Bruce Dickinson: "No planeo retirarme de la vida"

(Publicado originalmente en Bulldozer #45, mayo de 2024)

 

Dejando momentáneamente de lado su actividad junto a Iron Maiden, el siempre activo frontman presenta un nuevo álbum en solitario después de casi 20 años, acompañado de un recorrido mundial en un formato muy distinto al de su banda principal. Indagamos más sobre este nuevo momento de su carrera solista conversando directamente con su principal artífice. 

 

Mucho ha pasado desde la aparición de “Tyranny of Souls” (2005), el álbum solista de Bruce Dickinson previo al que ahora nos atañe. Dadas sus intensas giras mundiales con Iron Maiden y sus diversos emprendimientos fuera de la música, hasta momentos lúgubres como su diagnóstico de cáncer a la lengua en 2014, del cual se recuperó completamente, el apodado “Air Raid Siren” es claramente un hombre ocupado, y por más que se entendiera la demora en este caso, un nuevo trabajo en solitario era más que esperado por su fanaticada. Con el reciente “The Mandrake Project” bajo el brazo, el siempre inquieto frontman nos adentra en un nuevo universo musical que, sin necesariamente ser conceptual en su totalidad, sí está unido por un tema central: “La vida y la muerte, tan simple como eso”, nos cuenta el vocalista. “Es lo que conecta las canciones y nos conecta a todos”. 

 

Si bien tuvimos que esperar hasta marzo de este 2024 para escucharlo, lo que terminó siendo su séptimo álbum solista comenzó a gestarse hace al menos unos diez años, interrumpiendo su proceso por los motivos previamente mencionados.  “Esa es una muy buena pregunta”, afirma Dickinson al meditar tras ser consultado sobre qué tan diferente sería “The Mandrake Project” si es que hubiese sido lanzado por aquel entonces. “Sería muy diferente, si te soy honesto, porque pudimos desarrollar sus temas, sus canciones, de maneras en que…  en cuanto a letras, de haberlo hecho en 2014, creo que posiblemente me habría limitado un poco más, porque en ese periodo me pasaron muchas cosas. Combatí el cáncer, todo lo que hice con Maiden, después vino todo lo del Covid. Fueron tres años en cuarentena, en los que no tuve que hacer casi nada, al igual que todos, fue la primera vez que me pasó en la vida. Creo que, como resultado, cuando nos juntamos a hacer las canciones, todo eso salió en la escritura de las letras, las elecciones melódicas, algunas de las elecciones de producción que tuvimos para el álbum”.

 

Tanto en sus previos trabajos solistas -énfasis en “The Chemical Wedding (1998)- como en sus composiciones para Iron Maiden, la historia es una fuente de inspiración clave para Bruce, y si bien explica que algunas de las canciones de este nuevo álbum están más inspiradas en la realidad que otras, su fuerte es la creación de relatos y personajes originales. “Me gusta usar la alegoría en las ocasiones que puedo, escribo canciones sobre una historia en particular, pero las palabras podrían resonar en gente del mundo real”, explica, sin dejar de lado lo mundano, aunque sin centrarse en ello al no considerarlo como algo sobre lo que le den ganas de componer. Haciendo honor a su rol de creador, el LP va acompañado de una novela gráfica de su autoría, complementando sus diez canciones con esta narrativa.

 

“Gran parte del álbum es melancólico y oscuro, lo es, te lo acepto, pero también lo encuentro muy inspirador, curiosamente. Si estoy de mal humor, no escucho un álbum para fingir estar feliz, me gusta escuchar un álbum del bastardo miserable que está peor que yo, y me hace sentir mejor. Al mismo tiempo, cuando escribo letras, trato de no ser tan literal sobre lo que hablo, trato de ser más poético si puedo. Obviamente, seguirá siendo una letra de canción, tiene que funcionar cuando las palabras salgan de tu boca, cuando la cantes tiene que seguir sonando bien, pero trato de subir mi apuesta cuando hago un disco solista para hacer eso. Con Maiden hay límites, no es un problema, me encanta lo que hago con Maiden, pero de la misma manera en que te esperas una banda, o un disco de AC/DC… hay cosas que hicimos en ‘Resurrection Men’, la surf guitar, los bongos, ese inicio de una película de Tarantino, no lo veo en un álbum de Maiden, y está bien, no es necesario, puede pasar en mis álbumes”. 

 

En el álbum encontramos ‘Eternity Has Failed’, la cual vendría a ser la versión original de ‘If Eternity Should Fail’, grabada por Iron Maiden, pero con claros cambios. ¿Por qué el cambio de su título? ¿Sientes que, efectivamente, la eternidad ha fallado desde entonces?

