Hawkwind: ¡Adelante! Entrevista con el legendario tecladista británico Tim Blake Domingo, 04 de Noviembre de 2012 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis117, noviembre de 2012) Tuvimos la suerte de conversar con un personaje sin par en el contexto de la historia del space rock y la electrónica. Parte importante de bandas paradigmáticas del género como lo son Hawkwind y Gong, Tim Blake posee una interesante carrera como artista solista, que ha desarrollado en trabajos cruciales de la electrónica y el art-rock. En una extensa entrevista, Blake hace un recorrido por toda su carrera, abordando aspectos técnicos, personales y concepciones musicales, que ha desarrollado en más de cuarenta años de exploración sonora. Su controvertido paso por Gong, su carrera solista, su visión de la tecnología al servicio de la música y su actual momento en Hawkwind, con su nuevo álbum “Onward”, fueron algunos de los tópicos que abordamos con el pionero artista inglés, que siempre está en busca de nuevos caminos por recorrer. Hablemos primero de tu nuevo período en Hawkwind, con quienes ya has estado trabajando desde principios de la década pasada, girando y editando discos como “Blood of the Earth” o el más reciente, “Onward”. ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Dave Brock y que nos puedes contar de estos recientes años junto a Hawkwind? TIM BLAKE: “Tengo que contarte sobre el pasado. Mi relación con Hawkwind, se remonta al día uno de mi trayectoria, exactamente al 29 de agosto de 1969, con un poco más de diecisiete años. Comencé a trabajar en la música, cuando me contrataron como ingeniero de sonido, para el excelente grupo, High Tide. Mientras estaba en un concierto junto a ellos en Londres, tres de los miembros originales de Hawkwind, me preguntaron si podía hacer un set de apoyo para sus shows. Y bueno, simplemente, dije, ‘porqué no’. Esa fue el comienzo de una nueva era para todos nosotros. Así que, como te decía, mi carrera se inició al mismo tiempo que la de Hawkwind y han progresado de forma paralela. Después, cuando estaba en Hawkwind en el tour de 1979, Dave Brock sugirió que tocará mi pieza “Lighthouse” como un número de la banda. Ahí me di cuenta que él sabía todo sobre mi propia música y fue toda una sorpresa. Pienso que la clave de nuestra relación, es que nos conocemos muy bien como amigos y colaboradores. Dave sabe cuándo puede presionarme, para sacar lo mejor de mí. Es como apretar una naranja. Con eso logra ponerme en situaciones musicales, con las que me sorprendo a mí mismo con los resultados. Años más tarde, en 2005, Dave se percató del aburrimiento que me provocaba mi propio pasado musical y me recordó, que a los diecisiete años, mi sueño era convertirme en guitarrista líder. Así que, a mi propia manera, eso es lo que estoy haciendo con mi keytar en Hawkwind. Al igual que yo, él odia no evolucionar y mantenerse en un mismo lugar, así que progresamos juntos. “Onward” es un ejemplo claro de esto último”. Justamente hablando del álbum doble “Onward” ¿Quedaste conforme con los resultados del disco en general y de tu aporte en él? “Dave y yo somos muy diferentes, en el sentido de cómo nos enfocamos en hacer un disco. En mi caso, siempre estoy buscando hacer algo que me satisfaga, sobre todo, a mí. En cambio, Dave sabe que está realizando un registro para que los fans lo disfruten. Si yo produjera un disco de la banda, probablemente, sería muy costoso e implicaría mucho trabajo de estudio. Como yo vivo en Francia, no puedo estar todo lo disponible que quisiera, así que dejó casi todos los ajustes y post-producción a Dave. Me encantaría que los discos de Hawkwind, fueran una colaboración más estrecha entre Brock-Blake, al estilo de la vieja escuela. Sin embargo, eso implicaría salirme de mi vida cotidiana e ir a otro sitio por un buen tiempo, etc. Así que mientras eso no ocurra, estoy tranquilo, porque sé que Dave lleva muy bien las riendas de la banda” De hecho, el tema de tu autoría "Southern Cross", va en la línea de la electrónica cósmica, que siempre ha sido parte de tu sensibilidad y manera de enfrentar la música ¿Qué nos puedes decir de la composición de ese tema en particular? “Bueno, esa canción es un clásico ejemplo de cómo Dave y yo, interactuamos de la mejor manera, al igual que en “Inner Visions” de nuestro álbum anterior, “Blood of the Earth”. Cuando estoy en Reino Unido, para mí es muy fácil escribir para la banda, pero como por lo general estoy en Francia, me inclinó más a componer y grabar de forma