Transitando por los extremos en "Without You I'm Nothing"
(Publicado originalmente en 2018, por el 20° aniversario de "Without You I'm Nothing")
«Nancy boy» significa «afeminado» y así se llamaba el single que le abrió paso en Inglaterra a Placebo, una banda que no tenía mucho que ver con la estética predominante en la isla en 1996, época de britpop y boybands, ambas expresiones de eminente heterosexualidad que contrastaban con la androginia profesada por Brian Molko, personaje de carisma ambiguo, voz de helio y cierto aire de inestabilidad que lo volvía magnético para las audiencias de sensibilidad alternativa. El debut homónimo de Placebo, un disco de canciones tan añorables como 'Teenage Angst' o 'Hang On to Your IQ', era prácticamente un vehículo para el frontman y su emotividad, cultivada en una escuela de arte dramático. Uno de los primeros en enganchar fue David Bowie: se los llevó como teloneros de su gira de 1996 y luego los invitó a su legendario cumpleaños número cincuenta, para finalmente compartir escenario con ellos en una hermosa rendición de 'Without You I'm Nothing'.
El paso del primer al segundo disco, siempre tan delicado, encontró al grupo en plena expansión. Placebo dejaron rápidamente de ser una sensación indie para sumarse al catálogo de Virgin, pero, aparte de eso, se convirtieron en comidillo para los despiadados tabloides ingleses desde la publicación de un ejemplar de la revista musical Select que los hacía ver como la reencarnación de Led Zeppelin. «La banda más sucia de Inglaterra», decía el titular, impreso en una tapa protagonizada por un Brian Molko de mirada lujuriosa y tetillas asomadas fuera de su ropa negra. La historia de la portada incluía una serie de aseveraciones que se transformaron en leyendas rápidamente negadas por el trío, que tildó de exagerada la nota, aunque admitieron que había una pizca de verdad en cada cosa que se contaba. La trivia más rancia: que su gasto semanal en drogas ascendía a las 700 libras esterlinas, una suma que supera el medio millón de pesos chilenos.
Con todas las comodidades que trajo la notoriedad, Brian Molko, Stefan Olsdal y Steve Hewitt temieron perder el filo que los había dado a conocer. De pronto se vieron en una zona rural alejada del mundo, instalados en un exclusivo estudio, Real World, cuyo dueño era nada más y nada menos que Peter Gabriel. En ese lugar lleno de lujo, arrendado para ellos por tres meses, su misión consistía en grabar una segunda entrega a la altura del debut. Difícil de por sí, la tarea se complicó por la relación tensa que mantuvieron con el productor Steve Osborne durante el proceso de hacer el disco, al que titularon "Without You I'm Nothing". Osborne tenía un pie en el rock y otro en un lugar más festivo, en el que se encontraban sus trabajos con U2 en "Pop" y con Happy Mondays en "Pills n Thrills and Bellyaches". Aunque en Placebo esperaban que hubiese química entre ambas partes, terminaron sintiendo que nunca se logró la afinidad esperada. Al finalizar las sesiones de grabación con Osborne, partieron donde un conocido que fue parte de su debut, el ingeniero Phil Vinall (Pulp, Elastica), para ver si salía algo mejor.
Grabaron finalmente un solo tema con Vinall, pero fue el single de presentación de "Without You I'm Nothing". Estupendo como sencillo, 'Pure Morning' era luminoso en comparación al resto de su cancionero, estaba muy influenciado por Sonic Youth y estrenaba a un Brian Molko con la voz ligeramente cambiada de tanto fumar y tomar. De una entrevista de 1998 con el cantante en NME: «Escribí la letra de 'Pure Morning' de un tirón, así que no pensé en su significado. Después de eso, me di cuenta de que es una canción acerca de la amistad, una celebración de la amistad con mujeres. Es sobre ese momento en que has estado despierto la noche entera y amanece y el resto del mundo se levanta de la cama y tú ni siquiera puedes irte a dormir y te sientes como un imbécil. Y en ese punto, en el que sientes que tu vida está menos resuelta que nunca, lo que más anhelas es una amiga que te abrace y te haga sentir mejor. Esa es la mañana pura, cuando eso pasa».
Pese a que Molko siempre acaparó las miradas, "Without You I'm Nothing" da señales de Placebo como un espacio donde la actividad colectiva es fundamental. El disco tiene mucho material estrenado y ensayado en pruebas de sonido mientras andaban de gira, así que el input de los tres quedó impreso en sus canciones, sobre todo en las que hay intercambio de labores, como 'My Sweet Prince', que tiene a Olsdal en piano, guitarra, bajo y batería, así como 'Ask for Answers', en la que Molko ejerce el rol de bajista. Olsdal también toca guitarra en la archifamosa 'Every You Every Me', una canción que condensa bien algunos de los tópicos abordados en el disco: culpa, sexualidad, posadolescencia. Molko decía que el tema estaba dedicado a toda la gente con la que estuvo bajo las sábanas y se autoinmolaba públicamente pidiéndoles perdón por haber sido malo con ellas y ellos ante desconcertados entrevistadores que no sabían qué hacer frente a tanta sensatez. La incomodidad siempre fue una de las más frecuentes reacciones a Placebo y en "Without You I'm Nothing" uno se encuentra con esa sensación una y otra vez, sufrida por un Brian Molko que deja abiertas las puertas de su corazón en un disco cuya naturaleza dramática y extremista fue muy bien descrita en su momento por Olsdal: "Es más duro y más blando, más ruidoso y más callado".