Iron Maiden: La séptima gloria Impresionante jornada junto a Slayer y Ghost Jueves, 03 de Octubre de 2013 Miércoles 2 de octubre, 2013 Estadio Nacional Decir que esta era una de las visitas más esperadas del año, puedo que incluso no le haga justicia a la realidad más absoluta; un éxito rotundo que se ha replicado en todo el mundo como una de las giras más millonarias en recaudación y donde un Estadio Nacional lleno a rebozar recibía por segunda vez consecutiva a la leyendas británicas de Iron Maiden, la banda de Heavy Metal más amada de nuestro terruño en su ya séptima visita al país, oportunidad que servía también para poner el punto final y broche de oro al aclamado “Maiden England World Tour 2012-2013”, el repaso retrospectivo al período musical más brillante de la historia musical de la Doncella. En efecto, esta era la última fecha de la gira y para celebrarlo como corresponde, la fiesta lució dos invitados de honor, como lo son los ascendentes suecos de Ghost y los “parchados” Slayer, permitiéndole de esta forma a los metalheads nacionales disfrutar derechamente de un mini festival al estilo “Monsters Of Rock” de auténtico lujo. Ghost Formados el 2008 y con sólo dos LP editados, “Opus Eponymus” (2010) y el reciente “Infestissuman” (2013), la carrera de Ghost ha sido meteórica como pocas, demostrando que su estilo de shock rock, en la escuela clásica de Alice Cooper, Kiss y Mercyful Fate, ha contado con el beneplácito no sólo de la prensa que los ha ubicado en el puesto de “banda revelación” de los últimos años, sino también de un público cada vez más mainstream, ávido de nuevas emociones y sonidos, aunque en este caso todo sea un refrito y una enésima vuelta de tuerca a un estilo formulaíco por todos conocidos. Pero ahí radica la gracia de Ghost, que no reinventa la rueda, pero la hace sonar diferente tomando un poco de Blue Öyster Cult por aquí, algo de Mercyful Fate por allá, aderezado coquetamente con algunos matices de ese pop coral de Abba, todo con una estética seductora y provocativa que nada tiene que envidiarle a Rammstein y Rob Zombie. Por ello, había muchas expectativas por presenciar su show debut en Chile y lo primero que quedó claro es la fidelidad con que la banda reproduce su música en vivo, agregándole un toque de potencia extra. Con un sonido realmente muy bueno Papa Emeritus II en la voz y sus cinco The Nameless Ghouls iniciaron su ceremonia a las 18.25 de la tarde con el tema título de se segundo LP, para interpretar un set de 8 temas que el público recibió muy bien, sobre todo cuando en un perfecto español el líder del combo soltaba frases como “únanse a nuestro ritual”. Es evidente que a plena luz del día, el impacto visual de la propuesta del grupo se ve algo menguada, pero de todas formas fue un show muy interesante y que amerita un pronto regreso en un lugar mas ad-hoc como el Teatro Caupolicán donde la banda pueda montar toda su espectacular teatralidad escénica. Fueron sólo 35 minutos de concierto, cortito pero bueno. Slayer La banda de Kerry King, perdón Slayer, volvía a la tierra natal de Tom Araya en su sexta visita, esta vez presentando el retorno de Paul Bostaph en la batería y un ya (casi) miembro permanente como lo es Gary Holt de Exodus en guitarra. Sin ningún nuevo disco que presentar (su último LP “World Painted Blood” es del 2009), era obvio que el show se trataría del “greatest hits” habitual que la banda ha presentado en sus últimas visitas y lamentablemente sin ninguna sorpresa sacada bajo la manga. Teniendo tantos discos clásicos, se agradecería mayor variedad en el set, pero eso al público pareció no importarle en lo absoluto y por momentos Slayer parecían los headliners de la noche cuando brutales mosh pits explosionaban en la cancha acompañado de las infaltables bengalas. Sin duda, Tom Araya es un héroe local y cuando se despacha un brutal “viva Chile mierda” antes de ‘War ensemble’, le sale tan espontáneo y natural que es imposible no sonreír de puro gusto. Tres pantallas led que funcionaron a la perfección