Steve Albini: transgresión permanente La existencia en el más allá del fundamental músico y productor estadounidense Miércoles, 15 de Mayo de 2024 Lamentable noticia fue conocer la muerte de Steve Albini. Vivir hoy solo hasta los sesenta y un años es un despropósito, sobre todo cuando se está absolutamente activo. Hace apenas unas semanas atrás se anunció el lanzamiento del sexto disco de Shellac, alegrando obviamente a los seguidores. Hoy y mañana esa felicidad tendrá un sabor distinto. Muchas veces, el destino y el azar dirigen las cosas precisamente en el sentido opuesto al que deberían encaminarse. Pareciera que la existencia de Steve Albini estuvo únicamente determinada por su trabajo como productor, o más bien, como ingeniero de sonido en álbumes tan afamados como “Surfer Rosa” (1988) de Pixies o “In Utero” de Nirvana, o por su labor con bandas como Mogwai, Godspeed You! Black Emperor o Neurosis. Un asunto tan importante, de tanta relevancia histórica, que hace olvidar su propia obra musical, su creatividad y particular visión sonora, lírica y rítmica del punk. A Steve Albini se le debe situar, en ese aspecto, junto a Thurston Moore de Sonic Youth, Terrie Hessels de The Ex y Michael Gira de Swans. En 1981 funda Big Black, el que en principio era un proyecto en solitario, rápidamente se convirtió en un trío, aunque con la particularidad de no utilizar baterista, ya que esa labor la realizaba una Roland TR-606, una máquina de ritmos. Es con Big Black donde se impone, con una autogestión inquebrantable, como uno de los pioneros del rock de ruido. Su guitarra cargada de metálica distorsión, su voz desgarrada y reclamante, más repetitivos elementos industriales determinarían su primera etapa discográfica. Big Black grabó 4 EP y dos LP: “Atomizer” en 1984, y el excepcional “Songs About Fucking” en 1987. Ambos con letras que abordan los límites de lo racional o con puntos de vista cuestionables acerca de pequeñas o grandes realidades. Una rabiosa libertad creativa y expresiva que aborda temáticas como la autoinmolación ante el tedio en 'Kerosene', cuestionamientos a la autoridad policial en 'Big Money', formas de sometimiento como en 'Precious Thing', entre muchos asuntos más. El sonido de Big Black anticipó el rock y metal industrial que explotarían en la década de los noventa, sin embargo, antes del lanzamiento de su mencionado segundo disco, la banda se separa. Es en este momento donde Steve Albini comienza sus labores de productor, trabajando con bandas como Slint, Zeni Geva, Helmet, Don Caballero y tantas otras como The Jesus Lizard, la que se relaciona con Rapeman, la siguiente banda de Steve Albini formada junto a miembros de los relevantes Scratch Acid. Steve Albini no se detuvo y en 1990, junto a Todd Trainer y Bob Weston, forma Shellac, otro trío esta vez con baterista. Una banda importante en el punk experimental. En sus cinco LP insiste en lo repetitivamente rítmico, pero por momentos se abre a las innovadoras estructuras del post-hardcore y en menor medida, a las melodías del rock alternativo. Es en esa original colisión de estilos donde la banda explota creativamente y se ubica en un tácito podio junto a Fugazi y otras pocas bandas. Tras tres determinantes EPs, en 1994 se publica el primer álbum de Shellac: “At Action Park“, una obra maestra de los noventa en la que destacan todas sus canciones, sobre todo 'Crow', 'Dog and Pony Show' y 'My Black Ass'. El ritmo mecánico que siempre ronda en la obra de Steve Albini se intensifica en “Terraform” (1998). En este segundo disco, la repetición se manifiesta en canciones como la que abre el disco o en 'House Full Of Garbage', piezas que parecieran estáticas, aunque siempre con un destacable poder incisivo, el que coincide con las canciones punk del álbum, como 'This Is a Picture' o 'Rush Job'. Los 2000 abren para Shellac con “1000 Hurts”, al que incluyen en el llamado math rock, aunque en una vereda minimalista (distinto a lo que hacía por ejemplo Don Caballero) y sin dejar sus habituales dosis de ruido. Los tempos extraños que se alteran constantemente tienen su continuación en “Excellent Italian Greyhound” (2007), el brillante disco del galgo y la fruta, con el cual vinieron a Chile al año siguiente 2008, tocando en el galpón Víctor Jara del barrio Brasil el 27 de marzo, con un Steve Albini con su acostumbrada guitarra sujeta inconfundiblemente a su cintura. El último disco de Shellac es “Dude Incredible” (2014), en el que destaca la dinámica pista homónima, así como ‘All the Surveyors’, ‘Riding Bikes’ y ‘Compliant’ con un Steve Albini ya con cincuenta años resistiendo e insistiendo en su feroz y experimental visión sonora. Steve Albini hizo mucho por la música en su vida, influenciando y viendo avanzar a varias generaciones de músicos. Así como todas las cosas, la música también tiene una existencia en el más allá. Seguramente ella se encargará de alimentar, cobijar y cuidar a uno de sus hombres más fuertes. Carlos Navarro A. Tags #Steve Albini #Big Black #Rapeman #Shellac Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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