Idles: El amor dentro del caos

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis248, febrero de 2024)

 

Con un aura de autenticidad y una energía vibrante, Joe Talbot, el líder carismático de la banda británica Idles, nos sumerge en el fascinante viaje detrás de su quinto álbum de estudio, "TANGK".

 

Por Fernanda Hein

Fotos: Nici-Eberl

 

Desde los inicios modestos en las calles de Bristol hasta el salto a la fama internacional, la travesía de Idles ha sido un viaje tumultuoso y, a la vez, emocionante. A medida que desentrañamos los capítulos previos de su carrera, nos adentramos en un mundo donde la música se entrelaza con la política, el amor y la autenticidad. Con una franqueza sin igual, Talbot nos invita a un viaje íntimo a través de los altibajos de la vida en la carretera y las luchas personales que han dado forma a su arte.

 

Joe Talbot se sienta cómodamente frente a la pantalla de su computador para permitirnos adentrarnos en el corazón de su último proyecto, el quinto álbum de Idles, “TANGK”. Con determinación y pasión, expresa que «cada álbum representa un nuevo capítulo en nuestra trayectoria musical», y precisamente de eso se trata este trabajo que encapsula las pasiones duales que impulsan la vida del músico de 39 años, una fusión de la crianza de los hijos y la creación musical que define su capítulo actual tanto en la trayectoria de la banda como de su persona.

 

Desde el principio impresiona la intensidad con la que Joe habla sobre la evolución de Idles a lo largo de los años. «Cada lanzamiento es una oportunidad para explorar nuevos sonidos y narrativas mientras mantenemos la esencia de Idles», nos comenta. Su compromiso con la autenticidad resonaba en cada palabra, destacando la importancia que le han entregado a cada proyecto como una oportunidad para entrar a nuevos territorios musicales sin perder la esencia que tanto los define. «No queremos hacer siempre lo mismo. Estoy muy emocionado de tocar cosas nuevas, porque no quiero quedarme en el mismo lugar, nunca. Quiero seguir adelante, quiero seguir creando algo hermoso y para mí, hermoso significa vibrante, claro, nuevo, audaz y violento».

 

 

Reflexionando sobre este viaje que ha emprendido Idles, Talbot rememora los humildes comienzos de la banda en Bristol en 2009. Inicialmente creaban canciones sin tener un horizonte fijo, y a lo largo de casi una década, la banda experimentó con sonidos transformadores, puliendo su trabajo a través de innumerables conciertos y cambios de formación. La culminación de sus esfuerzos llegó con el lanzamiento de su aclamado álbum debut, “Brutalism” (2017). Las letras crudas y políticamente cargadas de Talbot fueron elementos cruciales para crear una conexión con el público, catapultándolos al frente de la música británica prácticamente de la noche a la mañana.

 

Tras el éxito de esta ópera prima, la banda continuó causando sensación con su segundo esfuerzo, “Joy as an Act of Resistance” de 2018. Junto a este disco, lograron consolidar su posición como abanderados del rock británico, a pesar del debate en curso sobre la necesidad de dicho papel y de dónde pertenecían realmente en cuanto a etiquetas y géneros. «No me importa la música punk, solo me gusta la música». Es esta pureza de intención, este enfoque desprovisto de influencias externas, lo que define la esencia misma de la música de Idles, que junto a sus álbumes posteriores, incluidos “Ultra Mono” (2020) y “Crawler” (2021), mostraron un cambio hacia territorio más introspectivo y experimental, testamento de la negativa de la banda a ser encasillada.

 

Conexiones que inspiran

 

Es imposible no perderse en la conversación sobre el significado de la música, y  sobre eso Joe compartió su profunda creencia en el poder transformador que tiene este elemento vital para la vida de millones. «La música es mucho más que un medio de entretenimiento –reflexiona Talbot con seriedad–, es una forma de conectar con el mundo que nos rodea y de expresar nuestros pensamientos y emociones más profundas».