 

‘If Eternity Should Fail’ era el título de un episodio de Doctor Strange. Estaba investigando cómics mientras estaba de gira con Maiden, pensando en el álbum solista, probablemente haya sido en… 2013 o algo por ahí. En fin, era verano, estaba en Chicago, y compré todos los episodios de Silver Surfer y Doctor Strange que pude, y los volví a leer todos mientras pensaba en algo de inspiración para lo que pensaba que podría ser un cómic que acompañara al álbum. Ahí vi este episodio, ‘If Eternity Should Fail’, y pensé: ‘suena genial como el título de un álbum’. Iba a ser el tema homónimo del álbum. Hice el demo con Roy, junto con los de varias otras canciones del álbum, se los di a Steve, diciéndole: ‘tengo un montón de canciones aquí, ¿te gusta el sonido de alguna?’, y eligió ‘If Eternity Should Fail’, ¡genial! Hagámosla con Maiden. 

 

Hicimos como una versión ‘maidenizada’ de ‘If Eternity Should Fail’, la cual tuvo un verso extra, fue un poco más rápida, todo eso que la hace de Maiden. Eso fue genial, pero cuando volví a poseer la canción, por así decirlo (risas), para volver a hacerla, fue lo opuesto a un exorcismo, fue una reposesión. Cuando volví a poseerla, el cómic original que iba a hacer en 2014, después de la cuarentena, todo eso había avanzado, ahora sería una novela gráfica de 12 episodios que tomaría tres años. Al final del primer episodio, aprendemos sobre la organización básica de este mundo, en donde la ciencia ha conquistado a la muerte, ahora tu alma puede ser extraída, guardada y devuelta, la eternidad ha fallado. Así que cambié el título para reflejar aquello en el cómic, y me gusta, porque pone algo de distancia entre la versión de Maiden y la que tenemos ahora, y además genera dudas.’¿Por qué cambió eso?’. 

 

Al mismo tiempo, la canción siempre tuvo esa intención de tener esa onda tipo Quentin Tarantino y Ennio Morricone al principio, así que el teclado que había al principio fue solo como un marcador temporal, nunca fue pensado como algo permanente, le dije a Steve: ‘¿Quieres cambiarlo por algo mejor?’, a lo que respondió: ‘No, no, está bien’. Se supone que serían trompetas de mariachi con serpientes de cascabel y cosas así, lo que hubiese sido muy ‘Once Upon a Time in the West’. En vez de eso, lo hicimos con este flautista de Perú, yo toqué la percusión, y cambiamos el título, quité el verso extra, cambié algunas palabras para imitar la historia del cómic, eso fue lo que cambiamos, y también le dimos otra onda al tempo de la canción, el cual tiene un efecto en las voces, el coro, la forma en que va el fraseo, creo que es un poco más elegante. 

 

Mencionaste a Tarantino y Morricone. ¿Tuviste más inspiración de soundtracks y el cine en esta ocasión?

 

No, siempre he visto películas, específicamente escucho soundtracks, de series de televisión también, de Netflix. La música de Game of Thrones es icónica, genial, tiene cosas de películas. Todo desde Star Wars, Jurassic Park, El Señor de los Anillos, todas esas orquestas triunfantes me encantan. No es algo que se pueda traducir automáticamente, creo que lo que se traduce es el sentimiento más que las notas que quieres crear, ese sentimiento emocional. 

 

¿Cuáles son las principales diferencias entre este álbum y su predecesor, “Tyranny of Souls”?

 

Con “Tyranny of Souls”... hay una o dos canciones, hay otras muy buenas también, pero lo que pasa es que hay canciones en las que pensamos mucho qué tipo de canciones deberían ser y cosas así. Este álbum es mucho más instintivo, cada canción es diferente, completamente diferente, en cuanto a sonido, letras, melodía. No hay una canción en el álbum -no lo creo- que no sea absolutamente auténtica en cuánto a cómo la canto, sobre lo que canto, no hay relleno en el álbum. Puedes tener relleno en un álbum, buenas canciones que funcionan y hagan que la gente mueva los pies y eso, pero de alguna forma, normalmente hay una o dos canciones en un álbum con las que dices ‘Sí, sí, sí, son las mejores’. Honestamente, no podría decir que debimos hacer otra cosa en lugar de cierta canción, esa es la diferencia. 

 

 

Navegando los mares del Sol

 

Al momento de esta conversación, la también esperada gira solista del frontman -siendo sus primeras presentaciones en este formato desde 2002- aún no comenzaba, por lo que mucho se especuló sobre su eventual setlist. Tras unos shows iniciales en el emblemático Whisky A Go Go de West Hollywood, Dickinson presentó por vez primera material no solo de “The Mandrake Project”, sino que también de “Tyranny of Souls”, álbum que no contó con una gira promocional en su momento, además de, obviamente destacados de sus álbumes más aclamados, como son “Accident of Birth” (1997) y “The Chemical Wedding” (1998). 

