Kuervos del Sur

2023. Altafonte

Desde su brillantísima primera entrega en 2009 con "Porvenir", aclamada como disco del año, y un segundo episodio ("El Vuelo del Pillán") igual de brillante en 2016 que logró mejorar su propuesta, los curicanos no han sabido más que cosechar críticas favorables, estableciendo así un estándar de excelencia y vanguardia muy alto en la escena criolla. Y así suma y sigue. Con “De La Luz” (2023), aunque todavía enraizada en su esencia primal, las cosas no cambian mucho. El tiempo los ha vuelto más sabios y, por ende, más maduros respecto a las nuevas técnicas sonoras y la calidad de producción: eso se llama evolución.

Este trabajo, fruto de la colaboración con Alain Johannes, quien desempeñó un papel crucial en la producción, y cuyo toque se hace notar, fue registrado en agosto pasado y masterizado en Los Ángeles, California, por Dave Collins, reconocido por trabajar con artistas de talla pesada como Metallica, Alice in Chains, Madonna, The Police y Bruce Springsteen. Un elepé que cimienta firmemente su posición como el sucesor digno de "Canto a lo Brujo" (2019), mostrando un equilibrio de imaginares casi cinematográfico, donde cada escena engancha y tiene su cuota de protagonismo, transportándonos de vuelta a los bosques húmedos, entre la densidad de las camanchacas y al impredecible y violento clima del Maule.

Temas como ‘De La Luz’, ‘Ascender’ y ‘El Indio’ son potencias de proporciones telúricas, y sirven como muestra de la fusión de las tradicionales influencias de los chilenos, esas que entrelazan el folclore latino con el rock alternativo, y donde se aprecian instrumentos como el charango y la quena, y por supuesto, uno que otro coro en mapudungún que no podía faltar. Además están piezas realmente majestuosas que destacan por sí solas como ‘Únete A Mi Ser’, con probablemente una de las mejores armonías y solos del disco, la emotiva ‘Regreso’ y esa hermosa flauta andina que eleva la canción como un cóndor surcando los cielos de la Cordillera. También está ‘Caracol’, que opta por innovar con un interesante riff de bajo, y ‘Caí Del Sol’ y la particular incorporación del sonido ácido y atmosférico del melotrón, teclado empleado principalmente por bandas progresivas desde los sesenta y setenta, terminando por rematar y enriquecer los sabores generales ya existentes.

Otro corte poderoso es ‘La Gruesa Piel’, intensa y de carácter sacramental, mantiene ese respeto incondicional a las raíces, creando una experiencia que trasciende el espacio-tiempo y conecta con la esencia más pura de la tierra. ‘Rastros’ y ‘Los Sentidos’ saludan el imaginario creado por Los Jaivas. Y es justamente la cuestión con los Kuervos: son la prueba viviente de evolución natural del legado, continuando con los mismos esquemas musicales que artistas como Congreso, Quilapayún y Víctor Jara empezaron a trazar. Y para finalizar cierra ‘Endless Eyes’, con la imperativa participación de Johannes, que conjuga perfecto el talento de los músicos y que cierra con broche de oro como una de los grandes tracks de esta placa, igual de grande.

La verdad es que el margen de error era bastante acotado para esta edición. No obstante, gracias a los nuevos aspectos psicodélicos, progresivos presentes en “De La Luz” y su eterna fidelidad a la esencia que los hace únicos en su especie, los Kuervos del Sur logran hacer que esta entrega sea remarcable por su calidad, originalidad y por conectarnos de vuelta con la tierra y la lucha, reafirmando la posición de la banda como una de las más importantes y talentosas del rock chileno.

Bárbara Henríquez