individual. Siempre le estoy mostrando nuevas ideas a Dave y, si a él le gustan, se involucra en editar, en sugerir, hasta que llega a convertirse en una versión diferente de la original. Esto último es claro en “Southern Cross”. La inspiración original para la pieza, la tuve mirando la Cruz del Sur en un impresionante cielo nocturno al interior de Australia, cuando volvía del Festival Golden Plains en marzo pasado. Además, me inspiré mucho también en el impacto que me provocó ver el show “The Night Terrors” del excelente intérprete australiano del theremín, Miles Brown, quien es alumno de la virtuosa del instrumento, Lydia Kavina. Miles tiene una técnica tradicional perfecta de ejecutar el theremín, así que sentí que era el tiempo de escribir una pieza, que estuviera en sintonía con ese sonido. El resultado es “Southern Cross”. La versión original que se puede encontrar como “Noggi’ Tar” en mi sitio http://moonweed.free.fr/store.htm., fue traspasada a los archivos de Hawkwind y Dave la editó, agregó loops de batería, convirtiendo la pieza original de 13 minutos, en una remezcla de siete minutos, que es, la que en definitiva aparece en “Onward”. Con Fred ¿? invitado en órgano, hicimos una tercera versión en vivo, que puedes mirar acá. Así que como puedes ver, me gusta tomarme mi tiempo para experimentar e ir mutando una composición, hasta su concreción final”. GONG: UN LÍDER EN LAS SOMBRAS Vamos al pasado. No hay duda que uno de los grupos más apasionantes de los setenta, fue Gong en el período de la trilogía “Radio Gnome Invisible”. ¿Qué recuerdos tienes de esa experiencia y de haber tocado junto a grandes músicos como Steve Hillage y Daevid Allen? “El escritor británico Charles Dickens comienza su célebre novela “Historia de Dos Ciudades” con las palabras, ‘fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos’. La frase resume muy bien mi experiencia en Gong. No diría que Daevid era un gran músico, pero sí una persona increíblemente inspiradora y manipuladora. Él tenía el talento de usar esa cualidad, para atraer a las mejores personas que estaban disponibles alrededor suyo, a menudo, de una manera que ocultaba cualquier falta de musicalidad o creatividad de su parte. En la otra vereda, considero que fue un real privilegio haber trabajado tan estrechamente con músicos del calibre de Steve Hillage, Didier Malherbe y el fallecido, Pierre Moerlen. Ellos ampliaron mi visión como artista de una manera enorme y pienso, que están entre los cinco o seis músicos más grandiosos con los que he colaborado. Además, siempre los siento cerca y me transporto con sus creaciones. Es posible que haya escrito y tocado parte de mi mejor trabajo con ellos tres”. ¿Cómo eran las relaciones dentro del grupo y los aportes creativos de cada uno, teniendo en cuenta que eran una agrupación muy numerosa? “’Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos’ como te comentaba antes. Toda mi experiencia con Gong, se vio empeñada por la actitud de Allen y su apenas disfrazada deshonestidad. No te preocupes, él no me va a demandar ni a ti ni a mí por decir esto, porque sabe que al final ganará. En todo caso, aquello no resta ni un ápice de valor, a la maravillosa música que hicimos con Didier, Steve, Pierre y Mike Howlet. Hace poco leí una entrevista de Hillage, en la que dice cosas de mí que me emocionaron. Según sus palabras, ‘La historia de Tim es muy distinta a la de nosotros y, realmente, es única. Todo lo que puedo decir, es que las diferencias o quejas que tiene Tim con otros miembros de Gong son legítimas. Él ha seguido su propio camino y le deseo la mejor suerte del mundo. Amo a este tipo’. He sido muy claro con respecto a estas diferencias del pasado y creo que es cansador seguir haciéndolo. Así que como decimos en la ‘tierra de Hawkwind’ (Hawk-Land), ‘¡Adelante!’ (Onward!).” ¿Cuál de los álbumes de la trilogía es tu favorito y por qué? “Personalmente, me niego a la idea de una trilogía en todo sentido. No había ninguna noción conceptual de trilogía, en el proceso de composición de esos discos. Toda la historia fue agregada por Daevid más tarde en las notas del LP y en los arreglos finales, después de que las canciones estaban compuestas e, incluso, grabadas. Creo que la razón de esto, es que Daevid quiso vender la idea de la trilogía a otra compañía discográfica, a espaldas de todos los demás integrantes. Aunque una persona tan retorcida como él, nunca lo reconocerá ni dará una respuesta directa al respecto. Sin embargo, en mi opinión, “Angel’s Egg” es