de noche, ¿quién te respira? Amar a Dios, amarte a vos mismo, darte cuenta que está dentro tuyo, no está fuera, no es el auto,o la familia, la casa, ¡no!, porque cuando te morís, no te podés llevar nada (risas), te vas solo, pero mientras que estés acá tenés que disfrutar como loco, y yo estoy intentando a pesar de que me tiran la cáscara de banana y me hacen resbalar y lastimar, yo me levanto de nuevo y sigo y sigo y sigo.

- Ya llevas más de 50 años dedicado a la música, colaborando con nombres de la talla de Charly García, Spinetta, el mismo Pedro Aznar, Pescado Rabioso, Serú Girán, y muchos más. ¿Cómo definirías tu carrera después de tanto tiempo dedicado a ella?
- Yo creo que fuimos todos sapos de otro pozo y nos conocimos, nos fuimos conociendo. Así como con Luis, yo era muy fanático de Luis y no lo conocía personalmente, y un día me escuchó tocar y a partir de ahí empezó una amistad increíble que yo no podía creer porque yo lo amaba. Mientras yo me compraba un pantalón él hacía 15 canciones, por ejemplo. Pero un día yo hice una canción de tres acordes, se llama ‘Mañana o Pasado’, que es muy simple, y él lloró cuando la escuchó. Me dijo ‘que hermosa canción, vamos a grabarla esta noche’, y fuimos al estudio y la grabamos. Y con la banda, obviamente, con Black Amaya o Cutaia, yo tocando el bajo (risas), yo toco la guitarra pero ahí toqué el bajo, y la pasamos como nunca. Pappo’s Blues, Polifemo, te puedo nombrar un montón de grupos... otro grupo que fue realmente hermoso fue Serú Girán, obviamente, a pesar de que a mí, personalmente, me gusta mucho más Pescado Rabioso, por mi edad que tenía en ese momento y por los sueños que tenía en ese momento, porque pegué justo el sueño que yo quería.

- ¿Es más importante para ti Pescado Rabioso entonces? ¿Incluso más allá del reconocimiento que tuvo Serú Girán no solo en aquel entonces, sino que hasta hoy en día?
- Sí, yo hablo de conocido porque te vas haciendo conocido con el tiempo, Moro ya era conocido por un lado, Pedro era conocido por un lado, Charly era re conocido por un lado, y yo era conocido por otro. No importa los tamaños, pero cuando nos juntamos todos… era como Soda Stereo, Charlie Watts… Charlie Watts, ¡Charly Alberti, perdón! (risas) Perdón Charlie.Charly Alberti no era un gran baterista, Terry Bozzio… me estoy equivocando de músicos totalmente (risas), Bosio, digo, el bajista, tampoco era un gran bajista, pero los tres juntos hacían música, los tres juntos hacían muy buenas cosas y muy buenos temas, si hubiesen cambiado de artistas no sé qué hubiese pasado, si hubiese existido eso.

- Mencionaste anteriormente al amor como el principal tema de tu música, lo que siempre has vendido. ¿Es también la principal inspiración para seguir tras tanto tiempo con tanta actividad sin perder las ganas?
- No es solamente mi caso, es tu caso de hacer radio, el caso de tu mamá o tu esposa de cocinarte, es el auto si le pones nafta. Mi trabajo y tu trabajo, porque a pesar de que quizás no toques un instrumento, sí te gusta mucho la música, entonces sos parte de esto también, y la música es puro amor, es el perfume de Dios. La música es el perfume de Dios.

Luciano González