Fármacos: "Mi objetivo es que mi música sea popular"

Este 31 de agosto, Fármacos se presentará en Sala Metrónomo. Será el reencuentro para escuchar las canciones de “Cuarto”, su más reciente álbum de estudio, lanzado en junio.

Diego Ridolfi -el hombre tras el proyecto nacional- vuelve al país tras ofrecer en la edición 2024 de Lollapalooza Chile un adelanto de esta obra, que se podrá escuchar en pleno el sábado 31 de agosto en Sala Metrónomo, con el dúo argentino El Zar.

A continuación, te dejamos con esta reveladora entrevista.

- Diego, me llamó la atención la portada, una píldora. Si mal no recuerdo, en tu primer disco (“Los Días Más Largos”, 2013) había un paisaje…
- Sí, en el primer disco había un paisaje. Luego, en el segundo (“Estado de Gracia”, 2016), aparecía mi cara, pero como borrosa.
- Exacto, y en el tercero, "Manual de una Pérdida," también salía tu rostro, pero tampoco eran fotos limpias. Esta portada es diferente, es como la más limpia, pero es una píldora. ¿Tiene algún propósito o significado para ti el diseño de las portadas?
- Para mí, las portadas no son algo a lo que le de mucha importancia, es como lo último en lo que pienso. Sin embargo, esta portada fue un poco más pensada. La hizo Alejandro Ross, con quien he trabajado en varios singles, y también hizo la portada de "Manual de una Pérdida." Le di libertad total. De hecho, lo primero que le dije fue "No quiero mi cara en la portada, quiero otra cosa." Le entregué algunos experimentos que había hecho con inteligencia artificial, donde diseñé algunas carátulas, y también le envié las letras y el disco completo. Llegó con esa propuesta, y para mí fue como un 'statement' de lo que es Fármacos. Y más encima, la pastilla en la portada le falta un cuarto, lo que para mí fue como la definición de lo que es Fármacos, sin darle más vueltas.

- ¿Por qué el color rojo es tan importante? Me acordé de los White Stripes, que siempre usaban el negro, blanco y rojo.
- El rojo es un color muy potente para mí, uno de mis favoritos. No sé si para vestirme, pero sí en cuanto a los shows y la energía que refleja este disco. De hecho, en mi casa pongo luces de color rojo. Mientras hacía el disco, trabajaba con ese color porque me induce a algo. Es un color que puede representar muchas cosas: desde algo sensual hasta algo dramático, misterioso u oculto. Encierra muchas cosas a la vez, y eso es lo que me gusta de él.

- ¿Cómo fue la composición y grabación de estas canciones? ¿Es difícil activar dicho modo?
- No, no fue complicado. De hecho, Virgin México, con quien estoy firmado, me pidió que fueran 12 canciones, pero no como algo obligatorio. Ya cuando estábamos trabajando con Cristian Heyne, que fue fundamental en el comienzo del disco, teníamos más o menos esa cantidad de canciones listas en su estado de demo. Es la primera vez que llego a un disco con una cantidad considerable de canciones listas. Antes, siempre llegaba justo para completar el tracklist. Pero esta vez fue diferente, ya que también pensábamos en ir sacando singles, así que el disco se desarrolló en su totalidad de una manera más fluida.

"Manual de una Pérdida" tiene 15 canciones, pero fue más una decisión caprichosa y propia, queriendo hacer un disco más conceptual, aunque al final, lo conceptual fue que no fuera conceptual. En cambio, con "Cuarto," el proceso fue distinto. Lo compuse mucho más rápido, no porque lo haya planeado así, sino porque simplemente compuse mucho. Llegué a desapegarme de las ideas que no funcionaban, y las dejaba de lado para empezar otras nuevas. Fue como un taller de canciones para mí. Ya con cuatro discos encima, siento que he aprendido bastante, aunque no sé si lo tengo totalmente dominado. Pero ha sido mucha práctica y mucha búsqueda, siempre con la intención de hacer buenas canciones que a mí me gusten.

- “Cuarto” guarda canciones que son muy diferentes entre sí. Por ejemplo, ‘Que nunca pare’ es muy bailable, mientras que ‘Somos Errantes’ se sugiere más introspectiva.
- Fue un proceso interesante. Tenía una colección diversa de canciones, y ‘Que nunca pare’ fue un desafío porque era mucho más electrónica y bailable, algo que no había hecho antes. En general, mi música tiene elementos electrónicos, pero esto ya era pista de baile. Sin embargo, la dificultad del disco estuvo en su sonoridad, en la producción. Me tardé bastante porque no siempre encontraba dónde referenciarme. A veces, la mezcla de sonidos era tan disímil que no sabía cómo conectarlo todo. Finalmente, terminé mezclando la mitad del disco con un ingeniero chileno en México, Fernando Herrera, y eso me alivianó bastante el trabajo. Soltar el control fue parte del aprendizaje.

- Trabajaste con Heyne, Ross y Fernando Herrera. ¿Es importante el feedback en tu proceso creativo?
- Para mí, precisamente eso, el feedback se lo pregunto a gente que precisamente no es músico, a gente como amigos de confianza o cercanos que quizás no son tan amigos, pero en quienes confío en su criterio. Y precisamente cuando les pido feedback, a veces me dicen: "Oye, pero yo no soy músico". Y yo les respondo: "Precisamente por eso te pregunto, porque no hago música solo para músicos". No es que no me interese lo que diga un colega músico, pero hago música que dentro de lo posible sea popular. Y la música popular a veces está lejos de ser erudita en el arte. No me gustaría que mi música fuera elitista, para nada. Claramente, el género que hago y el estilo ya te demarcan algo. Mi objetivo es que mi música pueda ser popular, como la de, no sé, Taylor Swift, música que la gente escuche.

 

De hecho, muchas veces le pregunto a mi papá, que no tiene idea de música ni de ningún instrumento, o a mi mamá o mi hermana, y esas opiniones me son súper válidas. Claramente, ellos escuchan mi música porque son mi familia, pero no siento que mi papá escuche discos muy similares a lo que hago. Entonces, esas opiniones tan distantes son a veces las que más me importan, porque me gustaría que mi música llegara a personas así. No fuerzo mi música para que llegue a esas personas, pero digo, sería ideal poder llegar a otros lugares más abiertos, menos cerrados.
- Sonar en la radio, en la tele, que no quede en un solo estilo…
- Nadie en mi casa me mostró jazz ni música muy compleja, especialmente cuando mis papás se separaron. Yo escuchaba a Sandro, Luis Miguel, la radio. Mi mamá escuchaba, no sé, mucha música de los ochenta. Eso me marcó mucho. Ahí salía Phil Collins, Simply Red, y cuando vuelvo a escuchar esas canciones digo: "Puta, sí, quizás ya no me gustan tanto, pero ahí hay algo que me quedó". Como cuando uno planta el porotito en el colegio y crece la ramita, esas canciones me quedaron grabadas. Y las sonoridades, especialmente los sintes, es como... todo viene de ahí, de esa plasticidad de la síntesis, digamos, que me encanta.

Jean Parraguez

Fármacos se presentará el sábado 31 de agosto en Sala Metrónomo, con El Zar de invitados. Entradas disponibles en Puntoticket.