Rick Wakeman: el alcance de su legado

Sábado 06 de abril de 2024, Teatro Teletón

 

En una fecha más del “Final Solo Tour”, que lo mantiene recorriendo escenarios a través del mundo, Rick Wakeman volvió a Chile para despedir su carrera bien en alto y dejando claro su lugar en la escena progresiva mundial. En un formato íntimo y, sin embargo, lleno de energía, el ex Yes ofrece un show donde su habitual virtuosismo se completa con música llena de emociones.El setlist ofrecido este 6 de abril en el Teatro Teletón permite darle una mirada sinóptica a la intensa carrera de Wakeman en sus distintas etapas. Y queda claro que, al repasar su trayectoria, se puede a la vez ser testigo de alguna de la música que definió la vanguardia y el art rock de toda una época. En este caso, claramente estábamos presenciando una selección de lo mejor de la década de los 70.

 

A las las 20:05, Wakeman inició el show con dos extractos de su disco de 1973 “The Six Wives of Henry VIII”, ejecutando los temas ‘Jane Seymour’ y ‘Catherine Howard’, de cara a la audiencia desde sus sintetizadores. Desde el arranque, Wakeman confirma su peso específico como un ejecutante que, aun estando sólo en el escenario, se basta como para llenar el ambiente con el poder de su música. Para un público conocedor de estas composiciones, fue grato disfrutar la intensa y sentida ejecución, sobreponiendo los sonidos de la memoria con los del tecladista británico en el presente.

 

Luego, recordando su vínculo con David Bowie en la década de los 70, Wakeman interpretó en el piano acústico, un mix de dos de las canciones más recordadas del Duque Blanco: ‘Space Oddity’ y ‘Life on Mars’, segmento en el cual la interpretación fue, como siempre, brillante, además de tener una enorme carga emotiva, en un homenaje a uno de los artistas más importantes de los últimos tiempos. Para seguir con un repaso de su extensa discografía, Wakeman interpretó selecciones de otro de sus discos clásicos: “The Myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table”, con los temas ‘Arthur’, Guinevere’, ‘Merlin The Magician’ y ‘The Last Battle’. Fueron cerca de diez minutos de ejecución donde Wakeman alcanzó la mayor intensidad, explorando a fondo las posibilidades de su virtuosismo y abrumando a la concurrencia con la energía de sus composiciones.

 

Siempre con el fono en la misma era musical (el progresivo setentero), Wakeman puso calma con su composición ‘Sea Horses’, perteneciente a su producción de 1979 “Rhapsodies”, preparando el terreno para lo que vendría a continuación. Y esto era ni más ni menos que lo que la mayoría de la audiencia esperaba: la ‘Yessonatta’, una pieza conformada por cerca de 30 selecciones de distintas canciones de Yes, obviamente de la producción en que el mismo Wakeman ha sido parte de la banda. Una de las gracias de la ‘Yessonata’ es que, a través de la gira, va cambiando la selección de fragmentos. Puesto así, cada recital es un desafío para la fanaticada, que disfruta no sólo de la música en sí misma, sino que es la ocasión de ir identificando a qué canción pertenece lo que Wakeman va tocando. Y sin necesidad de ir al completo detalle de fragmentos, se puede subrayar la destacada presencia de composiciones tan ineludibles como ‘And You And I’, ‘Close To The Edge’ o ‘Roundabout’. Es grato constatar que temas como ‘South Sido of the Sky’, ‘Awaken’ o ‘Heart of the Sunrise’ concentraron buena parte de la interpretación, como un testimonio vivo de la importancia que el mismo Wakeman le da a esas melodías.

 

Para el cierre, el tecladista interpretó un homenaje a The Beatles con una vertiginosa versión de ‘Help!’ y ‘Eleanor Rugby’, para finalizar en un extenso bis donde presentó extractos de su disco 1974 "Journey to the Centre of The Earth". Sin duda, un viaje de emociones y recuerdos, que dejan claro que el legado vivo de Rick Wakeman, está enlazado no sólo a su figura solista, sino que a Yes, David Bowie y lo más selecto del rock de una época dorada. A seis años de su anterior visita a Chile, Rick Wakeman se reencuentra con un público que reconoce el alcance de su legado.

 

Pablo Padilla Rubio

Fotos: Luciano Candia

 

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