 

“Me encantaría tocar más del disco, pero soy muy consciente de que la gente no me ha visto en vivo en 20 y tantos años, y deben tener una lista de canciones que quieren escuchar, así que haré lo mejor por cumplir esa lista en esta ocasión”, comenta en referencia a lo que planeaba para su eventual setlist. “Básicamente habrán canciones de “Balls to Picasso” en adelante, no tocaremos nada de “Skunkworks”, no porque odie ese álbum, de hecho, lo estamos remezclando, suena genial, sino que quiero centrarme en el material tipo ‘Tears of the Dragon’, ‘Accident of Birth’, ‘Chemical Wedding’, algo de “Tyranny…”, y cuatro canciones del álbum nuevo. Serán los dos singles y… básicamente serán las cuatro primeras canciones, ‘Ragnarok’, ‘Many Doors to Hell’, ‘Rain on the Graves’ y ‘Resurrection Men’”. 

 

A diferencia de las presentaciones con su banda principal, esta actual gira ha llevado a Dickinson una vez más a aquellos escenarios más pequeños, reemplazando todo el alto nivel escénico por una impronta mucho más sobria, pero marcada por una gran cercanía tanto con su público como con la banda que hoy lo acompaña. “Ni siquiera intentaré copiar una gran producción”, argumenta firmemente sobre esta decisión. “Tendré una pantalla y muchas cosas que poner ahí, pero no haré un show de esos que tienen click tracks para estar coordinado con la pantalla, no haré eso. Para mí, eso no es ser músico, es ser una marioneta, un títere. Quiero que la música respire, este no es el espíritu del 92 ni del 82, es el espíritu del 72, hacia allá voy”. 

 

“Tendremos pantallas, telones, para mí, las pantallas son solo parte del show de luces, de la parrilla de iluminación, y debería ser usada así por el técnico de iluminación, tendrá varias imágenes que irá mostrando ahí básicamente cuando él quiera, dependiendo de cómo esté la onda, el público, el recinto. Tocaremos en recintos de entre 6 mil a 8 mil asientos o en teatros pequeños de 1.300, así que estamos cubriendo un gran rango, ah, y también en festivales. Hacemos un gran rango de cosas, y si algo funciona, lo haremos en todas partes. No tendré a la banda parada en muebles, con telones o pasarelas, si literalmente pudiese tener una gran alfombra, todos estaremos parados en ella. Será algo directo, y si es un escenario grande, estaremos justo al medio, todos juntos, mirando a los ojos, todo. De esto se trata la música, la música motiva esto, la música es la película en tu mente. Espero tener unos momentos extraordinarios tocando, no solo yo, sino que todos en la banda”. 

 

¿Sientes esa diferencia a la hora de presentarte tanto en espacios más grandes como en otros más íntimos?

 

No pienso en eso, no pienso en comparar, porque no puedes. No se puede comparar más allá de decir: ‘Este es grande. Este no es tan grande’ (risas). Hay oportunidades en los grandes estadios, se ve genial, el ruido del público es enorme, puedes tener un gran show con la pirotecnia, bla, bla, bla, puedes hacer todo eso. Pero en un recinto más pequeño, la gente puede ver todo lo que está pasando, incluso en un recinto de 2 mil o 2.500 asientos, es un teatro pequeño dependiendo de cómo esté diseñado, puedes ver todo lo que está pasando ahí desde el escenario, cada mirada, cada matiz de todos, y ver seres humanos interactuando es mucho más emocionante que los grandes shows. 

 

La cercanía con los tuyos es algo clave en tu presentación…

 

Por supuesto, tienes que serlo. Si vas a tener un gran número musical, tienes que ser cercano, tienes que ser físicamente cercano al sonido, a la gente, a todo, tener ese contacto visual. Desarrollaremos eso conforme avancen los ensayos y la gira, iremos viendo cómo funciona. 

 

Actualmente hay muchos artistas que no son en absoluto cercanos con su público, ya sean masivos o de recintos más reducidos. ¿Qué opinas de que tantas veces se dé así?

 

Bueno, es su elección hacerlo así, no es la mía hacerlo así. Si eso le gusta a la gente, ¿qué puedo decir? Si les gusta eso, no puedo discutir, pero no es mi forma. 

 

Tus presentaciones son conocidas también por lo orgánicas que resultan, sin recurrir a pantallas para leer las letras, por ejemplo…

 

No puedo cantar leyendo, si tengo que leer se me hace muy tarde, necesito estar adelantado medio verso para cantar la línea que tengo que cantar en ese momento, porque necesito prepararme para estar donde tengo que estar en los próximos 20 segundos. No puedes hacer eso si tienes que mirar un teleprompter entre tus rodillas todo el tiempo, necesito centrarme en el micrófono, en el público, y las canciones tienen que estar dentro de mi cuerpo, porque canto con todo el cuerpo, no canto con mis ojos, ni siquiera con mis oídos, canto con mi cuerpo, eso es lo que hace todo el ruido. 

