Led Zeppelin Physical Graffiti Viernes, 24 de Febrero de 2023 (Publicado originalmente en 2010) 1975. Swan Song/ Warner Atlantic Si este no es el mejor disco del rock de la historia entonces está muy cerca de serlo. Considerando que bandas clásicas como The Rolling Stones no tienen un álbum doble maestro y que el de The Beatles doble y blanco es un rompecabezas difícil de armar ya que era muy de ondas solistas de cada uno, el “Physical Graffiti” tiene toda la coherencia, la continuidad y la lucidez de una obra magna. Y sucede que es uno de larga duración, doble como para no andarse con chicas. Al momento de abordar una crítica que le haga justicia a estas dos placas me llego a sentir no calificado para resumir en un texto la grandeza manifiesta de “Physical Graffitti”, uno de esos discos que aprobará para siempre el test del tiempo -de partida quedándose para siempre en tu cabeza una vez que lo descifras. Si puedes entender de música, tocándola o leyéndola, este es un viaje monumental para instrumentos que van del rango de la guitarra hasta el cello. Es simple y llanamente, un trabajo devastador. Y si estás interesado en técnicas de grabación -lo que implica registrar o mezclar un disco- te puedes encontrar acá con una lección magistral de los límites aparentes de la complejidad de la mezcla y el multitrack. Innovación pura hace 35 años que redunda con ‘Kashmir’ -aunque ‘In The Light’ y ‘Ten Years Gone’ son buenos ejemplos también- y así el álbum empieza a desplegar pistas sobre pistas de instrumentos que en ocasiones se convierten en orquestaciones con siete tracks de guitarras y varios de bajos; hasta JS Bach habría sentido curiosidad por esta aproximación tan clásica en la que John Paul Jones brilla como un maestro conductor al mando de melotrones, vibráfonos y todo tipo de teclados que al ser superpuestos sobre algunos instrumentos exóticos, logran la orquesta definitiva del hard rock saturado de conexiones arábicas, índicas y célticas. En largos pasajes, “Physical Graffiti” se trata de composiciones muy cerebrales que crean una sensación tipo, la que produce la música hindú (el Raga), pero con un ritmo ciertamente occidental, se compone muchos temas afiebrados mas no abrasivos, que por tanto que se dejan escuchar con facilidad. Aunque aquí hay algunas canciones que son del estándar esperable en Zeppelin -el cuerpo blues rock se reconoce en algún par de temas como ‘Custard Pie’ y en ‘Trampled Under Foot’- lo demás es una subida al cielo zen de la sobre-indulgencia zeppeliana. Normalmente consideraría que esto de los excesos musicales es algo malo y es que la sobreproducción a menudo mata el producto final; pero aquí todo se encuentra en el lugar y en el tempo adecuado como aquellas grandes obras del barroco. Solo Zeppelin se podría haber salido con la de ellos en esto. En medio de un descanso entre el 73 y el 74, Led Zeppelin se dedicó a componer canciones y a la creación de su propio sello, Swan Song, que utilizarían para publicar este sexto trabajo. La creación de Swan Song fue el resultado de las negociaciones entre Peter Grant y Atlantic a la hora de renegociar el contrato de la banda, en 1974. Y es una muestra que queda en evidencia en “Physical Graffiti” -lanzado en febrero de 1975- en que Zeppelin iba a seguir en Warner solo haciendo lo que se les antojara. En este caso, un disco que al ser doble ofrece casi 80 minutos de rock zeppeliano en su propio sello producido por Jimmy Page con el legendario y desaparecido Peter Grant como productor ejecutivo y con la participación de varios ingenieros de sonido. El arranque de “Graffiti” es tan contundente como la costumbre de los anteriores cinco registros de Zeppelin, se trata de ‘Custard Pie’, un macizo riff de guitarra, es una vuelta al blues que había marcado los inicios de Led Zeppelin, pero con el sonido más estilizado, más "elegante" y funky de mediados de los '70. Y también para seguir con la costumbre de las referencias a otros en este ‘Custard Pie’ estas son múltiples: a los bluseros Sleepy John Estes, Blind Boy Fuller, Sonny Terry y especialmente a Big Joe Williams, a quien Plant le copia buena parte de la letra. El segundo track, ‘The Rover’, se había grabado en la misma sesión que ‘D'yer Mak'er’, o sea era del período del anterior “Houses Of The Holy”, y tuvo que esperar a la aparición de este álbum doble para que existiese espacio para incluirla. Una canción dominada por el riff de la guitarra con un muy destacable estribillo, algo épico pero no de mis favoritas. ‘In My Time Of Dying’ -un tema compuesto por los cuatro integrantes, en vez de la dupla usual de Page y Plant- es una de las canciones más intensas, más de diez