Yajaira: fuego lento y real

Viernes 7 de junio, 2024
MiBar, Santiago

El diccionario de la Real Academia Española define a la “epopeya” como un “poema extenso que canta en estilo elevado las hazañas de un héroe o un hecho grandioso, y en el que suele intervenir lo sobrenatural o maravilloso”. Y es que el sucesor del “Post Tenebras Lux” (2017) fue, literalmente, toda una hazaña para Yajaira. Lo tenían grabado hace tiempo, pero el proceso se estiró 4 años entre la grabación, la mezcla y la regrabación de algunas canciones. Tal y como en su trabajo anterior, nuestras leyendas del rock pesado local se desenvuelven al formato trío, esta vez con la formación original que incluye a Seba “Flecha” Arce en la batería, quien se sienta en el sillín tras el paso de Kurt Heyer de Bitterdusk y Los Tábanos Experience, y la incorporación de Gastón Cantillana en la segunda guitarra, una fase momentánea que dejó muy buenos recuerdos en la retina. Con MiBar como escenario, el trío prometía un show de larga duración con el nuevo disco tocado de punta a cabo más los clásicos que no pueden faltar, promesa que el icónico trío cumplió a cabalidad.

Los que hemos asistido religiosamente a los rituales de Yajaira en el último tiempo, hemos tenido la suerte de presenciar como ‘Epopeya’ fue evolucionando desde que su riff era una introducción hasta que se convirtió en una canción como tal, con letra y un desarrollo que bordeaba los 5 minutos. Lo que muy pocos vimos venir es que se iba a convertir en un monstruo de 9 minutos, con fauces que devoran distorsión a destajo. Amén del intermedio espacial que termina con Sam en un solo lleno de delay y Comegato estrujando las ondas del bajo con el wah. Y esto solo era un anuncio de lo que se avecinaba.

“A fuego lento queda mejor el asado”, bromeó Comegato, aludiendo a los mencionados 4 años que tomó el disco, pero, como gritó alguien por ahí, todo valió la pena. Ya el tiempo no importaba, el nuevo ciclo empezó y lo estamos atravesando con gusto. A la agresividad atormentada de ‘La Peste’, en la que Sam y Comegato intercambian voces, le siguieron la psicodélica ‘Algo se está quemando’, en la que sobresalen todas las marcas del Yajaira contemporáneo, la magnética ‘Cuerpos extraños’, definida por Comegato como una “historia de la vida falsa” y la maravillosa ‘Vuelta al Sol’, quizá una de las canciones más únicas de su catálogo, completando así una primera parte del periplo con la banda en su punto máximo de emoción. Están con su gente, en su casa y eso se nota. La mente se abre y el alma se enciende al ritmo de un rock mitológico y gigantesco como una montaña. ‘Siglos de Opresión’ inauguró la segunda parte del repaso de “Epopeya” (2020), seguida por ‘Monolitos’, interpretada por Sam, y ‘Odisea’, rescate de sus tiempos pretéritos al ser una de las primeras canciones que compusieron hace casi 30 años. Estas dos últimas están marcadas como bonus tracks, pero figuran en la versión en cd y digital, son dos piezas que continúan el “viaje de abismos sin fondos y desiertos planos”, como dijo Comegato, bifurcándose entre lluvias de riffs pesados y bajadas que te deja knock out si te pillan mal parado. Con ‘Rayo Psíquico’, que contó con una interpretación soberbia de Flecha, concluyó el repaso de un disco que crece apoteósicamente en vivo, cobra una vida única que trasciende los cánones y se establece como una muestra inapelable de vigencia.

Como estaba prometido, hubo un espacio para los clásicos, sección que también sirvió para analizar el contraste entre la formación original y la alineación más reciente como cuarteto que vimos durante un período. Tomando la máquina del tiempo, nos sumergimos en el swing de ‘Corre, Respira, Descansa’, con el riff coloreado por las voces del público. Por supuesto que la guitarra extra de Gastón era un punto que sumaba peso y había alcanzado un sitial propio en el directo. Dicho esto, también da gusto volver a ver a Sam moviéndose tan bien en el formato trío, alcanza otra estatura y hace volver a Yajaira a su ser más primitivo. Cuando nos concentramos en la batería, podemos apreciar un paralelo entre los detalles y la vigorosidad de Kurt Heyer y la interpretación quirúrgica y comprimida de Flecha. Son dos estilos distintos, pero están lejos de ser excluyentes, más bien son complementarios. La música de Yajaira, como buena serpiente antigua, sabe reptar por ambas con la misma elegancia y sabiduría.

Uno de los puntos altos llegó con ‘Indecisión’, con la que el MiBar casi se viene abajo. ‘Cae’, ‘¿A Dónde Vas Tan Rápido? y ‘El Ritual’ cerraron el pentagrama con los parroquianos sumidos en absoluto éxtasis, iluminados por las llamaradas negras que el trío expelió por los parlantes. No se guardaron nada, de hecho, nos regalaron uno de sus shows más inspirados en el último tiempo. Tenerlos al frente tuyo desatando el infierno mismo con sus riffs humeantes siempre ha sido un lujo, pero esto aumenta por mil cuando la obra actual habla de manera tan contundente. “Llevamos 30 años y el apoyo de ustedes todavía nos hace creer en esto”, sentenció Comegato y esta noche fuimos testigos oculares, nuevamente, que es algo recíproco entre ellos y sus acólitos. Al final, queda más que claro que la música de Yajaira es, en sí misma, un canto portentoso en el que interviene la fuerza mística del sonido lento y real.

Pablo Cerda