 

Cantante de Heavy Metal, piloto, escritor, esgrimista, empresario, creador de cerveza, y más. ¿Qué te queda por hacer?

 

¿Qué me queda por hacer? Ir de gira y rockear el mundo de la gente, eso es todo. Lo que me queda por hacer es lo que tengo en frente mío. Ya no miro al pasado diciendo ‘¿Cómo puedo ser tan genial, o no tan genial?’. Me rendí, el pasado terminó, fue muy entretenido, sigo adelante, ¿qué hay hoy? Todo se trata de hoy. 

 

O sea que no planeas retirarte…

 

¡Oh por Dios! ¡No! ¿Retirarme? No, no, no, no. No planeo retirarme de la música, no planeo retirarme de la vida. 

 

¿Te sigue moviendo la misma pasión por lo que haces después de todos estos años?

 

Exactamente. Es genial lo que estamos haciendo ahora, porque como que, para mí, es lo mejor de ambos mundos. Tengo mi proyecto solista, que muestra otro mundo mío, que obviamente a mucha gente le gusta, lo cual es genial, y a otros no, prefieren lo tradicional de Maiden, y está absolutamente bien, no es un problema, la gente hace lo que quiere. Para mí es genial, porque puedo salir con Maiden y después salir con mi proyecto solista, pero no me voy a retirar, no me retiraré de nada (risas).

 

 

Tu próxima gira solista tiene varias fechas confirmadas en Brasil, pero no pasarán por ningún otro país sudamericano, como Chile. ¿Por qué?

 

¡Lo sé! La idea era empezar a confirmar una gira por Europa, después de Sao Paulo iremos para allá hasta el 21 de julio. Me di cuenta de que hay muchos lugares en los que no tocaremos pero deberíamos tocar, siendo Chile uno obvio, Argentina es otro, quizás Lima o Costa Rica, otros lugares, Bogotá también. Todos esos lugares están en mi lista para cuando sigamos con la gira, lo cual espero que sea en 2025, porque obviamente tenemos la gira de Maiden, y luego tendremos algo de espacio para hacer otras cosas. Veremos qué pasa, pero primero quiero lanzar el álbum, quiero ver la reacción, ver qué piensa la gente. También quiero hacer una gira por Estados Unidos y Canadá. Veremos si todo calza junto o qué pasa. 

 

De hecho, viniste a Chile por primera vez incluso antes que Iron Maiden, allá por 1995, presentando “Balls to Picasso”. ¿Qué recuerdas de esa presentación? El inicio de una relación muy sólida, además.

 

El público chileno es fantástico, son muy buenos cantantes (risas). Lo pasé genial, como cada vez que voy a Chile, estuve allá recientemente, y recordé lo que me encanta del lugar, gente amistosa, vino tinto genial, el sol, lo relajados que son, no sé qué es lo que provoca estar en el lado oeste de las cosas, como en Los Angeles, que son tan relajados como en Chile. Chile me recuerda a Los Angeles, Santiago es como un Los Angeles de Sudamérica, son educados, pero tranquilos, bien organizados, es genial. Me encanta Chile, obviamente iremos con Maiden, será genial, estoy ansioso, además llevaré mi equipo de esgrima, espero poder practicar con alguien allá también. 

 

¿Te resulta muy distinto presentarte en Sudamérica en comparación a Europa o Estados Unidos dado el diferente tipo de público entre dichas regiones?

 

Hay diferencias entre públicos. No me siento a juzgarlos, si a un público le gusta una presentación, literalmente quizás no van a rasgar vestiduras y gritar, no puedo decir que no lo están disfrutando, porque quizás lo están haciendo a su manera. Como observación general, como artista, me impresiona mucho cuando estoy frente al público en Chile, o Argentina, o Brasil, mientras más al sur vamos, más calor hace. 

 

Y ahora regresarás con Iron Maiden para dos shows en el Estadio Nacional, recinto que ya conocen muy bien. Uno incluso se agotó completamente en muy poco tiempo.

 

Absolutamente increíble, no me lo puedo imaginar. 

 

¿Quieres decirle algo a tu fanaticada que espera no solo este regreso con Iron Maiden, sino que también uno en plan solista?

 

Necesitan decirle a sus promotores: ‘¡necesitamos que vuelva!’ (risas). Volveré, sé que volveremos a Chile con el tema solista, pero mientras tanto, disfruten el álbum, disfruten el cómic, y desde ahí seguiremos. 

 

Luciano González

 

Bruce Dickinson regresa a Chile junto a Iron Maiden el 27 (agotado) y 28 de noviembre en el Estadio Nacional. Últimas entradas disponibles en Ticketmaster.