el más auténtico de los tres trabajos. Además, tiene el mérito de reflejar bastante bien como era el sonido de la banda en esa época. Creo que “You”, ya sufre el peso terrible de tener a Daevid y Gilli (Gilli Smith, ex esposa de Allen) más encima de todo el proceso”. ¿Qué fue lo que pasó con Gong que, tras la trilogía, se desmembró para transformarse en una banda instrumental más cercana al jazz-fusión? “Bueno, es lo que siempre sucede con un líder en las sombras, que divide la banda y cambia las reglas. Una vez que Daevid logró concentrar en él la atención del éxito de la banda, sabía que su credibilidad se caería a pedazos con el tiempo. Así que decidió salirse, ya que sabía que podía volver cuando quisiera y quedarse con todo el crédito. Es una técnica usada por los dictadores de hojalata desde el principio de los tiempos y todavía funciona muy bien hasta el día de hoy”. EL NUEVO JERUSALÉN Con respecto a tu obra solista, ¿qué recuerdas de la época de un disco tan importante para la electrónica y el rock espacial como “New Jerusalem” de 1978? “Bueno, realmente fue una proeza técnica, ya que construimos un estudio en la Granja Ridge, con equipo prestado. Al final, tuve que terminar el disco en los estudios de la avenida Hoche de París. Eso fue algo realmente bueno, porque de esa manera, el ingeniero Jean-Phillippe pudo trabajar tranquilo y aportó mucho en la grabación”. “New Jerusalem” tiene referencias del poema del escritor británico William Blake, "And did those feet in ancient time". ¿Te sigue interesando la poesía y la literatura para ocupar en las temáticas musicales? “Bueno, no lo ratifico ni lo desmiento. Hay algo de ilegitimidad en esto, pero mi madre tenía una versión de la colección de poemas ilustrados de William Blake, ‘Songs of Innocence and of Experience’. Creo que con aquello te digo todo”. En esa época, también eran impresionantes los shows de luces de láser que usabas con Crystal Machine. Además fuiste pionero en la utilización de dichas técnicas junto a Patrice Warrener. ¿Qué nos puedes contar de esa época y de la experiencia de haber realizado esos conciertos? “Fue un período magnífico. Simplemente luces que brillan en la oscuridad. Trabajar con Patrice fue, es y siempre será un gran regocijo para mí”. ¿Qué nos puedes contar de tu primer período en Hawkwind a fines de los 70 y principios de los 80, con quienes lanzaste discos como “Levitation” o el en vivo, “Live Seventy Nine”? “Fue un tiempo muy entretenido. Siempre es grandioso trabajar con Dave (Brock), quien ha sido mi compañero por más de 40 años. Además, tengo el singular honor de ser el único artista del que Hawkwind ha hecho un cover. Hubo problemas privados muy graves, que hicieron que dejara la banda. Pero tenemos un conocimiento bastante profundo el uno del otro, tanto musical como personalmente. Es algo raro pero, a la vez, muy útil”. Hace algunos años, se reunió la alineación clásica de Gong ¿Cómo fue la experiencia de tocar con tus viejos compañeros de banda? “Obviamente, toda reunión es siempre entretenida, pero, al mismo tiempo, nostálgica. Realmente pienso, como lo hace Dave con Hawkwind, que no tiene mucho sentido repetir lo que se hizo en el pasado. Hay que moverse hacia “ADELANTE” (“Onward”) y crear nuevos caminos. No obstante, te puedo decir que para mí, los dos puntos culminantes de ese largo fin de semana, fue la performance que hizo J-P Rykiel del repertorio de “Crystal Machine” y la actuación de Steve Hillage con su banda. Ambas presentaciones, hicieron que fuera una gran experiencia. El concierto de Gong fue, para mi gusto, una especie de auto-tributo. Además, en mi caso, no fue fácil hacer las mismas cosas que realizaba en los setenta, con el equipamiento de estos días, ya que, simplemente, no están diseñados para crear esos sonidos del pasado”. Volviendo a Hawkwind, ¿en los últimos años no les han ofrecido visitar Latinoamérica? ¿Te gustaría tocar para el público latino? “La verdad es que no estoy al tanto de lo que le proponen a la banda, ya que eso corresponde al manager, pero, en lo personal, obvio que es una idea a la que le daría la bienvenida. En su momento, recibí un par de propuestas para hacer el show de “Crystal Machine” en Sudamérica, pero, al final, nunca se materializó. Para ser honesto, tal viaje sería terriblemente caro, así que hubiese necesitado un promotor muy sólido a cargo”. DEBILIDADES Y FORTALEZAS ¿Cómo ves las nuevas oportunidades que la tecnología aporta al mundo del sonido, considerando que desde la década de los