Camilo Salinas: militante de la nostalgia

Presentando su reciente trabajo en solitario, la agenda de Camilo Salinas no para. Pero siempre con un centro inamovible: la música.

“Cristales” es el título del más reciente trabajo solista del músico, un espacio no muy visitado por él merced de sus innumerables proyectos activos. Grabado en septiembre pasado, Salinas tuvo un improvisado y hermoso estudio: el Teatro del Lago, ubicado en Frutillar. Ahí, con la vista portentosa del Lago Llanquihue y el Volcán Osorno, nuevamente sacó brillo a su piano, entregando un documento que podría ser la banda sonora de cualquier película, aunque no haya sido la intención.

“Era fantástico. Fíjate que llegaba a las 7 de la mañana al teatro, a practicar. Y cruzaba la ciudad, oscura, las aves empezaban a cantar, iba asomándose el sol por el volcán. El puro acontecimiento de llegar a tocar al teatro ya era una película”, argumenta el nacional sobre la obra, que será nuevamente presentada sobre un escenario, este jueves 19 de mayo, en Sala Ceina.

- Ya tuviste la oportunidad de presentar “Cristales”, en el mismo lugar, en diciembre pasado. ¿Será el mismo concierto?
- La diferencia que hay con el concierto pasado… yo lo quise repetir porque quedó gente afuera. Estaba la pandemia, estábamos restringidos en la sala. Pero fue una muy buena experiencia, gustó mucho y nos sentimos todos bien tocando. Entonces, pensé “Voy a aprovechar que el Macha está acá -es la semana en que está en Chile antes de irse a tocar a Europa y México-”. Mme voy a lanzar a repetirlo, pero potenciándolo por otro lado”, por el gusto y el placer de tocar.

En esta oportunidad, el Cuarteto Austral entra a ser como un nuevo invitado, y quise adaptar todo para un cuarteto de cuerdas. Tenía muchas ganas de tocar con ellas, entonces me permitió rearreglar la música y hacer otros arreglos nuevos. Eso me tiene muy feliz: reproducir un poco el disco “Cristales”.

- La música del disco ofrece una innegable sensación nostálgica, pero no depresiva.
- Resultó la música así. A veces, uno no se pregunta qué sentimiento quiere que lo domine para que quede plasmado en el disco. Yo fui haciendo, fui armando y desarmando música y melodías, y me quedó así. Siempre he sido un militante de la nostalgia y la melancolía en la música. A diferencia de lo que muchos otros creen, son sentimientos oscuros, pero si son tratados con ritmo y también con inteligencia melódica, es una música que puede revertir ese sentimiento una vez que entra a los oídos y corazón del auditor.

- ¿Qué influencias podrías mencionar al hablar de “Cristales”? ¿Qué has estado escuchando últimamente?
- En la pandemia, me dediqué mucho a ver pianistas. Hay uno canadiense, Chilly Gonzales, un genio. Él se autodenomina así y yo creo que lo es. Está Nils Frahm, al que pude escuchar y conocer más profundamente en ese período. Me marca también el mundo de las películas, que me gusta mucho. Si hay algo que tiene este disco es que, si bien no son piezas para películas, tienen algo de ese discurso, te lleva hacia un mundo de imágenes o sensaciones que pudieran parecerse a ellas. Nuestra vida es una película que está constantemente cambiando.

- ¿En qué cambió tu forma de componer y registrar música en medio de una pandemia?
- El encierro, lo que fue el virus, los artistas que nos quedamos sin trabajo, desamparados, sin ayuda de nadie. Todos esos sentimientos adversos, versus lo bueno que podía ser quedarse en casa, con familia algunos, tener más tiempo para algunas cosas. Todos los ingredientes que conformaron la pandemia me llevaron a pensar un poco que éramos todos “almas de cristal”, que nos podíamos romper. Había que cuidarse mucho, desde muchos puntos de vista, para que eso no pasara. En el encierro había una melancolía y una nostalgia que decidí plasmar en el disco. Me di cuenta que no había parado nunca desde que tengo 16, 17, 18 años, en que me metí a estudiar y trabajar en la música. Entonces, desde ese punto de vista fue bueno haberse detenido un poco. Nunca había pasado tantos sábados en la noche en mi casa como en estos últimos dos años. Pero tenía que ser así.

- Camilo, tu nombre se incluye en varios proyectos. ¿Qué planes tienes para el resto del año, tanto con 31 Minutos u otras cosas?
- Con 31 Minutos estábamos preparando una conquista en México, muy grande, porque hay muchos fans. Todo eso quedó pausado. Ahora lo podemos mirar con cierta lejanía, porque hay cosas funcionando de a poco. Ya reanudamos una gira, vamos a presentarnos acá. Junto a Pablo Ilabaca tenemos una sociedad musical. Ahora entramos a dos proyectos muy interesantes: una serie para Disney, de ficción y que se hará en Chile. Muy interesante, para adolescentes, con personajes chilenos -a excepción de una niña, que es mexicana. También estamos entrando a hacer música para una película de una comedia, para Amazon. Son proyectos interesantes, que tienen alcance mundial.

- Este 2022 se cumplen dos décadas del primer y único disco de Pettinellis. ¿De qué manera valoras ese trabajo, considerando que fue una banda que duró poco tiempo?
- Ese disco fue fantástico, único. La energía y cómo se compuso, cómo lo hicimos, fue algo increíble. Yo creo que eso está plasmado en la música y es maravilloso ver que un disco tenga tanta buena vida después de creado. Yo nunca me he cerrado a la posibilidad de que nos volviéramos a juntar a tocar. En la pandemia perdí un poco el contacto con el Álvaro (Henríquez), que nos habíamos planteado la idea de hacerlo y todo. Yo creo que eso puede suceder. Cuando la música está hecha con honestidad y es genuina va a tener siempre buena vida.

- ¿Qué opinas del proceso constituyente? Los del 4 de septiembre será muy importante.
- Estoy ansioso por leerlo. Creo que fue un trabajo difícil, de muy poco tiempo. Hubiera sido mejor un poco más, para conversar y discutir más todo, pero soy optimista. Quiero que este país sea mejor, donde haya equidad, dignidad y no te tengas que volar la cabeza para trabajar y ganar sumas de dinero que no van a estar en tus manos sino que van para otro lado.

Jean Parraguez