Caligula's Horse: Buenos muchachos

Miércoles 6 de septiembre, 2023
Club Chocolate

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El siempre fiel e imperturbable público local de rock, metal o progresivo en todas sus formas siempre merece un espacio y un espectáculo capaz de devolver esa fidelidad y responder con creces a las expectativas. De esta manera y con una deuda de 4 años bajo el brazo, los australianos Caligula’s Horse regresaban a nuestro país para, además de hacer un repaso por su carrera, mostrar parte de su último trabajo. Trayendo consigo mensajes de optimismo, unión y un desbordante carisma, los liderados por Jim Grey no se guardaron nada durante la velada en un repleto Club Chocolate.

Con Crisálida como apertura, la presentación de los chilenos fue un acierto desde la decisión de mantener un espíritu minimalista y sobrio sobre el escenario, que sólo estaba adornado por la batería de Josh Griffin. Así, Crisálida comenzó puntual con un set acústico y tenue con canciones como 'Morir aquí', 'Cabo de Hornos' y un sentido y respetuoso reconocimiento a Víctor Jara interpretando una versión de 'Luchín'. La energía de los chilenos sobre el escenario basta para cautivar y atraer gracias a su trayectoria y destreza, que pese a contar con un show breve y en clave acústica, no perdió potencia ni intensidad, permitiendo aprovechar la voz de Cinthia en formato íntimo.

 

Llega el turno de Caligula’s Horse. Los australianos aparecen sobre el escenario para descargar rápidamente 'The Tempest', parte de su último disco "Rise Radiant" (2020). El nivel del grupo y su complicidad sobre el escenario y con la masa de fans que a esa hora no dejaban espacio libre en el Club Chocolate es emocionante y vibrante en extremo. Con tan sólo un par de acordes y una energía especial, la banda hipnotiza y deja en claro por qué son uno de los nombres más interesantes del progresivo actual. Sin mayores pretensiones, pirotecnia ni desfile de amplificadores o mayor apoyo visual, la banda sólo necesitó de su atractivo y gracia para pasar de intensos arrebatos sincopados, figuras clásicas del metal y pasajes texturales en un primer cuarto duro y demoledor.

Jim Grey como frontman es particularmente magnético y agradable. El cantante se encargó de saludar y hablar amablemente en español, enseñarnos palabras en slang australiano, jugar y entregar mensajes de optimismo y amor en tiempos en que pareciera que los artistas olvidan que pueden ser ejemplo o más bien referentes para quienes deciden reunirse una noche de miércoles a escuchar música en vivo y seguir con sus vidas. Con ese mensaje en la mente y el corazón, Grey invitó a los asistentes a no abandonar la energía que provoca escuchar música y acarrearla hasta el otro día. La comunión de fans del metal y el progresivo escucharon atentamente a Grey y de ahí en más el show sólo fue disfrute.

Las intensas 'Rust' y 'Oceanrise' siguieron el recorrido de la banda que mostraba en cada uno su destreza única. Sam Vallen en guitarra no necesita destacar más de la cuenta, liderando las secciones rítmicas, disparando solos y agregando elementos filosos a lo que Griffin proponía en sus complejas baterías. Punto aparte el trabajo de Griffin que mantiene en buena forma las canciones de la banda. Caligula's Horse es una de esas bandas que saben cómo mantenerse bajo perfil y al mismo tiempo cargar con el peso de ser extremadamente cálidos, buenas personas y excelentes músicos. Dentro de su complejidad natural que involucra  diversos elementos a una construcción sonora a ratos incomprobable por la naturaleza de sus arreglos y ritmos, rompen con ese paradigma donde lo pesado o lo mateo si de progresivo se trata es la norma. Caligula's Horse demuestra cómo ser una banda de rock, cómo relacionarse con tu público y cómo entregar lo mejor de sí en cualquier escenario.

Matías Muñoz
Fotos: Juan Maralla