setenta, siempre estuviste a la vanguardia con los sintetizadores y efectos sonoros? “Hay dos partes para contestar esa pregunta y, posiblemente, más. No creo que, en lo profundo, la manera o los elementos para hacer música, realmente debieran influir en la propuesta artística que uno quiere expresar. De lo contrario, la música se convierte en un tipo de sonido y esa no es la idea. Tuve la suerte de ser uno de los primeros intérpretes de sintetizadores en el desarrollo de la música popular. La evolución de este tipo de instrumentos fue impresionante. El punto débil es que las primeras generaciones de Synths, eran dificultosas para cambiar las funciones de manera instantánea y una cierta inestabilidad en lo que afinación se refiere. Mi camino alrededor de aquello, fue elegir un set, que podía ser usado como una pequeña ‘banda’. Aunque la mayoría de los sintetizadores de la época eran capaces de hacer las mismas cosas, era más fácil, para tocar en vivo, usarlo de una manera particular, como se puede definir bajo, guitarra, órgano. En ese sentido te decía lo de tener una pequeña ‘banda’. En mi caso, usaba un sistema EMS por su rápida secuencia de notas, otra consola para los efectos de sonido electrónicos y drones, un mini-moog para las líneas melódicas y un Modular Moog o Roland Modular, para la evolución de la secuencia rítmica. A eso le adhería una máquina Polyphonic o un melotrón, que abría las posibilidades a los acordes, etc. En los días tempranos, también ocupaba cintas de grabación de alta calidad, con el fin de programar ecos de ping-pong en estéreo. Esa es un poco mi marca registrada. Este tipo de equipos, tenían grandes inconvenientes: el tamaño y la pesadilla de mantenerlos en sintonía. Pero la mayor ventaja, eran las progresiones posibles gracias a los comandos y botones. Más tarde, llegaron las memorias digitales y las conexiones midi, una verdadera revolución. Pero siempre hay sus pros y contras. Por ejemplo, los chip de osciladores, nunca tendrán la calidad del sonido análogo. Ahora, usó un modelo digital que emula todo mi equipamiento antiguo, organizado en unidades en mi computador. Aquí el punto débil, son las unidades de control, aunque cada vez están llegando más y más el mercado. Hay una tendencia, en estos días, para introducir controles digitales para máquinas análogas y no utilizar MIDI en los controles”. En los últimos años, has seguido desarrollando tu propia visión de la electrónica en discos como “Tide Of The Century” y “Caldea Music II”. ¿Qué nos puedes contar de estos proyectos? “La verdad es que son dos proyectos muy diferentes entre sí. Asocio “Tide Of the Century” con “New Jerusalem”, ya que son pura expresión propia. En ambos, me puse a mí mismo desafíos técnicos. Había explorado hasta el final las posibilidades de un computador midi en mi álbum “Magick” de 1991, mientras que en “Tide…”, busqué indagar en la nueva idea de grabación de “Direct-to Disk”. Todo era muy experimental cuando comencé a registrar el álbum, primero en un Atari Falcon. Un equipo muy inestable, pero que funcionaba bien en cualquier sistema disponible en otros lugares. Ocupé tres sistemas computacionales, antes de encontrar mi propia manera de grabar, mezclar, masterizar y crear el arte de portada en una sola máquina. Algo bastante dificultoso, que me tomó seis años en concretar. Creo que al final, hice las cosas bien. No tengo presiones comerciales, así que mi única preocupación era hacer las cosas bien. ‘Caldea Music’ es completamente diferente. Fue música hecha por encargo. Caldea es un centro de Talasoterapia en Andorra. Es un lugar único y hermoso. Ellos tenían el deseo de que existiese una música para tocar en el lugar, que estuviera en armonía con los servicios de relajación que ofrecen a sus clientes. Fue interesante, porque se requerían distintas composiciones para las diversas partes del centro, incluyendo la piscina flotante o los jacuzzis. También tienen una fuente y un show de luces cada hora y, por lo tanto, el tema, interpretado de dos maneras distintas en el disco, fue escrito para ello. El proyecto me requirió una gran cantidad de trabajo intensivo, ya que debí escribir, grabar, terminar y masterizar en tres meses. Disfruté de la presión que esto implicaba y estoy bastante satisfecho con el resultado. El disco se vendió exclusivamente en el centro por tres años y fue un negocio bien ejecutado”. Tags #Hawkwind # Tim Blake Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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