Descent into Hell

2017. Hells Headbangers/Australis

28 años parecen una eternidad. Ese el tiempo que ha transcurrido desde la salida de su mítico demo/e.p “Vengance from Darkness”, con el cual Death Yell irrumpiría en la escena chilena a fines de los años ochenta. Pero este 2017, el quinteto no solo vuelve al rodaje discográfico, sino que rearticula su engranaje elemental, para entregarnos su primer larga duración, con estándares de calidad poco usuales para el medio local. Si bien la banda mantuvo a sus fans expectantes, mediante recopilaciones, rarezas en vivo y un split que ya anunciaba que algo bueno estaba por venir, no fue hasta hace poco tiempo atrás, cuando todos recibíamos con regocijo su esperada nueva producción. Desde el 2012 -año de su reunión- hasta ahora, fue tiempo suficiente para canalizar la experiencia acumulada y generar un caldo de cultivo para engendrar “Descent into hell”, el cual cuenta con composiciones nuevas que demuestran la plena vigencia de esta legendaria agrupación. Son once cortes, que muestran un vigor sonoro inusitado, en tiempos donde la esencia pura del metal extremo parece tomar más fuerza que nunca, pero que no todos son capaces de plasmar en un disco tan autentico como éste.

Producto de la contingencia, que aporta ese oscuro y sombrío sentido a la vida cotidiana, donde Death Yell irrumpe con su enérgico discurso y con una vehemencia que se agradece, su música poco ha cambiado, más allá de un sonido más nítido que vuelve a la crudeza y semblanza de aquellos años donde los riff imponentes y quiebres sincopados eran parte constitutiva de su identidad sonora, la cual vuelve en gloria y majestad.

La apertura del disco, se inicia sin contemplaciones ni nada que interfiera en la arremetida de ‘Soulless’, la variedad de ritmos y atmosferas lúgubres se reiteran en ‘Descent into Hell’ donde la banda parece explotar al máximo sus capacidades. Por otro lado, ‘Bluffer’ demuestra que Death Yell se atreve con nuevas estructuras musicales más dinámicas, sin perder la oscuridad cadenciosa de su música, con un sonido envolvente donde la magia del death metal alcanza su máxima expresión. Siguiendo con esa aventura de adentrarse hacía lo diverso dentro de lo brutal, ‘Betrayed Chastity’ presenta escuetos segundos de melodías pausadas para dar paso a un sonido límite entre el Thrash extremo y algunos toques de Black metal, importando influencias, pero creando un sello original muy característico, como lo demuestra ‘Thy Will be Done’, que representa aquella rabia virulenta aunada con un riff certero y que es marca registrada de los nacionales. 

“Descent into Hell” corresponde a un giro notable hacía sus raíces más primitivas que reafirman el status de Death Yell como un pionero del metal extremo en estas tierras, el arte destaca por lo chocante y disruptivo, ayudado de la mano de un grande como Marcelo Vasco, quien ha trabajado con bandas de la talla de Slayer, Kreator, entre otros, colaboración que no hace más que elevar el status de “Descent into Hell” a la élite del Death Metal, un disco que mantiene a los nacionales expectantes de dar ese gran salta hacia las ligas mayores de la música extrema, lo que finalmente haría justicia a una trayectoria que desde hoy, no sólo vive de tiempos pasados.

Maximiliano Sánchez

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