minutos de blues épico, con un lujo de slide guitar y la voz de Plant acercándose literalmente al cielo. Esta canción de nuevo se trata de un "rescate" onda Zeppelin de un tema tradicional, popularizado por Bob Dylan, que lo grabó para su primer disco. Pero la primera grabación la realizó Blind Willie Johnson, con el título ‘Jesus Make Up My Dying Bed’. Según Plant, su versión se inspira también en la que hizo Josh White en 1933. La canción empieza lenta y se va animando (con un fantástico riff que se acelera), hasta que acaba en una auténtica "jam session". ‘Houses Of The Holy’ es una canción soberbia, tanto por su riff de guitarra con flanger como por la ondera interpretación de Plant. ‘Houses Of The Holy’, al igual que ‘The Rover’, había sido registrada con anterioridad, se grabó en 1972 para el disco de ese título, aunque no vio la luz hasta el “Physical Graffiti”, en donde parece que si había espacio para todo. El caso es que resulta la canción más rock and roll del disco. Mientras que ‘Trampled Under Foot’ es un buen ejemplo de como cuando se mete John Paul Jones en la composición, el funk aparece desde su línea de bajo o su groove en el teclado. Este resulta ser un tema realmente original por su sonido -la denominan "semi-funk". Las verdaderas estrellas son Bonham y sobre todo Jones, que se anota una fabulosa interpretación con el piano eléctrico. En cuanto a la letra, es una que mezcla con bastante humor las mujeres y los autos y hago el alcance que el tópico no resulta tan nuevo: Robert Johnson -el bluesman original- ya lo había tratado de una forma similar en su ‘Terraplane Blues’. Nuevamente el antiguo blues le pena a Led Zeppelin; pero a estas alturas el grupo está reinventando originalmente no copiando en forma barata, como se les acusó en sus inicios. Ya habíamos dicho que ‘Kashmir’ es una de las mejores y más complejas canciones de Led Zeppelin, o por lo menos una de las que el grupo se mostró más satisfecho en aquel entonces e incluso hasta ahora. Reúne todos los elementos característicos del sonido Zeppelin: un ritmo implacable -Bonham participó en la composición- inspiraciones arábicas exóticas y virtuosismo instrumental (sobre todo por parte del tándem bajo/batería a cargo de Jones-Bonham). La melodía principal es soberbia, y se ve arropada por una sección de cuerdas que acompaña a la guitarra, un tipo de arreglo que experimentaron Page y Jones, quién además se luce también con un mellotron, fácilmente distinguible hacia el final de la canción. Como contraparte funciona ‘In the Light’, una marca inconfundible de la banda con su partida de de órganos, sintetizadores y maquinaria a cargo de John Paul. Digamos que es un tema en la línea de ‘Kashmir’ (casi su "Lado B", ya que ‘Kashmir’ es el final del lado 1 e ‘In The Light’ el comienzo del Lado 2), con un ritmo muy marcado y sobre todo, un riff tremendo que da paso al estribillo. La orquestación, al igual que en su antecesora, acompaña a la guitarra, dando esa sensación de "espesor" tan característica. La letra que se refiere a la luz interior o divina, también tiene un cierto tono místico ("en la luz encontrarás el camino"), de iluminación (nunca mejor dicho), que unido a la atmósfera musical nos remontaría a la música hindú, al igual que Kashmir se acercaba a la música árabe. ‘Bron-Yr-Aur’ es una de las composiciones que de seguro fue concebida para “Led Zeppelin III”; se trata de un instrumental acústico muy relajante y a tono con el ambiente campestre de aquel disco. Los sonidos que Page puede sacar de una guitarra son a veces incomprensibles. Sin embargo hay un par de trucos ya conocidos: el eco "invertido", que en este caso hace que la guitarra suene con más cuerpo, como si hubiera varias en lugar de una sola y la maravilla de la afinación de la guitarra, con toda la inventiva de Jimmy para idear acordes imposibles tocados como Open Chords. Volviendo al formato más tradicional ‘Down By The Seaside’ es otra de las rescatadas del catálogo de las descartadas entre el tercer y el cuarto álbum, una agradable composición con un ritmo de "doo-wop", al estilo de los años 50, hasta que llega a la sección central, absolutamente rockera y con un riff de guitarra tremendamente inspirado. ‘Ten Years Gone’ es la balada, una de las que Page llamaba "light and shade", luces y sombras. ‘Ten Years Gone’ arranca casi de forma acústica, y poco a poco, el sonido va creciendo, otra de las señas de identidad de Led Zeppelin. Aunque Jones no compone aquí, destaca de sobremanera el sonido del bajo. En donde sí aparece el talentoso bajista acreditado es en ‘Night Flight’, una canción bastante curiosa con una parte central de sonido de "rythmn