King Krule: De existencia en crisis a la paternidad en un mundo sombrío

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis248, febrero de 2024)

 

Desde los callejones sombríos de la metrópolis londinense es que Archy Marshall construyó un proyecto musical que hoy se transforma en su identidad, King Krule, el que también es sentimiento de pertenencia de muchas, muches y muchos que hoy se identifican con la narrativa de álbumes que se transforman en historias, y que son también sentimientos de incertidumbre de una población emocionalmente inestable. Pero, ¿quién es este músico y productor británico que nos visitará el próximo 6 de marzo?

 

Por Karin Ramírez

 

King Krule es el doppleganger de un joven que en lo cotidiano es tímido, escurridizo, esquivo, observador y crítico. Krule es la materialización de diversas influencias artísticas, como Elvis Presley, razón principal del nombre de este proyecto musical. A su vez, ha reconocido públicamente que entre las bandas que lo motivaron a enlazar su vida a la música fueron proyectos como The Libertines, Pixies, Gene Vincent y Radiohead. No obstante, en cuanto a la construcción narrativa de Marshall, es que King Krule está fuertemente influenciado por autores “malditos” como Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, quienes desde un prisma analítico decadente, desarrollan una narrativa contraestructural a la poesía tradicionalmente romántica; y es por esto que para Krule esta dialéctica poética se transforma en otra acción de depuración emocional, logrando sin pretensiones posicionarse como la voz generacional que comienza desde los suburbios londinenses, y que hoy da vuelta al mundo.

 

La trayectoria del tímido artista consta de cinco LPs, pero lejos de querer hacer esto una “biografía” del artista un tanto desencarnada y llena de detalles específicos que ven su trayectoria desde la frivolidad esnobista, aquí revisaremos su trayectoria desde los procesos personales del artista, para vincularlo con una problematización más profunda: el rol de la paternidad en la discografía de King Krule.

 

 

Cuando conocimos a Archy Marshall en lo que hoy es King Krule, fue por medio de “6 Feet Beneath the Moon” (2013), un trabajo experimental, un tanto escurridizo, pero con cierta hambre de encontrarle un sentido a las cosas. Y claro, es el modo en que se manifiesta por medio de tracks como ‘Has this hit?’ o ‘Baby blue’, los cuales siembran una narrativa en la que la incertidumbre se mezcla con desasosiego en tímidas cordofonías que guardan sus bases en el blues con guiños a Radiohead.

 

Sobre esta misma línea, se desarrollan “A New Place 2 Drown” (2015) –lanzado bajo el nombre de Archy Marshall– y “The Ozz” (2017), álbum que apuesta por una articulación del jazz y el R&B en clave alternativa. Ambos discos destacan por el protagonismo que toma su eterna aliada de seis cuerdas, las mismas que le permiten a King Krule comunicarse en medio del atisbo de la introversión. Sonoridades oscuras que se mezclan con reflexiones un tanto personalistas, algo muy propio de millennials y Generación Z, cuestionamientos que rondan a experiencias individuales sobre la existencia y el (des)amor; líneas de pensamiento que permiten generar sentimiento de pertenencia e identidad dentro de su comunidad de seguidores.

 

Pero la realidad cambia cuando aparece una hija en su trayectoria vital, una sorpresa sin duda que marca una nueva etapa en lo personal y que se plasma en sus discos venideros: “Man Alive!” (2020) y “Space Heavy” (2023). Acá, su guitarra toma un rol de catarsis sonora y creativa, la misma que podemos evidenciar en los cambios de las estructuras artísticas, la fuerte presencia del dream wave (o blue wave) en sus líneas melódicas, la desaparición de melismas en la línea vocal, casi como un ejemplo claro de la necesidad de expresar estos cambios a razón de un nuevo rol, que no sabe muy bien cómo abordarlo.

 

 

Quienes hemos habitado la maternidad a temprana edad, sabemos que la explosión de emociones se dificulta en lo cotidiano, los miedos y las inseguridades aparecen, las mismas que se desarrollan en “Man Alive!” (2020), las mismas que se tiñen con un manto de esperanza. Una compleja combinación donde la desolación de un mundo profundamente globalizado, como lo enuncia en ‘Cellullar’ con tímidos guturales que se conectan con trip-hop, se intersecta con ‘Underclass’, track que verbaliza un amor más perceptivo, un amor agradecido, preocupado, pero siempre inestable, un guiño sin duda que marca la reflexión respecto de la pureza del amor en tiempos de desesperanza y sombras.

 

La llegada de “Space Heavy” (2023) también se llena de este nuevo Archy Marshall, ahora un tanto más maduro, un tanto más sin anestesia, un King Krule que busca su lugar, cuando debe habitar dos espacios diferentes. Una crónica en C Mayor que detalla la dificultad de ser padre en contextos donde el arte se cuestiona y obliga a separarnos de nuestro núcleo.

 

La díada “Man Alive!” y “Space Heavy” demarcan las líneas argumentales con las que se construye esta nueva versión de King Krule, un auténtico adulto perdido en medio de la sombría realidad de habitar una paternidad en completa confusión. Esta misma evolución del artista se plasma en decisiones claves de su propia identidad musical, puesto que hoy, parte de la composición de Marshall va de la mano con el legado de Chet Baker, encontrando en la sutileza de la trompeta un espacio de conmoción y catarsis, porque hoy la esperanza se llama Marina Marshall, y su paternidad se transforma su privilegio que excede la tristeza de un mundo cruel y junkie.

 

 

El músico y productor británico se presentará en nuestro país el próximo miércoles 6 de marzo, a las 21:00 hrs., en el Teatro Coliseo. Las entradas están disponible vía Puntoticket.