The Winery Dogs: Sabuesos al acecho

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis237, marzo de 2023)

 

Tras unos años de inactividad, la hardrockera trinidad está de vuelta con nuevo álbum y gira, y el icónico Mike Portnoy nos entrega más información sobre este esperado regreso.

 

Por Luciano González

Fotos: Travis Shinn

 

Desde octubre de 2015 que The Winery Dogs no ofrecía nueva música, tomándose un tiempo después de la gira de “Hot Streak”, su segundo LP. Tras ese gran contratiempo que significó la pandemia, el trío compuesto por los virtuosos Richie Kotzen, Billy Sheehan y Mike Portnoy está de vuelta con el apropiadamente llamado “III”, en donde las notas hard rock vuelven a sonar fuerte de la mano de este poderoso tridente de reconocidos músicos. Y como si fuera poco, Chile ya está en la mira de lo que será la gira promocional de este trabajo, regresando a escenarios locales tras grabar su último show en el Teatro Cariola para el Blu-ray “Dog Years - Live in Santiago” (2017).

 

«Hicimos álbumes e inmediatamente giras desde 2013 hasta 2016, así que después de ese ciclo quisimos hacer cosas diferentes con nuestras otras bandas. Siempre supimos que nos íbamos a reunir, el tema era cuándo», explica el baterista sobre la demora del nuevo material. «Ahí por el 2019, tres años después de que nos tomamos un tiempo, decidimos hacer una gira por Estados Unidos simplemente por diversión, sin nuevo álbum, solo para reunirnos y tocar juntos otra vez. En ese momento decidimos hacer un tercer disco, pero luego llegó la pandemia, así que estuvimos en pausa un año y medio por eso. Una vez que el mundo empezó a abrirse a mediados de 2021, empezamos a armar el álbum, ¡y aquí estamos ahora!».

 

 

– Eres un músico muy activo con tus varios proyectos. Por lo mismo, ¿cómo viviste la pandemia al no poder salir de gira o ni siquiera juntarse a grabar?

– Al principio fue un ajuste muy extraño, nunca había tenido dos meses libres, menos dos años, fue muy raro. Después de 30 años de giras sin parar, no sabía cómo estar en mi casa sin hacer nada, fue un gran ajuste. Aún así, estuve ocupado con todos estos videos colaborativos, pude entretenerme con esas colaboraciones únicas con mucha gente, las cuales normalmente no tendría el tiempo para hacer, e hice muchos álbumes, creo que hice unos siete u ocho entre 2020 y 2021. No podía girar ni tocar en vivo, pero podía grabar y mantenerme ocupado en casa. Hice lo mejor que pude para estar ocupado.

 

– Pero ya estás de vuelta en las giras mundiales, de hecho, incluso ya pasaste por Chile con Sons of Apollo hace unos meses. ¿Qué tal ha sido este regreso a los largos viajes?

– Es genial, es lo que hago. No sé cómo no tocar en vivo, fue algo que definitivamente extrañé durante esos dos años en casa. Finalmente, en 2022 mi agenda se volvió a llenar con giras, tuvimos una por Estados Unidos y Europa con Transatlantic, otra por allá mismo con The Neal Morse Band, fui a Sudamérica con Sons of Apollo, e hice una gira por Estados Unidos con John Petrucci. Todo el año estuvo lleno, fui de banda en banda y de gira en gira, fue como volver a lo habitual para mí. Primero me preguntaba si tendría la energía para tocar todo un show otra vez, cómo sería, y al principio fue un reajuste para volver al escenario y a las condiciones de una gira, pero no me demoré en volver a sentirme cómodo y de vuelta a las rutinas.

 

 

– Pasando a “III”, el nuevo álbum de The Winery Dogs. ¿El proceso creativo se vio muy complicado debido a todo lo que significó la pandemia?

– No, fue muy fácil para los tres, escribimos juntos muy naturalmente. Billy fue a la casa de Richie en California, hicimos dos sesiones distintas durante el verano de 2021. Es muy fácil, nos juntamos y empezamos a tocar, sin discusiones sobre la dirección o lo que sea, es lo que sale naturalmente desde lo que improvisamos los tres, cada uno tiene sus ideas para ir en cierta dirección dependiendo de lo que sienta. En este caso, una vez que teníamos las ideas y los arreglos de la música empezamos a grabar, y yo haría mis partes de batería ahí mismo. Fue un proceso de sentarse, hacer demos y grabar mis pistas de batería inmediatamente. En algunos casos, lo haría dentro de una hora después de haber completado la música, así que todavía estaba fresca.

 

– Este proyecto es uno de varios junto a Billy Sheehan, con quien actualmente militas en Sons of Apollo y realizaste otros proyectos como Portnoy Sheehan MacAlpine Sherinian (PSMS). ¿Cómo es la relación que mantienes con él tras tantos años juntos y desempeñándose en diversos estilos?