 

Aprovechando la instancia, Joe se sumerge en la esencia pura de su arte, encontrando significado más allá de los trabajos publicados. «Lo único que sé, es que cuando tocamos en vivo, hay una magia en el aire y creamos una energía que me encanta y puedo crear eso cada vez que estoy en el escenario». Su enfoque en la música como una fuerza viva y palpable trasciende las etiquetas y las expectativas del género, ofreciendo una experiencia auténtica y transformadora para aquellos que se cruzan en el camino de la agrupación. «Nunca he prestado atención a otras bandas. Hay música que amo y creo que es mejor mantenerse alejado de eso, porque se vuelve tóxico y llega a tu cabeza». Al final, para Joe se trata simplemente de seguir creando, de mantener viva esa llama de pasión y autenticidad que impulsa su arte. «Solo me gusta la música. No sé cómo nos veremos para el resto y no me importa, solo sé que quiero seguir creando», finaliza con firmeza.

 

 

Es este compromiso inquebrantable lo que define tanto a Joe Talbot como al legado perdurable de Idles. A medida que continúan navegando por el paisaje siempre cambiante de la música y la sociedad, una cosa queda clara: su viaje está lejos de terminar, y lo mejor aún está por venir.

 

Y ya con esa puerta abierta de par en par, se convirtió en algo inevitable preguntarle sobre sus presentaciones en vivo que tanto se caracterizan por ser uno de los fuertes más llamativos de la banda. Si bien gozan de una trayectoria que los ha llevado a hacer giras por varios rincones del mundo, en Chile solo hemos tenido una oportunidad de verlos en vivo, y fue en contexto de Lollapalooza 2021. Llenos de una energía inagotable y encontrándose por primera vez con el público nacional, Joe recuerda con especial cariño el breve paso que hicieron por nuestro país, e incluso describió la conexión única que se forma entre la banda y su audiencia durante estos momentos que él considera mágicos. «La energía durante las presentaciones en vivo trasciende las barreras del tiempo y el espacio», declaró con determinación.

 

¿Planes para volver a Chile? Ninguno cercano. «No tenemos planes para tocar en Chile este año, quizás el próximo. Me encantaría volver. América del Sur tiene las mejores multitudes del mundo, y por ello espero que podamos volver pronto».

 

 

El amor y la música, dos lenguajes de un mismo idioma

 

Este viaje de autodescubrimiento y autenticidad encuentra su culminación en “TANGK”, un álbum que ve a Idles abrazando temas de amor, no necesariamente románticos, con una nueva vulnerabilidad y sinceridad. Alejándose de su característica estridencia, las vocales de Talbot adoptan un tono más suave y reflexivo, abriendo la oportunidad a una exploración más profunda de la condición humana. «Necesitaba amor, y necesitaba encontrar amor», comparte Talbot. «Estaba muy solo y asustado, y precisamente el amor fue la respuesta».

 

Para Joe, el viaje hacia el amor propio y la aceptación ha significado desconectarse del ruido de las redes sociales y abrazar una existencia más simple y arraigada. Si bien reconoce el atractivo de la conectividad digital y los beneficios que puede traer en cuanto a solidificar su audiencia o incluso llegar a nuevas, advierte contra sus efectos perjudiciales en la salud mental y el bienestar social. «Estar en alguna red social todos los días, todo el día, no me parece saludable. No es mi prioridad ni me interesa», afirma.

 

El mensaje que nos quiere transmitir el músico es claro: todo radica en el amor, o al menos así lo ve él. «Este álbum es sobre el amor en todas sus formas», reveló con sinceridad. «El amor es lo que nos une como seres humanos, y creo que es una fuerza poderosa que puede transformar el mundo».

 

 

Con “TANGK”, Idles continúan desafiando expectativas y ampliando los límites de su arte, guiados por un ethos compartido de amor, empatía y sinceridad. Mientras Talbot mira hacia el futuro, espera que el álbum sirva como un faro de reflexión y conexión tanto para él como para su audiencia. «Cuanto más amor y empatía tengan las personas en sus corazones, más personas tomarán la decisión correcta», afirma.

