Godspeed You! Black Emperor

2021. Constellation

 

Séptimo disco de la institución del rock experimental canadiense, que, una vez más, combina drones apocalípticos y ruidosos con piezas instrumentales, que pasan por distintos estadios que van desde lo épico, desgarrador, trágico y urgente, hasta llegar a momentos esperanzadores, espirituales y extáticos. Como es costumbre desde que regresaron en 2012 tras una década de silencio con “Allelujah! Don’t Bend! Ascend!”, el álbum está integrado por dos extensas piezas de 20 minutos aproximados, que se intercalan con igual número de interludios sonoros de más corta duración. 

 

Sin embargo, las secciones de las pistas largas se pueden escuchar de manera independiente, abriendo con las transmisiones radiales intervenidas de ‘A Military Alphabet (five eyes all blind) (4521.0kHz 6730.0kHz 4109.09kHz)’, que de inmediato le entregan al álbum esa orientación política en el sentido fuerte de la palabra. “Todas las formas actuales de gobierno fracasan. Este disco trata sobre todos nosotros esperando el comienzo, y está guiado por las siguientes demandas = vaciar las cárceles, quitarle el poder a la policía y dárselo a los barrios que aterrorizan. Poner fin a las guerras eternas y a todas las demás formas de imperialismo. Gravar a los ricos hasta empobrecerlos”.

 

No obstante, el álbum comienza a configurar su real dimensión musical con los ocho minutos de ‘Job’s Lament’, una pieza adictiva, majestuosa y abrasadora, que atrapa con sus melodías y sonidos de guitarra, órgano y, en general, el arsenal de instrumentos ejecutados por la actual formación de ocho integrantes de GY!BE. La implacable composición se caracteriza por una progresión llena de potencia y decisión que, en comparación con el canon denso y asfixiante de la banda, tiene un aire positivo y enérgico. Aún en la misma suite, le sigue ‘First of the Last Glaciers’, la que, al principio, aumenta la vehemencia sónica de la anterior, para luego volverse más melódica, con los sonidos de los violines entregando un manto de tristeza y dolor. 

 

Esta primera larga sección finaliza con los sonidos de pájaros y explosiones distantes de ‘where we break how we shine (ROCKETS FOR MARY)’, la que más bien se enlaza con la primera de las piezas cortas ‘Fire at Static Valley’, el momento más solemne del álbum, en la que guitarras lastimosas se unen a tambores fúnebres y cuerdas dramáticas in crescendo. Así llegamos a la segunda extensa pieza de “G_d's Pee at State's End!”, la que abre con los 11 minutos de ‘GOVERNMENT CAME” (9980.0kHz 3617.1kHz 4521.0 kHz)’, al igual que en la anterior, con ondas radiales distorsionadas de introducción, que dan paso a una progresión de gran tristeza que, poco a poco, va ganando en fuerza y decisión, para transformarse en un track de belleza casi lírica de tiempos medios. Sin embargo, el tema va ganando en un sentimiento que fluctúa entre la esperanza y la ansiedad, es un ascenso triunfante y agitado.  

 

La segunda parte de esta segunda extensa pieza, a su vez, dividida en tres segmentos y titulada ‘Cliffs Gaze / cliffs’ gaze at empty waters’ rise/ ASHES TO SEA or NEARER TO THEE’, comienza lentamente para llegar a un espacio que es inesperadamente positivo y triunfante, con vitales dinámicas instrumentales que finalizan con el sonido crepuscular de unas campanas. Para el cierre, otra declaración política fuerte: ‘OUR SIDE HAS TO WIN’, algo así como “Nuestro lado tiene que ganar”. Se trata de otro drone penetrante, radical, doloroso, pero que, como todo el disco, aboga por un futuro digno para la humanidad. 

 

Una banda de sonido para tiempos inciertos, que es reflejo de una oposición, una fisura entre dos polos: por un lado, quienes quieren mantener y fomentar el odio, que se guian por el poder del dinero y que no respetan los derechos fundamentales del ser humano; y por otro, quienes luchan por un mundo que reconozca la dignidad del otro sin importar su condición, que cuidan la naturaleza que nos contiene y que entienden que el amor recíproco entre cada uno de sus habitantes, es una obligación de profundas consecuencias éticas. “Mucho amor a todos los perdidos y amados, estos son tiempos de muerte y nuestro lado tiene que ganar”.

 

Héctor Aravena A.