Iconografía del catálogo metálico-criollo Jueves, 26 de Abril de 2012 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis110, abril de 2012) A partir de su incubación, a mediados de los ochenta, la escena thrasher de Chile comenzó a tomar forma en Santiago y regiones. A diferencia del retraso en la absorción de otras movidas como el punk y el heavy metal, el forjamiento de un circuito en Chile fue casi a la par de los referentes en Europa y Estados Unidos. En cierta forma, la aparición del tape trader (intercambio de cintas) y la proliferación de fanzines como Blowin Thrash o Insanity, ambas inspiradas en las guías escritas de similar factura por bangers en el resto del mundo, posibilitaron un mayor acceso a este fenómeno de expansión planetaria. Dejando de lado los primigenios intentos de pioneros de corte más hard rockero como Tumulto y de antemano, asimilando la subjetividad que siempre enmarcan estas listas, los dejamos con nuestra selección de material indispensable a la hora de hablar de metal chileno. DEMOS Pentagram Demos # 1 (1987) Punto de inflexión. Solo el tiempo pudo hacerle justicia a la relevancia del manual metálico que estaban escribiendo Anton Reisenegger y Juan Pablo Uribe, los dos motores que formaron el engendro más trasgresor de la movida criolla. Tres atronadoras composiciones (‘Fatal Predicitions’, ‘Demoniac Posesión’ y ‘Spell Of The Pentagram’) bastaron para que la bola de nieve creciera y comenzará a azotar los principales nichos de la movida. Personajes en potencia como Trey Azagthoth (Morbid Angel) o los hermanos Cavalera (Sepultura) sucumbirían ante la música de Pentagram. Demo #2 (1987) Pese al aliciente de contar con el beneplácito generalizado de casi todos los fanzines a los que se envió el tape y la reconocida admiración de bangers en especial del viejo continente, la artesanal infraestructura de nuestra escena terminó quemando las ilusiones de Pentagram. Pese a esto, la pegada y visión expuesta en ‘The Malefice’, Profaner y ‘Temple Of Perdition’ fue tomado como un cuadro referencial por toda una escena que comenzaría a desarrollarse en el viejo continente entre la segunda mitad de los ochentas y comienzos de los noventa. Warpath Mental Acceleration (1988) Tras el golpe que resultó ser el quiebre en Rust, Marcos Cusato (voz y guitarra) y Octavio Arizala (guitarra) unieron fuerzas con la finalidad de romper todas las barreras que frenaron a su anterior proyecto. Del power thrash ofertado a comienzos ahora la intención era aumentar las dotaciones thrasheras en vértigo y velocidad, varios fanzines alabaron el rumbo y no pocos comenzaron a rotularlos con la pegada de Megadeth. Las proyecciones y expectativas trazadas con la banda aumentaron con “Metal Acceleration”, tildado por varios referentes del circuito y público como el primer gran lanzamiento por thrashero editado en nuestro país. Tristemente, la llama se apagaría por diferencias de prioridades y un medio aún con demasiadas falencias. Massacre Beyond The Psychotic Redemption (1988) Curtidos por el bagaje de una mini gira por Brasil y el respeto que comenzaron a cosechar dentro y fuera de Chile, Massacre encuentra su punto pleno dentro de su menú de speed con dotación thrashera. Tristemente, los excesos, problemas personales y aspiraciones artísticas distantes del sonido deudor de Slayer y Dark Angel, acabaron eclipsando el recorrido de un grupo identificado con justa razón como pionero para la movida thrasher criolla. Este demo atestigua dicho estatus. Atomic Agressor Bloody Ceremonial (1989) Una absoluta gema del death metal chileno. Muchos banger añaden a “Bloody Ceremonial” como el techo de estos referentes de la música extrema en Sudamérica. Cuatro sangrientos cortes con el que pudieron resaltar en fanzines tanto nacionales como foráneos. Junto a Death Yell y Totten Korps formaron parte de una generación que comenzó a renovar la movida criolla y diversificarla hacia sonidos más radicales. Las bondades de la red han logrado inyectar a las nuevas generación con la visión cáustica de este maléfico combo, muy marcado en primera instancia por Celtic Frost. Death Yell Vengeance From Darkness (1989) Conscientes de que con su estilo no causaban posiciones intermedias, Death Yell arremetió en 1989 con un set de seis canciones eclécticas a destajo en la que interactuaban una mole de riffs aunados en la pretensión de emular a los primeros Death, Possessed y Kreator, sumando teclados, una percusión endemoniada y letras que citaban las pugnas personales, demonios internos, contingencia y metáforas. Sin contar las copias y los intercambios de las cintas, este demo vendió más de dos mil unidades y los seguidores se reprodujeron como esporas dentro y fuera de Chile. Menciones honrosas: Betrayed- “Our Option” 1988 Nimrod- Time Of Changes (1988) In Agression- An Extensive Aberration (1989) Torturer- Kingdom Of The Dark Sadism- Perdition Of Souls (1989) ELEPÉS Necrosis The Search (1988) Podríamos recaer en el facilismo de esas loas reiterativas que apuntan a “The Search” como el primer larga duración de una banda thrasher chilena o el único vinilo editado con todas las de la ley en dicha década, pero Necrosis era mucho más que eso. Proactivos por antonomasia, gestaron parte de las congregaciones de bangers más exitosas en el Gimnasio Manuel Plaza y lograron forjar una encomiable proyección internacional que culminó en la edición de este álbum por el sello brasileño, Heavy Metal Maniac. La devoción por el sonido de la Bay Area con Exodus como principal referente, más la admiración por las lentas cadencias de nombres como Trouble tuvieron a Necrosis como una formación tremendamente respetada. Para 1989, lograron estar un paso más arriba del resto por tema de vivencias, una