para todas las bandas, llevaban nítidos primeros planos de la ejecución de los músicos, destacando el trabajo de Bostaph tras los tambores, pero a pesar de poseer la técnica y la brutalidad requerida para el puesto, de todas formas se echa de menos el groove infernal que sólo Dave Lombardo logra imprimirle a la música de Slayer. Es una lástima que unos cochinos pesos de más o de menos lo tengan fuera de la banda. Sin duda la parte más emocionante del show se dio en el tramo final cuando junto a los primeros acordes de ‘South of heaven’ un telón recordó al desaparecido angel caído Jeff Hanneman y las pantallas se llenaron de imágenes del guitarrista, las que acompañaron la actuación del cuarteto hasta el final. Con algunos ripios en la ejecución de ‘Angel of death’, la banda cerró su presentación de una hora, dejando en claro que al menos en vivo, puede seguir sosteniendo el peso de su leyenda brindando un intenso show con su actual line up. El desafío entonces está puesto de cara a un nuevo disco de estudio, donde un regreso a las raíces con un álbum inspirado y salvaje revindicaría la continuidad de la banda sin Hanneman por razones de fuerza mayor y sin Lombardo por decisión de la banda, y creo que en ese panorama Gary Holt puede ser el factor clave que logre ese link con el thrash old school más purista, si es que lo dejan participar en la composición, claro está. Iron Maiden Es sabido que cuando la Doncella arranca una gira mundial, durante todo el tour no habrá sorpresas en cuanto al setlist, que es el mismo en cada concierto de la banda. Por ello, toda la atención está puesta en la banda misma y en su interpretación sobre el escenario, más que en las canciones que vayan a tocar, que es un dato conocido de antemano por los fans. Viniendo de shows previos por primera vez en Paraguay en el hipódromo Jockey Club y de uno por primera vez en el estadio Monumental de River Plate en Buenos Aires, la banda desplegó su imponente escenario ártico al que le acompañó un frío polar en la noche santiaguina que calaba los huesos. Pero a las tres generaciones de fans que repletaron el coliseo nuñoíno, poco y nada les importó porque con ‘Moonchild’ se desató todo el calor humano. Era el último show de la gira mundial de “Maiden England” y la banda lejos de lucir cansada o apagada, se plantó como un boxeador sobre el escenario dispuesto a noquear a la concurrencia, teniendo a ese pivote central, ese auténtico animal de escenario que es Bruce Dickinson como director de orquesta, que con el pelo más largo luce incluso más atlético y juvenil. Lo de Dickinson fue sencillamente impresionante y cantó con una fuerza y potencia descomunal, lo que me hizo recordar que en una entrevista reciente, Scott Ian decía que en la actualidad había sólo dos vocalistas de la vieja escuela del metal que cantaban mejor hoy en día que en los ochentas, y que esos eran Joey Belladonna y Bruce Dicksinson, y cuanta razón tiene el pelado de Anthrax. Fue el propio Dickinson el que le anunció a la audiencia que Maiden lograba un récor de asistencia de 60.000 personas para esta noche (lo que igualaría al público que asistió al show que hicieron en el Club Hípico), y dijo “para la próxima vez queremos que vengan 80.000” dejando de inmediato tarea para los fans. La sublime puesta en escena, la abundante pirotecnia y un sonido demoledor hicieron del show un viaje en una montaña rusa de emociones, como cuando el grupo interpretó por segunda vez en Chile la gran ‘Afraid to shoot strangers’ (la vez anterior la tocaron en el primer show de Maiden en Chile con Blaze en el Caupolicán), seguida de una aguerrida y perfecta ‘The trooper’ donde 4 bengalas hicieron su aparición dentro del público. Y sin bien el concierto no tuvo sorpresas en cuanto al set, si permitió disfrutar de temas insignes nunca antes tocados por la banda en el país como la tercera canción que tocaron, la genial ‘The prisoner’ (con una pequeña pifia de Nicko al comienzo), o esas obras cumbres del epicismo progresivo de Maiden como lo son ‘Phantom of the opera’ y ‘Seventh son of a seventh son’, quizás los momentos musicales más rutilantes, brillantes y emocionantes de toda la noche, donde un grupo de la larga trayectoria como Maiden sigue siendo absolutamente impactante e imbatible, quizás ahí radica el secreto de que cada vez más y más nuevos fans se unan a la familia. Como siempre, la base rítmica del jefe Steve Harris y del incombustible Nicko McBrain (que ya tiene 61), oxigenó las canciones con su habitual ajustada precisión, al igual que el triunvirato de guitarras de Smith-Murray-Gers que tuvieron un desplante de gran protagonismo sacándoles chispas a las guitarras paralelas perfectamente mimetizadas y brillando cada en sus solos individuales y que gusto da ver a un Dave Murray que sigue tocando como en sus mejores días, incluso mejor que antes, con esa limpieza en la digitación abismante, lo mismo que Adrian Smith y su refinado gusto por la melodía. Incluso el siempre más resistido Janick Gers sonó mucho más pulcro, sutil e inspirado esta vez, reduciendo casi a su mínima expresión esa brecha en la ejecución que antes tenía con la dupla de oro Smith/Murray. Y por supuesto un concierto de Maiden no está completo sin la aparición de su alter ego, el genial Eddie que relució caracterizado como el General Custer en ‘Run to the hills’, o ese enorme Eddie Alquimista en ‘Seventh son’ donde además el tecladista Michael Kenney le daba un toque de espectacularidad dramática y teatral a la puesta en escena luciendo una máscara a lo Michael Meyers de la película Halloween. Inolvidable resulta también el Eddie robotizado de seis metros de altura con su cráneo en llamas y que se saca a su propio séptimo hijo desde las entrañas, emulando la portada del disco durante la canción ‘Iron Maiden’ y es que el show está tan bien montado, que no hay ningún momento de pausa, respiro o aburrimiento. Y seguramente al ver tanta espectacularidad, muchos pensaron que este show ameritaba tenerlo en DVD y para ello la banda filmó sus actuaciones en los festivales de Download en Inglaterra y de Rock In Rio en Brasil. Tras los bises con ‘Aces high’, ‘The evil that men do’ y ‘Running free’ todo llegaría a su irremediable final tras casi dos horas de actuación, con Dickinson presentando a sus compañeros y aprovechando de promocionar la cerveza “The Trooper”. Sin duda un tremendo show, uno de los Top 3 de la banda en el país y que sigue demostrando la vigencia incuestionable de la banda en la cima del metal mundial, algo que ojalá y como lo desean profundamente en sus corazones los 60.000 asistentes, no se acabe nunca. Haciendo un ejercicio de alquimia, las predicciones para el futuro mediato son que la banda se tomará un descanso el 2014, descanso que Bruce Dickinson aprovechará para sacar un nuevo disco solista (incluso se rumorea que podría venir a presentarlo en vivo), y que un nuevo álbum de estudio de Maiden verá la luz el 2015 con su respectiva gira mundial, ¡donde esperamos que gemas como ‘Where eagles dare’ y ‘Flight of icarus’ re-aparezcan en el set! Cristián Pavez Tags #Iron Maiden # IronMaiden # Slayer # Slayer # Ghost # Ghost Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Noticias Refused anuncia su separación Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Black Label Society publica nuevo single: 'The Gallows' Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Kuervos Del Sur agotan dos de sus tres fechas en el Bar de René Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Jinjer presenta nuevo single: 'Rogue' Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Calentando motores: conoce el line up diario de Lollapalooza Chile 2025 Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Desde México: Todos los Muertos se suma al regreso de P.O.D. Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias ''Fue realmente divertido'': Radiohead volvió a los ensayos Martes, 10 de Septiembre de 2024 Rock Noticias Concurso cerrado: Christone ''Kingfish'' Ingram viene a Chile Martes, 10 de Septiembre de 2024