Pixies
Doggerel

“No pierdas tu tiempo conmigo/No pierdas mi tiempo contigo”, son los coros que nos reciben en el nuevo álbum de Pixies. Y es que hablar de esta banda, posterior a la salida de Kim Deal, es una tarea compleja. Pareciera ser que, en los primeros compases de bienvenida del “Doggerel”, su trabajo más reciente, Black Francis les hable a todos aquellos fans que aún siguen atrapados en los gloriosos finales de los 80, donde Pixies sorprendía a la escena musical del Rock Alternativo con el inigualable “Surfer Rosa” (1988) y el poderoso “Doolittle” (1989).
Pero, ¿quién los puede culpar? Ya que estos dos discos son completas obras maestras que inspiraron el sonido de muchas bandas importantes como Nirvana o Smashing Pumkins. Los Pixies, hicieron algo tan innovador, disonante y único en aquella época, que los marcó con una identidad que no han podido recuperar y mucho menos superar. Aunque se nota que, en este descubrimiento de su nuevo sonido, el aporte del productor Tom Dagelty (Rammstein, Royal Blood, Ghost, y más), ha sido fundamental desde el “Head Carrier” (2016) y el “Beneath The Eyrie” (2019), transformándose en una importante pieza en este rompecabezas de sonidos.
Con letras desafiantes, un sonido rudo y rocanrolero, 'Nomatterday' da el inicio de este viaje musical, plasmado de seguridad en cada uno de sus acordes. Mientras que la voz de Frank Black da el mensaje de no querer ser una banda revival, marcando un tono desafiante que está a medio camino entre cantar y hablar. Nuevamente las poderosas líneas del bajo de la gran Paz Lenchantin se hacen notar de manera predominante. Pero esto no es todo, ya que, luego de un pequeño solo de guitarra, la canción cambia por completo con un quiebre total en su ritmo. Esto no solo acelera a todos los instrumentos, sino que cambia por completo las letras por unas más cripticas, lo que se siente casi como dos canciones completamente distintas.
Si buscamos ritmos acelerados no nos quedaremos del todo cortos ya que 'Dregs of the Wine' muestra en sus coros todo el poder que aún tienen los Pixies. Estos ritmos se asemejan mucho a lo que hacen más adelante con 'You´re Such A Sadduce', en donde las rimas predominan en cada uno de sus versos, junto a la batería y el bajo que entregan todo el color esta pieza musical. Sin embargo, este poder que en momentos logra mantenernos por todo lo alto solo dura un par de canciones, ya que hay algunas como 'Haunted House' que suenan más cercanas al pop y que las vuelve completamente olvidables e intrascendentes. Mientras que otras como 'Get Simulated', pese a lo buena que es su lírica, no logra destacar sintiéndose como una canción plana con poco que ofrecer. Esto no quita que el álbum esté plagado de pequeños detalles los que muestran que la genialidad aún está lejos de desaparecer, reflejándose en momentos que logran dar la sorpresa por lo bien que suenan. Tal como 'Vault of Heaven' que logra transportarnos a los Westerns de antaño por ese característico sonido de la guitarra, guiño que inclusive se resalta en su videoclip, volviéndola uno de los mejores y más originales temas del disco.
Y hablando de transportarnos a lugares, 'Pagan Man' nos lleva a los lados más clásico del Folk Rock y Country de los 70, con un sonido que recuerda a los grandes éxitos que tocaba George Harrison o Creedence Clearwater Revival en aquellos años. Dentro de este lado más calmado tenemos a 'The Lord has Come Back Today', que es una pieza con unos tintes melancólicos y esperanzadores. 'Thunder and Lightning' no termina de sorprender al no hacer nada innovador. Al igual que 'Who’s More Sorry Now' que, pese a ser un aporte en toda esta parte del álbum, en momentos se sienten como que no terminan por encajar del todo. De no ser por el magnífico sonido de la guitarra que tiene la canción homónima de este álbum, sería una de las que también quedan fácilmente en el olvido, pero esos dos pequeños solos que tiene 'Doggerel' la transforman en uno de los platos más fuertes, quedándose atrás solo por canciones como ‘Nomatterday', 'Vault of Heaven' y 'There´s A Moon On'.
Dejando lo mejor para el final, la gran 'There´s A Moon On' es la canción que engloba perfecto el sonido que los Pixies venían perfeccionado hasta este álbum. Un sonido que, luego de intentos fallidos, lograron alcanzar y que provoca que esta canción se sienta cargada de una nueva identidad. Donde se escuchan más calmados, no tan melancólicos como en sus días de gloria, pero con un sonido que logra quedar en tu mente por horas con el pegajoso coro que tiene.
El profesionalismo que han alcanzado en estos 37 años de carrera se nota en cada elemento de esta canción. La voz Francis suena más segura que nunca, mientras que las guitarras predominantes de Joey Santiago forman una poderosa cortina musical que te atrapa de principio a fin. La batería de David Lovering aún mantiene todo el Groove que traduce en cada golpe de Ride y caja. Por último, pero no menos importante, la talentosa Paz Lenchantin termina de adornar esta canción con el acompañamiento perfecto de su dulce voz en los coros y su bajo que clava en cada compás.
Para suerte de los que aún siguen con ellos, atrás quedaron los fatídicos días del “Indie Cindy” de 2014, ya que este octavo álbum de estudio, con un nombre que hace referencia a la poesía irregular tanto en ritmo como en rima, logra sentirse fresco y lleno de ideas. Pese a alejarse de aquella identidad que tanto los atormenta, logran entregar un trabajo que se disfruta de principio a fin, donde los ritmos del Rock Alternativo, el Indie más moderno, el Folk Rock y el Country predominan en toda la obra.
“Doggerel” está lejos de ser un mal álbum, quizás falla en su ambición por hacer algo tan distinto a la hora de mezclar tantos géneros musicales y sonidos, ya que en momentos les pasa la cuenta en las canciones que quedan a medio camino. Para los fans acérrimos, la banda nuevamente queda al debe con hacer algo que trascienda o les vuele la cabeza como en los trabajos de su primera etapa. Sin embargo, con el avance de las tecnologías a la hora de producir canciones, es una tarea que se vuelve imposible para cualquier banda, ya que lo que hizo grandes a los Pixies de antaño, fue aquel sonido tan crudo y de maqueta musical que nos lograba transportar al estudio de grabación.
Aarón Vergara
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