de ellas el multitudinario show de lanzamiento de “The Search” en Sao Paulo, Brasil, donde compartieron con números de la talla de Korzus y Ratos de Porao en frente de más de cinco mil personas. Sadism Tribulated Bells (1992) El tremendo profesionalismo, proactividad y grata impresión otorgada con sus demos, posibilitaron un rápido ascenso para la carrera de Sadism. Hubo recelo por parte de varios componentes de la vieja escuela, pero, realmente, poco se podía hacer con la prestancia de canciones como ‘Days Of Tribulations’. El tracklist de nueve temas de esta placada tuvo, aparte del correcto soporte de los ya conocidos estudios Rec, el plus de que todas las canciones habían sido pulidas hasta la médula en las numerosas presentaciones dadas a lo largo y ancho del país junto a sus pares, Atomic Agressor. La intrincada estructura de sus canciones, apegadas a la solvencia del death metal de Florida, muy en boga por aquellos días (de hecho el disco fue masterizado en los Fullersound Studios en Tampa), le valieron de inmediato entusiastas críticas de la prensa especializada en el extranjero. Torturer Opressed By The Force (1992) Superada la inestabilidad que arrojaban los problemas para formar una alineación estable y con el evidente sustento que obtuvo en interés europeo ante el demo “Kingdom Of The Dark” (1990), Torturer abrió el camino para un larga duración que incluso sorprendió por portar un cover a Pentagram para la canción, “Demoniac Posesión”. Además, con plena nación en transición política por la vuelta a la democracia, ellos lograron resaltar, aparte de la crudeza de su música, también por el alto vuelo contestatario de sus textos, algo que no todo el metal nacional comenzó a hallar como necesario. Dorso El Espanto Surge de la Tumba (1993) Es muy difícil elegir un disco de Dorso y situarlo como el más relevante. De hecho, muchos que lean esto pueden hallar la elección como un total disparate ya que cada placa de estos dinosaurios de nuestro metal es una criatura con vida propia. Quizás haya sido el revuelo, la vocación hímnica del set o simplemente, el momento de eclosión que vivía el metal durante la primera mitad de los noventa, pero el suceso de “El Espanto surge de la tumba” fue más que especial. No por esa pequeña lejanía de la filiación progresiva que ellos acostumbraban a mostrar, sino más bien por la integración del cine macabro y el gore que amplificaron aún más su marca y la pega de temas como ‘Deadly Pajarraco’ que siguen siendo imbatibles y por lejos los con respuesta más animal por parte de la gente. Y el fervor siempre ha sido un gran catalizador a la hora del juicio decidor. Criminal Victimized (1994) Agotado con los últimos atisbos y esfuerzos por reunir a Pentagram en 1991, Anton Reisenegger se anima en un proyecto de vértigo thrash pero sumamente actual y con altísimas dotaciones de groove. La fórmula fue un golazo y bastó el espaldarazo de la entonces influyente MTV (filial latina) para comenzar a alzar a Criminal en la cima del under en el cono sur americano. Sus presentaciones comenzaron a difundirse como verdaderas bombas de tiempo y el potencial del set, con verdaderas tomas de principios como ‘Self Destruction’ o ‘Pressure’, justifica sin exaltaciones tanto logro y crédito obtenido en solo un par de años. Siempre quisieron nivelar para arriba y eso se notaba en el estudio y arriba de un escenario. Undercroft Twisted Souls (1995) Uno de los mayores exponentes a la hora de aprovechar el auge de la movida underground a comienzos de los noventas fue Undercroft. Pilares en la repostulación del death metal criollo y un par de demos de notable repercusión lo que lograron firmar en su primer capítulo en extenso, “Twisted Souls”, fue una soberbia lectura al aluvión de death metal encadenado en asertivas y pulverizadoras bases rítmicas y el voraz registro del cantante Tito Melín. Luego, el desmembramiento de la formación y otras prioridades llevarían al grupo por otras aguas y destinos pero esta etapa es aún venerada en demasía por miles de headbangers. Execrator Silent Murder (1996) Llevaban años cultivando la marca del death metal impuesto por referentes de la escudería de Florida como Deicide, pero el desgaste de esa propuesta los hizo apuntar a algo más consistente, moderno y directo. Dicen que “Burn My Eyes” de Machine Head fue la gema inspiradora para obtener la referencia del anhelado sonido para situar la nueva etapa de Execrator: igual de violentos y oscuros en cuanto a textos pero con una mayor consistencia sonora. ‘Hate Inside The Flesh’ y ‘Tears Blood’ acompañaron un set aplastante, digno de la generación dorada de producciones en estudio que iluminó a la escena criolla entre 1996 y 1997. Dogma Improve The Silence (1997) Por aquellos días no era sencillo poner manos a la obra a una propuesta como la de Dogma. Groove plagado de sofisticadas texturas y un sonido emparentado con Metallica y Corrosion Of Conformity. Incluso su cantante, Gabriel Almazán, no la tuvo nada de fácil con las críticas que por look y timbre lo tildaban como una copia a James Hetfield. Pero ellos la tenían clara y en escena se defendían como nadie con una performance atronadora. Lograron tener una audiencia cautiva y se posicionaron como uno de los grupos más importantes del recambio noventero. “Improve The Silence” fue un disco adelantado a la época y que el tiempo le terminó por dar la valía necesaria. Menciones honrosas: Betrayed “Tales Of War” (1990) Belial “Australophitecus” (1992) Total Mosh-Violencia Necesaria (1997) Francisco Reinoso Tags #Metal chileno # Pentagram # Atomic Agressor # Massacre # Necrosis # Sadism # Dorso Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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