– Bueno, con Billy de verdad tenemos una conexión muy especial en la sección rítmica. Antes de dejar Dream Theater, mi conexión era con la guitarra; durante esos 25 años todo se trataba de la relación entre batería y guitarra, no tenía una relación de sección rítmica tradicional ahí. Una vez que dejé Dream Theater y empecé a tocar con estas otras bandas, varias de las cuales eran con él –al menos tres de ellas–, tener esa relación tradicional entre bajo y batería fue toda una nueva experiencia. Billy siempre ha sido uno de mis bajistas favoritos, recuerdo haberlo visto en clubs con Talas, era como ver a Jimi Hendrix o Eddie Van Halen en el bajo, siempre me volvió loco. Siempre lo pasamos bien juntos, especialmente en The Winery Dogs, porque en PSMS y Sons of Apollo hay muchas partes intrincadas que deben ser precisas, mientras que The Winery Dogs es más suelto, más improvisado y abierto, donde nos divertimos. Es más como para pensar el momento, no es tan estricto, es como esas bandas old school tipo Led Zeppelin o The Who, en donde puedes tocar diferentes partes, diferentes secciones, diferentes partes, improvisaciones, fills. Lo pasamos muy bien así.

 

 

– ¿O sea que prefieres esa soltura que te ofrece un estilo más rocanrolero como el de The Winery Dogs antes que la rigurosidad de lo progresivo?

– Me encantan ambas, diría que esto es más entretenido porque es más suelto y tiene un poco más de libertad musicalmente, algo de la música más progresiva que hago, como el material antiguo de Dream Theater, Sons of Apollo, o lo que hago junto a Neal Morse, Transatlantic, todas esas bandas… esa música como que tiene que ser muy precisa y no te puedes atrasar, tienes compases de tiempo y patrones muy fijos que tienes que tocar, y es entretenido también. Me entretengo con todo lo que hago, créeme, pero en The Winery Dogs hay más libertad. En ese sentido, es más entretenido porque puedo improvisar más, no tiene que ser tanto pensamiento, sino que más sentimiento.

 

– Claro, y se nota que te entretienes en vivo, porque en los shows eres reconocido por interactuar mucho con el público y tus compañeros de banda. ¿Qué tan importante es esto dentro de tu performance como músico?

– De eso se trata todo para mí, tengo que interactuar con los miembros de mi banda, tengo que interactuar con el público, nunca he entendido a las bandas cuyos músicos solamente miran sus instrumentos, ni siquiera miran hacia arriba, no hay conexión con el público, no hay conexión con los otros miembros, nunca jamás podría tocar en una banda así. Para mí, tocar en vivo se trata de la interacción con los demás músicos y el público, me encanta mirar al público, sentir su energía y devolvérsela, eso siempre ha sido importante para mí, siempre he sido ese tipo de artista sobre el escenario, de eso se trata. Mis bateristas favoritos de la infancia eran así, como Keith Moon, o incluso Lars Ulrich de Metallica, mucha gente lo critica por su manera de tocar, pero agradezco el hecho que sea tan atractivo en ese sentido. Para mí, eso es muy importante para ser un artista sobre el escenario.

 

 

– Tras tanta actividad, álbumes y proyectos, ¿qué te sigue inspirando a estas alturas?

– La gente de la que me rodeo. He tenido la bendición de trabajar con tantos músicos increíbles, si miras todos los miembros de todas las bandas en que he estado, desde Billy Sheehan y Richie Kotzen, Bumblefoot, Steve Morse, Neal Morse, Dave LaRue, Paul Gilbert, Tony MacAlpine, Alex Skolnick, John Petrucci, la lista sigue y sigue… Elige a cualquiera de esas bandas o cualquiera de esos álbumes, toda esta gente es muy talentosa e inspiradora. Cuando llega la hora de escribir con ellos siempre me animo, como que tienes que estar a la altura. Es inspirador, de ahí saco la inspiración, de la gente con que trabajo. Cada vez que me junto con estas personas hay una energía y química distinta, eso te inspira a hacer cosas nuevas.

 

– ¿Con quién todavía esperas colaborar a futuro?

– Tengo puestos soñados, ya no quiero hacer nada nuevo, tengo tantas otras bandas y proyectos que es mucho que mantener a estas alturas, así que definitivamente no estoy buscando hacer nada nuevo. Pero claro, estoy dispuesto a ser un mercenario, fui un mercenario con Avenged Sevenfold o Twisted Sister, esas fueron experiencias muy entretenidas que disfruté mucho, así que estoy dispuesto a eso. Si una banda me llama y necesita ayuda, desde Foo Fighters a Opeth, estoy dispuesto a todo si es una banda que respeto y admiro, me encantaría tener más oportunidades así. No busco crear nada nuevo, pero siempre estoy interesado en posibilidades de ser un mercenario a futuro, si se me necesitara.

 

 

La súper banda se presentará en nuestro país el próximo martes 25 de abril en el Teatro Coliseo. Las entradas se pueden adquirir a través del sistema Puntoticket.