and blues" muy ‘acusado y con una letra que recuerda a algunas viejas canciones de blues, con las referencias a huir, o al ser perseguido. Otra llamada ‘The Wanton Song’ tiene todos los elementos clásicos de una canción de Led Zeppelin: el riff de guitarra soberbio, el ritmo de bajo y batería es demoledor, la letra es bastante directa y una voz de Plant bien afectada para que suene cansada, esto unido al eco que crea un sonido un tanto extraño. Y si hablamos de extravaganzas, Boogie With Stu es un divertimento con "Stu", Ian Stewart, el pianista de los Rolling Stones, grabado durante las sesiones del cuarto álbum. El tema es una "jam session" acústica con sonido de rock and roll clásico, un blues lleno de onda. ‘Black Country Woman’ es una canción que fue la cara B del single “Trampled Underfoot”, y que recupera el blues acústico tan del agrado del grupo en sus inicios. Esto no es casual, ya que se grabó en 1972, en la misma sesión que ‘The Rover’ y ‘D'yer Mak'er’. Musicalmente, se trata de otra verdadera joya: la guitarra tiene un sonido maravilloso, y la batería, que va acompañando poco a poco a la canción, es perfecta. En cuanto a la interpretación de Plant, resulta soberbia -¿cuantos cantantes de hoy en día están en este nivel de soul-rock? Demasiado pocos. Lo del ruido indiscutible de un avión al comienzo se debe a que la canción se grabó en Headley Grange al aire libre, y el ruido se coló en la cinta, lo que motivó una conversación que está grabada en el track. Finalmente, “Physical Graffiti” cierra con ‘Sick Again’, un rock sin concesiones, y de nuevo con un trabajo de guitarra realmente elaborado. Este sonido es el que domina toda la canción, sumándose al bajo y a la tremenda parte de batería. Queda más claro, esto es una verdadera obra de arte al nivel de las obras cumbres de los máximos exponentes de la música, independiente el estilo. Un doble álbum que significa el cénit de la carrera del grupo. Después de él vendrían otras canciones, un par de discos más, pero “Physical Graffiti” es la culminación de su trabajo: un disco maduro, redondo y macizo. Un disco que va desde instrumentales preciosistas, hasta pedazos de auténtico heavy, de momentos funky a riffs abrasadores, de improvisaciones de una jam, pasando por claroscuros tan del agrado de Jimmy Page, hasta las complicaciones técnicas dignas del mejor maestro. Entre las placas dobles, este “Physical Graffiti” -como lo sugerí al principio- tal vez supere al Álbum Blanco de The Beatles, pero también a otras cumbres como las del “Melloncollie & The Infinite Sandez” de los Pumpkins, al “Songs In The Key of Life” de Stevie Wonder o al “The Wall” de los Pink Floyd. Entre los mismos discos de Zeppelin estaría a la altura del famoso de Zeppelin IV, el único capaz de opacar a esta tremenda doble pieza de 1975. Este es el trabajo en que Zeppelin se despega en forma definitiva del heavy blues pentatónico de sus dos primeros discos, del sonido más conciso, directo, metálico y abreviado tan propio de la era ‘Whole Lotta Love’ o ‘Heartbreaker’ y quizá por esto es que hay una importante cuota de fanáticos que no comparten un gran entusiasmo por “Physical Graffiti”. Una doble entrega que viene a ser el resumen o el promedio de todo lo genial de las placas anteriores, el IV y el “Houses of The Holy”. Ya partimos desde el acuerdo en que este es un disco excesivo, sobreindulgente, plagado de instrumentaciones extensas, solos y canciones largas así que no por eso no deberíamos compararlo con el IV, el famoso e inmortal disco de las runas. Pero este “Physical Graffiti” es tan bueno como aquel aunque en un tenor barroco. Me atrevería a votarlo sin dudar un segundo el mejor disco de rock de la década de los '70. Me pregunto ¿hay algo mejor en cualquier otra década? ¿Y en formato doble? Alfredo Lewin Tags #Led Zeppelin # Physical Graffiti # 1975 # Jimmy Page # Robert Plant # Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Galerias Paul McCartney - Got Back Sábado, 12 de Octubre de 2024 Rock Noticias Concurso: The Mission + Christian Death en Chile Viernes, 11 de Octubre de 2024 Rock Noticias Con Mike Bordin y Duff McKagan: escucha lo nuevo de Jerry Cantrell Viernes, 11 de Octubre de 2024 Rock Noticias Concurso: H2O regresa a Chile Viernes, 11 de Octubre de 2024 Rock Noticias Chances abrirá el regreso de Meshuggah a Chile Viernes, 11 de Octubre de 2024 Rock Noticias Tokio Hotel: gemelos Kaulitz continuarán su serie en Netflix Viernes, 11 de Octubre de 2024 Rock Articulos Boku No Hero You''re Next: despliegue visual, el mismo resultado Jueves, 10 de Octubre de 2024 Rock Articulos Poppy: la actitud de una figura actual Jueves, 10 de Octubre de 2024