Rage Against the Machine
The Battle of Los Angeles
Al menos tres batallas se han librado en Los Ángeles. La primera data de agosto de 1846, en plena ocupación norteamericana del entonces estado mexicano de California. A modo de protesta contra el gobierno déspota de Archibald H. Gillespie, el pueblo asaltó la sede del gobierno local, lo que desencadenó en un enfrentamiento entre militares mexicanos liderados por el general José María Flores y los soldados estadounidenses comandados por Robert F. Stockon, extendido por cerca de dos meses. Al final, los invasores perdieron y tuvieron que retirarse. Hasta el día de hoy es recordado como una de las mejores batallas que ha dado el ejército mexicano.
La segunda ocurrió en abril de 1992, cuando cuatro oficiales de policía blancos le dieron una brutal golpiza al ciudadano afroamericano Rodney King, la cual fue grabada en video y por tanto, ampliamente difundida. A pesar del evidente uso excesivo de la fuerza, los agentes fueron absueltos de todos los cargos relacionados con el incidente. Esta medida provocó indignación entre la comunidad afroamericana, así como una sensación de injusticia en gran parte de la población. Como resultado, se desataron seis días de disturbios en Los Ángeles, que incluyeron incendios, barricadas, saqueos, enfrentamientos y hordas de violencia que dejaron 63 muertos y miles de heridos. La última batalla data de 1999, y si bien tenía el mismo componente de rabia, ira y deseos de justicia ante invasiones o atropellos de derechos básicos que las anteriores, no fue un enfrentamiento o una insurrección civil. Simplemente, se trató del tercer álbum de Rage Against the Machine, que durante gran parte de los 90 disparó una artillería de guitarras explosivas contra el poder de los Estados Unidos, el cual por décadas ha librado una silenciosa guerra contra los movimientos sociales, usando a su favor un aparataje político basado en la división de clase.
Si bien la banda había publicado dos obras exitosas a través de Epic -subdivisión de la multinacional Sony Music, uno de los sellos líderes de la industria musical- y sus videoclips fueron ampliamente promocionados por MTV, nunca cayó en contradicciones, siempre aprovechando esas tribunas para difundir sus mensajes, ya fuese usando en sus shows camisetas que abrazaban causas políticas, apoyando movilizaciones sociales o dando declaraciones incendiarias en sus entrevistas. Esa paradoja casi no tenía precedentes, y permitió que los movimientos chicanos en Texas y California, el colonialismo estadounidense, las rencillas entre México y Estados Unidos o las reivindicaciones de los zapatistas llegaran a la cultura pop. También asumieron los costos: fueron censurados en la TV abierta estadounidense y perseguidos mediáticamente por senadores en el Congreso que, en vez de legislar por temas importantes, discutían sobre las letras de sus discos y alertaban a padres de familia de esas peligrosas influencias que estaban recibiendo sus hijos.
En un año marcado por las elecciones presidenciales –que ganaría el conservador George W. Bush-, RATM publicó un álbum centrado en la podredumbre existente en ese sistema político intrincado e inamovible, auspiciado tanto por los demócratas como los republicanos. ''The Battle of Los Angeles'' debe ser por lejos el disco de platino más desesperado y subversivo que ha concedido la industria. Como si fuera una declaración de principios, el álbum arranca con la poderosa 'Testify', que tiene todo lo que uno espera del grupo: Zack De La Rocha es muy feroz y carismático en su interpretación, mientras que Tom Morello hace gala de esos ruidos raros y salvajes de su guitarra. Si le sumamos a eso la fuerza del bajista Tim Commerford y los redobles con enganche de Brad Wilk en la batería, tenemos la mecha exacta para incendiarlo todo.
Rompiendo con un agresivo riff que rápidamente es secundado por el bajo, 'Guerrilla Radio' aterriza como la segunda pista. El tema está repleto de los efectos aportados por Morello, además de una batería que retumba como una batucada, lo que no le viene mal a una canción repleta de imaginaria combativa. Ya habíamos mencionado más arriba que el grupo, dotado de su sonido convulsivo y catártico, utilizaba los mismos medios que criticaba para llegar a la mayor cantidad de gente posible. Pues bien, la 'guerrilla radio' a la que hacen referencia fue una estrategia de lucha utilizada durante los años 60 y 70 por grupos revolucionarios que interferían la transmisión de las estaciones de radio de manera ilegal, con el fin de pasar por sobre las censuras y persecuciones que sufrían. Así, difundían sus ideas, contrarrestaban la información de los medios oficiales, pasaban música contracultural o informaban a sus adherentes sobre sus próximas acciones.
