King Gizzard & the Lizard Wizard Flight b741 Miércoles, 14 de Agosto de 2024 2024. P(Doom) Records Con veintiséis discos de estudio a sus espaldas -hechos tan sólo en su primera década-, sumado a una vitrina absurdamente amplia de géneros musicales, y el uso de técnicas poco convencionales para sus grabaciones, ya es más que suficiente para decir que King Gizzard & the Lizard Wizard es una banda atípica. Seas o no un entusiasta de su propuesta, es innegable el espacio que han logrado hacerse los australianos a nivel mundial, sobre todo con un público que no necesita un conocimiento avanzado de métricas o géneros para disfrutarlos. Es precisamente esta incansable curiosidad musical y extensa discografía lo que hace que solamente podamos compararlos con ellos mismos. Ya sea que se aventuren por el thrash metal, el jazz, prog. o la electrónica, la banda ha sabido crear un sonido característico y reconocible, aunque sin dejar de lado ese especial sentimiento de ser tan sólo un grupo de amigos jameando y haciendo buena música. Y pese a que, prácticamente, nunca repiten un mismo álbum -o concepto-, digamos que si se les ha podido ver revisitando su propia música y llevándola al siguiente nivel. Al menos así sucede con “Flight b741”. Hay que dejar en claro que los de Melbourne no son para nada ajenos al blues. Las armónicas a tope de “Fishing for Fishies” (2019) -con ciertos toques sicodélicos- son testimonio de ello. En esta ocasión la cosa pareciera ser distinta. De partida, se han alejado de lo conceptual para, en palabras del propio Stu Mackenzie a través del comunicado de prensa del álbum, hacer algo más «instintivo, más ‘desde las tripas’». Las canciones no sólo se sienten más directas, sino que también más colaborativas, y es que esa era precisamente la intención. «Queríamos tener tantos vocalistas principales como pudiéramos, y pasar el micrófono, como, 'esta es mi parte, mi idea, voy a cantarla y luego te voy a pasar el micrófono a ti y tú puedes hacer lo tuyo'. Continuaba el comunicado. Esto es algo que inmediatamente se refleja en la apertura que dan las diversas voces que se sienten en 'Mirage City' y 'Antarctica'. Otra de las cosas que llaman la atención del elepé es este sentimiento de estar ante canciones con un formato tradicional, o sea, que no se sientan como las ya clásicas piezas a las que nos tienen acostumbrados en las que el jam session era la norma. Aquí todo es más bien simple y directo, con un sonido más amable para cualquier entusiasta de los grandes clásicos del rock, aunque esto no les impide dar cambios de ritmo que nos hacen sentir dos canciones en una sola. ZZ Top, Lynyrd Skynyrd, los Rolling Stones e incluso la Steve Miller Band es lo que más asoman sus canciones, sobre todo con 'Field of Vision' o 'Sad Pilot'. Aunque se siente como que a este vuelo le cuesta un poco despegar, todo cambia llegados a la mitad, cuando 'Hog Calling Contest' hace sus primeras locuras y cede el espacio para que lo mejor que tiene el álbum brille por sí solo ('Le Risque', 'Flight b741' y 'Rats In The Sky'). Es justo decir que es en estas grandes canciones donde la armónica de Ambrose Kenny Smith, las guitarras condensadas de Stu y Joey Walker, el profundo bajo de Harwood, la acelerada batería de Michael Cavanagh o las juguetonas teclas de Cook Craig más brillan. Es donde realmente más confiados y cómodos se les escucha con este género musical. Luego de una extensa aventura por toda su discografía, es totalmente válido situar a este como uno de sus trabajos más consistentes en términos compositivos. Quizás no es el mejor, pero sí es uno que se siente mucho más centrado. No se va por las ramas y va directo a lo que plantea. Esto, en parte, gracias a una lírica brillante que trata con calma temáticas que de por sí son oscuras -y que no sirve adelantar, ustedes las descubran e interpreten-. Con “Flight b741”, Stu y los suyos nuevamente nos sorprenden con su genialidad al hacer un back to classics al estilo Gizzard, siendo 'Daily Blues' la canción que perfectamente lo representa y la que le da un cierre redondo a este nuevo episodio en su historia. Creo que, de cierta manera, envidio a quienes aún no conocen a esta gran banda, pues tienen la posibilidad de dejarse sorprender por el primer disco que elijan, sobre todo si se guían por los bellos diseños que el australiano Jason Galea les ha dado durante todos estos años. Aunque si lo que buscan es irse a la segura con algo directo, este es definitivamente un álbum para ustedes. Y es que eso es lo bello de los Gizzard, cualquier álbum puede ser para ti, solo tienes que encontrarlo y simplemente dejarte encantar por su música. Aarón Vergara Tags #King Gizzard & the Lizard Wizard #King Gizzard #Flight b741 #Stu Mackenzie #King Gizzard and the Lizard Wizard Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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