Recorriendo los pasos de Jimi Hendrix en Londres

Cincuenta años se cumplen desde la primera visita de Jimi Hendrix a Londres, ciudad que lo catapultaría a la fama.

En 1966 y con tan sólo 24 años, un joven delgado, tímido, relajado y con un carisma desbordante pisa suelo inglés con una guitarra Fender Stratocaster al hombro, asombrando con un genuino sonido a la sociedad de su tiempo. A cinco décadas de dicho episodio -coronado con su presentación en el club nocturno The Scotch-, el museo "Hendrix & Handel in London", abrió las puertas de su hogar al público.

23 Brook Street, en la acomodada área de Mayfair en el centro de Londres, fue el hogar del guitarrista estadounidense entre los años 1968 y 1969. Es la única dirección reconocida que el músico tuvo en su vida de carrera, y por lo mismo se establece como un santuario para sus seguidores.

Una distinguida placa azul otorgada por la institución de Herencias Inglesas luce orgullosa en las afueras del edifico. Hendrix habitó en el tercer piso, cuya restauración estuvo a cargo de la Fundación Handel House Trust, museo vecino del pianista barroco George Frideric Handel, quien tuvo su hogar a mediados de 1700. Handel y Hendrix vivieron como vecinos separados por una pared, pero con 200 años de diferencia.

Kathy Etchingham, novia de Hendrix en la época, y quien fuera la musa en la composición ‘Foxy Lady’, ayudó meticulosamente en la restauración del ambiente. Fotos, recuerdos y algunos muebles que aún conservaba ayudaron a recrear el espacio que ambos compartirían y que serviría como la base de Hendrix en Londres en los swinging sixties. Desde su colorida cama el guitarrista daba entrevista y posaba para reconocidas fotos de publicidad. Hoy, imágenes emblemáticas de su paso por la capital inglesa.

Se gastaron algo más de 2 mil millones de pesos en la recuperación y recreación de la vivienda, utilizando muebles de la época con total exactitud, muchos considerados artículos para coleccionistas. El espejo es un objeto original perteneciente a Hendrix que Etchingham aún conservaba y lo donó sin dudar. El departamento constaba con dos habitaciones, baño y cocina. Sin embargo, el museo recreó sólo el dormitorio/living del músico y los demás ambientes prestan servicio como exposición permanente de memorabilia, recuerdos y datos sobre Hendrix.

Cápsula del tiempo
Dos edificios georgianos se mantienen estoicos capeando las vicisitudes del tiempo y están unidos por un pequeño pasadizo. Originales escaleras de 300 años, con peldaños de madera crujiente dan paso a lo más alto del edificio. El suelo pareciera estar a desnivel con una leve inclinación.

La pieza de Hendrix luce colorida y llena de vida. Los objetos distraen la vista y se hace difícil comenzar a escanear sin distraerse. La luz entra por los distinguidos ventanales de manera colosal y cae graciosamente sobre la cama. Aunque los días nublados son usuales en Londres, la claridad es intensa. Es indudable la acertada elección de Etchignham, quien encontró el lugar ayudando a un muy ocupado Hendrix en esos momentos. El espacio captura sin duda un aura especial.

Las pesadas cortinas de terciopelo en color azul petróleo contrastan con el cubrecama de satín y seda rojizo. Para esa época Hendrix ya contaba con un buen pasar y una fama consagrada, no era extraño verlo rondar por reconocidas tiendas de decoración del céntrico barrio, eligiendo telas, alfombras y accesorios para su nuevo hogar. El guitarrista se sentía contento de tener un hogar por primera vez, y quería agasajarlo con vehemencia.

Desde su living, el guitarrista gozaba escuchando su música a un alto volumen, por lo tanto era esencial un tocadiscos con poderosos parlantes, quemando los amplificadores en muchas ocasiones. También contaba con una envidiable colección de discos de vinilo, desde jazz, blues, a música clásica como Handel (su vecino), y lo último en música popular como Bob Dylan, Ravi Shankar y The Beatles.

El departamento incluye una copia de la letra original de la canción Voodo Child , y yace sobre el velador junto a una concha que sirve de cenicero. Una bata para fumar cuelga en las afueras del armario, mirando hacia una silla que acomoda un muñeco de lana tejido por una fan y que fue entregado en uno de sus conciertos. Hendrix adoraba su juguete relleno de algodón, y hasta dormían juntos en muchas oportunidades.

Cuartel general
La segunda habitación era la pieza de alojados y contaba en su momento con una cama plegable para los invitados. George Harrison era un visitante habitual en el departamento de Hendrix. Pasaban la noche improvisando sonidos, y probando nuevas drogas que abrieran los sentidos. Desde este lugar Hendrix componía, daba entrevistas, preparaba conciertos y creaba nuevos conceptos musicales.

Entre fiestas y reuniones musicales, destacados artistas conformaron la lista de visitantes del departamento. Eric Clapton, The Rolling Stones, The Beatles, The Animals, entre muchos, eran nombres frecuentes en el hogar. Tan numerosa tropa obligó a la pareja a tener doble línea de teléfono: para amigos lejanos y cercanos, para regular el paseo constante de celebridades. 23 Brook Street se coronaba como lugar conclave de la escena artística londinense, además estaba a pasos de los clubes nocturnos de moda entre la elite musical.

Aunque Hendrix comenzara humildemente en Inglaterra, su carrera asciende rápidamente y su fama, irrefutable. Se mezcla con otros genios de la música de su época y su visión musical y artística comienza a tener fuerte líneas y características únicas. Hendrix salió de Estado Unidos, para poder entrar como un grande a su país natal, removiendo los cimientos de la música rock y perpetuarse como uno de los mejores guitarristas del siglo en su breve paso por esta tierra.

Lorena Villegas-Cid

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