Ratos de Porâo en Chile: Una moledora de carne

Arena Recoleta. Sábado 2 de septiembre de 2017.
La nueva visita de los ilustres brasileños del hardcore-crossover-thrash, Ratos de Porâo, a nuestro país contó con el interesante agregado de presentar el debut en Chile del virulento combo brutal death/goregrind holandés Rectal Smegma y un variado cartel de bandas nacionales para hacer las delicias de la fanaticada que pudiese llegar al familiar reducto de Avenida Einstein.
Estaba todo dado para ser una fecha de antología. Bandas interesantes, un timing de precisión suiza, un montaje sonoro diseñado para destruir tímpanos y un ambiente general tranquilo, seguro y sin atados, pero fue el respetable el que falló (no sabemos las causas, podemos atribuirlas al bolsillo) y llegó en una muy tibia convocatoria a acompañar este festival sabatino de punk, hardcore y thrash que dio inicio a septiembre.
Nosotros No! abrieron con puntualidad inglesa a las 17 horas, ante poco más de 50 personas, entre quienes se contaban los miembros del crew de producción y los integrantes de otras bandas. Punk rock y hardcore en su expresión más directa y visceral marcaron la tónica en un compacto set de 20 minutos, una banda con mucha energía sobre el escenario a la que aún le resta como desafío terminar de apretar su fiato instrumental, aunque en el punk rock de esencia antigua como el que hacen ellos la relevancia de este punto puede pasar a un plano más secundario.
El hardcore punk melódico de Miguelitos continuó amenizando la tarde ante la escasa concurrencia, destacando lo ensayado del set de este cuarteto, que celebra más de 10 años rodando en la escena subterránea, que también tras 20 minutos dejaron el escenario a Alavena, la primera banda en inyectar sonidos más densos y extremos al programa del show, con sus influjos de death metal y post metal, con un sonido que tuvo algunos baches pero con una interpretación desgarradora y aguerrida.
Con Matahero, la adrenalina y la ultravelocidad se instalaron de lleno en Arena Recoleta, siendo lamentables sólo el escaso marco de público que los presenció y los problemas de sonido que empañaron su presentación, pero ojo, lo de estos chicos es en serio: brutalísimo, inflamable como una estela de gasolina y además muy entretenido de ver, gracias a la divertida puesta en escena de su afable vocalista Yury Salinas, para 30 minutos que pasaron como un parpadeo o una montaña rusa de intensísimas sensaciones.
Tras cartón, Dezaztre Natural demostró desde la largada con Azote Telúriko hasta el cierre con Engendro del Nivel el por qué 2017 ha sido uno de sus mejores y más activos años como banda (ya telonearon a Brujería y en octubre harán lo propio con Sepultura): el rodaje y el fiato que tienen en escenario es escalofriante, la agresividad escupida por las gargantas de Italiano y Karloncho (las cabezas de este monstruo bicéfalo) se complementa perfecto con el trabajo cada vez más consistente que realiza la base instrumental de Nacho en guitarra, JR en bajo y coros y Max en la batería. Me atrevo a decir que fueron hasta ahí la banda nacional que mejor se plantó y mejor sonó en el escenario, con 35 minutos pletóricos de potencia y precisión.
Tras una prueba de sonido que se hizo eterna y tediosa para la creciente concurrencia que llegaba al Arena, a las 20:45 Saken salió a las tablas. El reformado cuarteto, cuyos orígenes se remontan a mediados de los 90, brindó un set compacto y muy profesional de thrash con elementos muy presentes de Groove metal, con el trabajo de riffs de Álvaro Font saliendo muy claro por la amplificación, la excelente batería de André Bravo marcando los tiempos con oficio y clase, el bajo de Rodrigo Velásquez tendiendo el puente entre batería y guitarra con precisión para dejar el espacio idóneo para la voz y puesta en escena de Carlos Quezada. En términos estilísticos, aportaron variedad al cartel con sus matices noventeros.
A las 21:40, tras otra prueba y montaje de escenario algo dilatados, los holandeses Rectal Smegma debutaron en tablas locales con un show flamígero de brutalidad sin concesiones: Con ellos comenzó a consolidarse un mosh más constante en el público, con algunas situaciones bastante surreales y divertidas para ver. La imponente presencia de Yannic y su garganta llena de matices fueron garantía de atención por parte del público, algunos recibiendo muy bien su propuesta y otros tomando algo más de distancia, renuentes a las sonoridades más brutales o criticando que uno de los matices vocales del gigantesco frontman fuera reforzado con un pedal harmonizador. Las cuerdas de Baard (bajo) y Stijn (guitarra), cortando como un cuchillo, y la batería de Walter entregándolo todo, en momentos de espasmódicos blast-beats alternando con partes más groovies, punketas o death metaleras con brazos a medio tiempo pero los bombos explotando en velocidad, confirmaron a Rectal Smegma como un número muy interesante a la vez que extremo para dejar el escenario calientito para la aparición de los más esperados de la noche.
Poco más de cinco minutos después de las 11 de la noche, Joâo Gordo y sus secuaces se pararon sobre el escenario y a punta de velocidad, violencia desbocada y ese oficio indescriptible que entregan más de 35 años de carrera, terminaron de machacar la noche recoletana, ante una audiencia entusiasmadísima pero que apenas superaba la mitad de la capacidad del recinto.Grandes clásicos de su discografía se mezclaron con algunas entregas más recientes y la celebración de los 25 años de su disco RDP Vivo de 1992, para configurar un set intensísimo de una hora clavada de duración.
El carisma y presencia de Joâo Gordo son tan aplastantes como su voz, los riffs de Jâo (el otro miembro fundador del grupo) contundentes como granadas en el concreto, la batería de Boka en un nivel superlativo de potencia, precisión y velocidad, y el bajo de Juninho a toda furia alimentaron el hambre de mosh de un público que no por ser poco era menos encendido, con una gran rueda en la parte media del pit, stage divings a variedad y locura desatada (con el consiguiente sufrimiento para los miembros del staff de seguridad) en respuesta a una banda que en directo fue una verdadera moledora de carne, destruyendo todo a su paso.
Al final de este artículo, vuelvo a lamentar la falta de convocatoria a este concierto, considerando el notorio esfuerzo que se hizo desde producción para entregar un espectáculo de nivel más que aceptable (no sólo por bandas: sonido, iluminación, timing), quizás hay una sobreoferta de shows internacionales que hace mella en el bolsillo del público promedio, pero el apoyo es necesario para seguir adelante y ayudar al movimiento a seguir creciendo.
Pedro Ogrodnik C.
Fotos: Peter Haupth
Tags
Ultimos Contenidos
''The Harmony Codex'': escucha el nuevo álbum de Steven Wilson
Lunes, 02 de Octubre de 2023