 

«Solo he escrito sobre la condición humana, mi condición humana, y cómo eso afecta mis decisiones y cómo el mundo me afecta a mí. Quiero sentir que soy parte del universo y quiero que la música me conecte con el universo y me haga sentir parte de algo más grande que yo. Eso siempre ha sido así, desde nuestra primera canción, y es así porque antes de eso, tenía miedo, estaba solo y caminaba solo por la Tierra hasta que encontré la música. Así que quiero absorber esa energía y quiero mejorar la vida de las personas haciéndolas darse cuenta de que tienen el poder de conectarse con el universo y hacer un cambio».

 

«No somos activistas»

 

A medida que profundizamos en las complejidades de la imagen pública de Idles y su compromiso político, Talbot permanece firme en su compromiso con la autenticidad y la integridad artística. A pesar de las críticas por su supuesta falta de activismo evidente en temas contingentes que se han llevado las miradas del ojo público, Joe defiende los valores e intenciones de la banda. «No somos activistas. Como comenté anteriormente, me preocupa la condición humana y cómo eso afecta a los demás, y uso la música para conectarlo con el mundo, no con las redes sociales», aclara.

 

De hecho, la esencia de Idles no radica en conformarse con etiquetas o expectativas, sino en abrazar la naturaleza multifacética de la experiencia humana. Por ello no debería ser sorpresa ver que Talbot se irrita ante la idea de ser etiquetado únicamente como una banda punk, enfatizando la diversidad de la banda y la negativa a ser confinados a un solo género o identidad. «Soy más que eso, solo amo la música y no me interesa nada del resto», aclara, manifestando con fuerza también su posición: «nunca hemos sido una banda punk. Odio a nuestro gobierno, siempre he odiado a nuestro gobierno. Odio la monarquía, odio lo que ha hecho el gobierno británico y el ejército británico a muchas personas en todo el mundo y odio que mi voto no sea considerado. Y odio en lo que se han convertido muchos países, pero estoy muy agradecido y me encanta el hecho de que se me permite decir esto. Y mi agradecimiento lo demuestro al ejercitar esa conversación a través del arte y lo seguiré haciendo. Hay mucha gente que piensa que no hay buenas bandas actuales y se equivocan. Hay música increíble, bandas que tienen grandes almas. Hay una abundancia en todos los géneros, sin importar cuál sea, solo hay que buscarlo».

 

 

La filosofía de Joe Talbot trasciende los límites de la música para adentrarse en el corazón de la democracia y la condición humana. Para él, el arte no es simplemente una expresión de creatividad, sino también una herramienta para cuestionar y desafiar el entorno que nos rodea. «Eso es parte integral de ser alguien educado dentro de una democracia, por así decirlo. Tienes que cuestionar tu entorno y definitivamente tienes que cuestionar a tus autoridades. Veo la condición humana desde mi figura de padre como algo muy brillante, hermoso, vibrante y compasivo. Si se dan las condiciones adecuadas, la educación adecuada y un entorno hermoso y afectuoso en el que criar a un hijo, esa persona se convierte en una persona compasiva y afectuosa. El trauma, la violencia, el abandono y la opresión asustan a las personas y las hacen hacer cosas violentas y antisociales. Depende de todos y cada uno de nosotros vivir nuestras vidas de una manera en la que veamos un futuro para los demás que sea seguro, vibrante y floreciente».

 

Talbot ve su arte, particularmente en este trabajo, como una oportunidad para fomentar la empatía y la conexión humana. «Hago arte y hago canciones, y tal vez mis canciones hagan que alguien se sienta bien o que los haga sentir parte del universo, o que los hagan sentir parte de algo más grande que ellos mismos. Si canto suficientes canciones de amor, si canto sobre el amor, si canto lo suficiente sobre la empatía, tal vez pueda ser parte de una solución hacia una democracia y un hermoso futuro, pero para lograrlo necesitamos seguir conversando y seguir haciendo arte de calidad y seguir conectándonos con otros seres humanos. Si no nos conectamos, perdemos el sentido de lo que es ser humano. Entonces, permanecer conectado significa continuar y sostenerse».