Con mucha enjundia, 'Calm Like a Bombe' revisita los sonidos de su recordado debut, mediante estruendosos shocks de guitarra en los estribillos. Mientras tanto, 'Mic Check 'es lo más cerca al rap que ha estado la banda. Por sobre una interesante base formada por los scratches-riffs de Morello y un piano en bucle, De la Rocha pasa lista a las diferentes formas que tienen los grupos en el poder para marginar y discriminar a las clases subalternas. El punto más alto aquí sin duda es 'Sleep Now in the Fire', que explora el lado oscuro de la historia de Estados Unidos, abordando temas como la esclavitud, la usurpación de tierras, los bombardeos en Hiroshima y la Guerra de Vietnam.
En las siguientes pistas vuelven a poner en el tapete temas incómodos. Mientras 'Maria' profundiza en las adversidades que enfrentan los jóvenes mexicano-estadounidenses para surgir; 'Voice of the Voiceless' lo hace con el racismo institucional del sistema judicial norteamericano, mencionando la detención del periodista y militante Pantera Negra Mumia Abu-Jamal. En 'Ashes to Falls' los chillidos de la guitarra suenan como un reloj en reversa para explotar en una base que toma elementos del hard rock, donde tambien se cuelan juegos rítmicos latinos. 'New Millenium Homes' es otro track que tiene una construcción interesante, aquí el bajo vuelve a ganar protagonismo con slaps, secundados por riffs que implosionan como sirenas. "The Battle of Los Angeles" termina con otro himno portentoso, 'War Within a Breath', con mucha sobrecarga de guitarras y grandes zarandeos de batería.
Con este trabajo se cierra la corta pero importante discografía de RATM, pues su último disco, ''Renegates'' (2000), estaba compuesto por covers de sus principales influencias. Luego de eso, la banda se desarmó y no porque ya no hubiese más cosas por decir, sino porque su postura fue fagocitada por la industria. El hecho de que grupos como Limp Bizkit aparecieran y recibieran menos presiones para desarrollarse, fue lo que detonó que perdieran la ''tercera batalla de Los Ángeles''. La maquinaria a la que le enrostraron su rabia nunca supo exactamente qué representaban, pero sabían que eran peligrosos. En cambio, la rebeldía de los Bizkit era demasiado superficial, muy conveniente tanto hacia censores como para los padres de familia. Mientras que De la Rocha afirmaba que la rebelión implicaba cuestionar y combatir las injusticias del sistema, Fred Durst la reducía a andar en patineta, ser grosero o llevar gorras al revés.
Aunque en los últimos 25 años, Rage Against the Machine solía reunirse para tocar en shows puntuales, siempre existieron amenazas de disco nuevo, porque el acontecer social nunca dejaba de dar material para nuevas letras. Mientras tanto, De la Rocha intentó levantar una carrera solista y el resto de sus compañeros siguieron juntos en Audioslave, con Chris Cornell como vocalista. Cuando en febrero del 2022 fueron nominados a ingresar al Salón de la Fama del Rock and Roll se reactivaron y realizaron una gira por gran parte de ese año. Si bien iban a seguir tocando durante el siguiente, todo se canceló por una lesión del frontman y las fechas se aplazaron indefinidamente.
En noviembre de 2023 se hizo oficial el ingreso de la banda a ese salón que recibe emociones ambivalentes. Fieles a su estilo confrontacional, solo asistió Tom Morello para recibir la estatuilla y dar un discurso, donde señaló - parafraseando al expresidente Salvador Allende – que las revoluciones no se pueden hacer sin canciones. La llama se reanimó por verlos juntos una vez más, pero un escueto posteo de Instagram de Brad Wilk a comienzos de enero confirmó que la gira cancelada no se reprogramaría y nunca más volverían a tocar juntos, cerrando la puerta para cualquier proyecto en conjunto.
Retomando las palabras de Morello, ellos no solo inyectaron al rock dosis sinceras de rebelión, sino también instruyeron a sus fans en materia política como casi ninguna banda lo había hecho antes. Pese a que a ratos el álbum puede parecer repetitivo por exprimir casi las mismas consignas y contundencia a las que nos tenían acostumbrados, su calidad se debe precisamente a eso, pues ellos explotaron esa fórmula de forma más que convincente en su discografía, haciendo que siempre sonara fresca y constante. Sin más, "The Battle of Los Angeles" es un registro histórico porque fue el último puñetazo de esa furia que hasta hoy no ha tenido parangón.
Giordano Antonelli Villavicencio
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