Pearl Jam: Estado de amor y confianza Una banda que asume su relevancia en el rock Jueves, 05 de Noviembre de 2015 Miércoles 4 de noviembre, 2015 Estadio Nacional En noviembre de 1995, Pearl Jam terminaba abruptamente su gira por Estados Unidos. Su intento de boicot a la industria, organizando conciertos sin auspiciadores y en plena pugna con Ticketmaster, no encontró mayor eco en Norteamérica. Agotado, el quinteto canceló todo, mientras los rumores de separación poblaban los medios de música. Dos décadas después, Pearl Jam daba comienzo a su cuarta gira latinoamericana en Chile. Y los contrastes son notables. Lo que se vio en el Estadio Nacional fue el estado actual de un conjunto de personas que parece haber superado con largueza sus períodos más críticos. Y luego de cerca de tres horas de concierto, nuevamente quedó claro que Eddie Vedder y los suyos asumen con propiedad y sin recelo su papel en el concierto rockero mundial. Uno que es protagónico. El cartel “sold out” del show evidenciaba -como si fuera necesario- el culto generado por el quinteto de Seattle. Y, más que una progresión del tiempo, pareciese que la devoción de los fanáticos fue así desde que apareció “Ten”: de haber venido en los 90, hubiesen llenado cualquier estadio también. Ahí estaba, gente de todas las edades, desgañitándose tanto con ‘Release’ como con ‘Severed Hand’ y ‘Mind Your Manners’, ejemplificando que la brecha generacional no es tal si se trata de Pearl Jam. Un escenario generoso en luces y dimensiones -distando de los frugales montajes de su primera década- se clavó imponente en Ñuñoa, un nido para un setlist que tuvo, siendo sinceros, mucho de variedad y poco de sorpresa. ‘Go’ fue aplastante como siempre, ‘Pendulum’, con Mike McCready tributando a Jimmy Page con un arco sobre la guitarra; ‘Just Breathe’ y ‘Sirens’, los arrullos en medio de la tormenta, la visceral ‘Rearviewmirror’ volvía en gloria y majestad tras ser obviada en el set de Lollapalooza Chile 2013; ‘State of Love and Trust’ ofreciendo ese mazazo rockero, cortesía del diálogo del tándem McCready-Gossard; ‘Porch’ desatando el desmadre tanto en tarima como en taquilla. La lista podría seguir, porque cada momento fue especial. Al borde del colapso en los primeros años del grupo, Eddie Vedder es el más vivo ejemplo del relajo actual de la agrupación. Devenido en un verdadero maestro de ceremonias, maneja los tiempos, a sus compañeros y a los fanáticos. No duda en comunicarse con estos últimos en un forzado español -la mención del famoso “un manjarsh”, tras beber una de sus acostumbradas botellas de vino, ya habrá generado su buena cuota de memes-, felicitarlos por logros recientes -la ovación tras mencionar que la obtención de la Copa América fue histórica-, acentuar la cercanía al bajar a saludar al público en más de una ocasión habla de alguien que asumió su relevancia en el mapa musical. Sin buscar dar lecciones entrega varias, como ‘Better Man’, ‘Do the Evolution’, ‘In Hiding’ y ‘Light Years’, junto con volver suyas canciones de otros. En su voz, himnos como ‘Imagine’ (John Lennon) -la postal de todo el estadio iluminado por los teléfonos de las personas fue conmovedora- y ‘Mother’ (Pink Floyd) no sonaron ajenos. La banda, huelga decirlo, parece estar aceitada y ajustada, lista para atacar. Matt Cameron sonó más rotundo que nunca -crédito absoluto en esa avalancha llamada ‘Rearviewmirror’-, Jeff Ament recuerda cuánto le debe Pearl Jam al punk -’Got Some’-, la sobriedad de Stone Gossard -’Nothingman’ jamás sería lo mismo sin esa introducción acústica- y el show de Mike McCready, un Peter Pan que salta a lo largo y ancho del escenario, cambia miradas con la gente, los apunta, les sonríe. Por si fuera poco, regala riffs y solos que erizan los pelos: en ‘Corduroy’, ‘Even Flow’, ‘Alive’ y ‘Black’ desplegó todos los trucos de lo que debe ser un guitar hero. Poco importó la ausencia total de material proveniente de “No Code” (1996) y “Riot Act” (2002), y que al comienzo del concierto existieran fallas de sonido. El sentimiento al finalizar los algo más de ciento cincuenta minutos de concierto era prácticamente el mismo en todos: caras radiantes. Hace veinte años, Pearl Jam intentaba por todos los medios huir de su fama planetaria. Viéndolo con perspectiva, eso los salvó de terminar como varios de sus compañeros de generación. Hace veinte años, Pearl Jam era uno de los grupos de rock más importantes del momento. Hoy, es una banda clásica con mayúsculas. Jean Parraguez Tags #Pearl Jam # Eddie Vedder # Stone Gossard # Mike McCready # Jeff Ament # Matt Cameron Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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