 

Finalmente la influencia de Idles, tanto para las generaciones emergentes como para quienes actualmente escuchan su música, es uno de los puntos principales de motivación para hacer lo que hacen hoy en día. «Quiero que nuestra música haga que la gente se sienta poderosa y capaz de hacer cambios positivos en el mundo», dice con convicción.

 

 

El viaje detrás de “TANGK”

 

A lo que respecta el proceso creativo detrás del último álbum de Idles, este estuvo marcado por un nuevo enfoque que la banda adoptó, influenciado por la separación geográfica de sus miembros, aunque confiesa que «algunos de nosotros estábamos en Londres, otros en Bristol, y aunque estábamos físicamente separados, nuestra conexión musical seguía siendo fuerte». Esta experiencia, lejos de obstaculizar su creatividad, Talbot afirmó que sirvió para alimentarla, inspirando nuevas ideas y perspectivas que se reflejan en las canciones del álbum».

 

Este período de exploración y colaboración dio lugar a una de las ideas más destacadas del disco: la colaboración con LCD Soundsystem. Esta asociación inesperada surgió durante una gira conjunta por Estados Unidos, donde Idles brindó su apoyo al legendario grupo neoyorquino. «Fuimos el acto de apertura en su gira por Estados Unidos y estuvimos recorriendo el país con ellos durante un mes», comparte Joe, describiendo los primeros pasos hacia una colaboración que pronto se volvería única. Y fue en plena grabación del disco cuando surgió la oportunidad de forma espontánea cuando necesitaban voces para el coro de su canción ‘Dancer’. «Lo escribí con una melodía principal pero sonaba como una armonía poco entusiasta. Entonces estábamos de gira y los necesitábamos, así que se lo pedí a James y fueron muy amables, pacientes y comprensivos, así llegó a cantar en nuestro álbum. Fue mágico», recuerda con una sonrisa dibujada en su rostro. Es en ese momento que comenta que cuando las circunstancias se entrelazan con la admiración artística, se dan espacios para forjar amistades duraderas. «Es genial pensar que normalmente manifiestas tus sueños. Si tienes éxito y tu sueño es trabajar con estas personas, normalmente tu arte y tu música son similares a las de tus héroes, así que luego te encuentras en tu trabajo y puedes trabajar con personas que amas, lo cual es un sueño».

 

 

Fue así, que en medio de la conversación, surgió una pregunta inevitable, pero que encierra un mundo de posibilidades. ¿Hay alguien con quien les encantaría colaborar en el futuro, alguien que quisiera agregar a su lista de verificación de sueños musicales? Sin perder un instante, su rostro se iluminó con emoción mientras compartía sus aspiraciones. «Colin Stetson. Eso sería genial», expresó con entusiasmo. «¿Quién más? Kendrick Lamar, Kanye West, ambos serían geniales», agregó con una sonrisa. Y así Joe dejó entrever su deseo de seguir explorando nuevas conexiones y colaboraciones en el vasto paisaje musical.

 

Y si lograron colaborar con Nigel Godrich o LCD Soundsystem, pareciera que nada es imposible para el quinteto de Bristol. Y de la mano de eso, la reflexión que trae consigo esta conversación junto a su vocalista no deja más que el sentimiento de que Idles ha sido una de las figuras más importantes de los últimos años en cuanto a su papel como voz generacional. Aunque existan quienes afirman que no hay un recambio en el rock de guitarras, o en la industria de por sí, tal como comparte Joe, solo hay que saber buscar para encontrar verdaderas joyas como lo es esta banda. Y precisamente en esta reflexión Talbot refuerza el punto que había hecho con anterioridad sobre la percepción de que el rock está perdiendo relevancia, asegurando que la banda no se preocupa por las tendencias o las opiniones externas. «Para nosotros, se trata de hacer música que nos apasione y que resuene con nuestros seguidores. En este caso, solo quería escribir sobre el amor, explícitamente sobre el amor, porque necesitaba amor y solo tenía amor para dar como artista. No tengo nada más por el momento, entonces me dio una sensación de propósito».