The Joy Formidable: La mujer tiene la palabra

Un power trio distinto con una mujer al frente. Sonido masivo, combinaciones de shoegaze, dream pop, y rock alternativo de cepa noventera con pasaportes timbrados desde Gales. The Joy Formidable marca una de las expectativas más altas de la nueva edición de Lollapalooza y esta es su historia.

Culos al aire, pubis en insinuantes movimientos, tonificados torsos húmedos mientras ojos femeninos observan a hurtadillas todo ese espectáculo de carne turgente y testosterona, escenas del clip promocional del single ‘The Last Thing On My Mind’, adelanto del nuevo álbum “Hitch” de The Joy Formidable, donde son hombres quienes se exhiben como objetos sexuales, exactamente al revés de lo que suele suceder en la video música, reducto donde el género femenino parece destinado a mostrarse como en una cinta softcore. En el trío galés las cosas son diferentes. Quien lleva la batuta es una dama, Rhiannon “Ritzy” Bryan, a cargo de la guitarra, la voz y la composición, secundada por Rhydian Dafydd en bajo y coros, y el baterista Matthew James Thomas. Sobre la canción, que anticipa algunos cambios en el sonido ya característico del grupo -capas y capas de distorsión guitarrera, bajos recargados, percusión incansable e inventiva-, “Ritzy” dice que habla sobre libertades. “Este corte en particular toca sobre la liberación sexual, específicamente sobre la imaginación carnal femenina (...) Me gustaría ver más diversidad en los videos musicales y en la forma en que el sexo es representado en general. La censura está cambiando con la Internet y la manera en que los videos musicales están llegando a la gente, socialmente nos estamos acostumbrando a material más explícito”.

“Hitch” se edita el 25 de marzo poniendo fin a una pausa de tres años tras “Wolf’s Law”, sucesor del alabado debut “The Big Roar” (2011), que demoró largas temporadas en aparecer, anticipado por media decena de sencillos y un EP. Biografía express: The Joy Formidable arranca en 2007 entre “Ritzy” y Rhydian. Se conocen desde niños, tuvieron un romance y tocaron en un cuarteto de Manchester a partir de 2003, Super 8’s, luego rebautizado como Tricky Nixon. Los papeles estaban invertidos con Rhydian en guitarra y voz, en tanto “Ritzy” se hacía cargo de la segunda guitarra. Giraron con Kaiser Chiefs, el baterista desertó y se reformaron bajo el nombre Sidecar Kisses sin mayor revuelo. Cuando acabó aquel proyecto nació entre “Ritzy” y Rhydian The Joy Formidable, junto a Justin Stahley en tambores y platillos. Como decía Joe Strummer, tu banda es tan buena como lo sea tu baterista, y con esa regla no fue hasta la llegada de Matthew James Thomas en 2009, que el conjunto comenzó a llamar la atención.

Frustración y euforia

Desde ‘The Everchanging Spectrum of a Lie’, el primer corte de “The Big Roar”, quedó claro que a) les gustan los títulos kilométricos b) cuesta creer que solo sean tres músicos. The Joy Formidable sale a la caza de un rock majestuoso, de pantalla ancha. Utilizan una combinación de delicadeza melódica gracias a la suave voz de “Ritzy”, de oníricos contornos y profunda vocación pop, junto a monumentales explosiones sónicas que van envolviendo hasta convertirse en una masa fenomenal sin que la canción muera ahogada, a pesar de la infinidad de pedales y efectos. Entre varios ejemplos, los remates de los singles ‘Austere’ y, sobre todo ‘Whirring’, son épica pura heredera de la influyente fórmula Pixies del estribillo contenido y el coro con todo, de la consistencia granítica de Muse, y la afilada melancolía de Placebo en los noventa, antes de convertirse en una caricatura de rock emo.

Es aquel corte uno de los mejores testimonios sobre qué empuja al trío, qué es lo que buscan, como lo explica “Ritzy”. “Creo que ‘Whirring’, más que otras canciones, realmente captura esas dos emociones en conflicto: esa frustración, casi, de cosas que no están bien, pero al mismo tiempo, sintiendo a través de ese sentimiento eufórico, esperanzador para el futuro, de que las cosas se van a solucionar”.

Si en ese primer disco coprodujeron junto a Neak Mender y el reputado Rick Costey (Death Cab for Cutie), con “Wolf’s Law” se decidieron por la autonomía total en el estudio, para un disco más concreto y furioso, con títulos demoledores como ‘Cholla’ y ‘Bats’, plagados de riffs más densos, quiebres rítmicos y pases de doble pedal.  

De vuelta a casa

Después de girar por casi cinco años sin detenciones, The Joy Formidable se construyó un estudio al norte de Gales, sus tierras, para el registro de “Hitch”. “Ha sido una experiencia bastante extraña regresar donde crecimos. Pasamos los últimos doce meses haciendo este disco y nos encantó. Hicimos la ingeniería nosotros y produjimos. Terminas un poco agotado pero estamos muy felices y entusiasmados por compartirlo”, explica la líder. El retorno a Gales les ha dado la oportunidad de conectar con un espacio propio, tras la locura de pasar media década entre escenarios, hoteles, vuelos y buses. “Creo que nos trae de vuelta a los inicios de la banda, porque cuando recién partimos en Gales y luego nos mudamos a Londres, vivíamos juntos”.

El formato trío siempre obliga a redoblar esfuerzos y para The Joy Formidable no significa limitarse en la sala de grabación sino al contrario. Acumulan múltiples pistas de guitarra en estudio y luego deben resolver cómo reproducir ese trabajo en directo. “Ese es el punto donde voy y es como ‘oh, infierno de mierda’ (pero) siempre hay una manera de manejarlo. No me importa que sea diferente en vivo de todos modos”.

Marcelo Contreras

The Joy Formidable se presentará en Lollapalooza Chile el sábado 19 de marzo, en el VTR Stage, a las 15 horas.

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