Dream Theater

2021. InsideOut

Hay ciertos momentos en la vida, donde es mejor tomar cierta distancia y ver las cosas desde una perspectiva más general, pues, de este modo, uno es capaz de dimensionar las cosas que se están haciendo bien y las que se hacen mal, con el sencillo fin de poder mejorar. Resulta interesante, pues este hecho no sólo aplica a las personas, sino también a los proyectos laborales, grupales y cualquier tipo de emprendimiento, entre los cuales -por supuesto- están los artistas y grupos musicales como el de estos estadunidenses, que, siendo bien honestos, estaban entrampándose en algunos discos que no habían tenido el éxito de sus predecesores. Entonces, ¿qué había que hacer? Darse un espacio, recapacitar y, adivinen, volver a las raíces, hecho en el que casi siempre termina cada uno de los procesos reflexivos. Si señores, este es el álbum que por mucho rato buscábamos de Dream Theater.

Tras el lanzamiento de “Distance Over Time” (2019) y provocados por las cancelaciones de giras a causa de la pandemia del Covid-19, los liderados por John Petrucci se vieron obligados a trabajar inmediatamente en un álbum de estudio. Sin embargo, la gran diferencia respecto a otros procesos compositivos vividos anteriormente, es que esta vez ellos armaron su propio estudio, el Dream Theater Headquarters, en el cual pudieron estar mucho más cómodos y “en confianza”, para dejar fluir los sentimientos en canciones más emotivas que metaleras, uno de los aspectos más distintivos de esta placa 2021. Y es que es cierto, el antiguo dicho “no hay lugar como el hogar” aplica perfectamente en este caso, un proceso donde participaron activamente todos los miembros de DT, salvo James LaBrie, quien por precaución se mantuvo trabajando a distancia, para recién juntarse físicamente con sus compañeros en la parte final de la grabación. Este hecho provocó que “AVFTTOTW” suene más orgánico, más sincero, con un Mangini que por fin se siente absolutamente cómodo tras la batería, pese a los insistentes rumores del regreso de Mike Portnoy, sobre todo tras la reunión de Liquid Tension Experiment.

El primer aliento fue conocido con antelación. ‘The Alien’ es una canción potente, pero que genera rangos melódicos vocales en los que LaBrie no necesita forzar la voz “metalerizándola”, sino que explotando su bello color y tonos que se sienten proporcionados a un álbum que enfatiza, por sobre todo, las armonías más melosas de los álbumes de finales del 90 y principios del 2000. Como es de costumbre (incluso acentuándolo esta vez), las canciones son de extenso minutaje; sólo siete cortes, donde el final dura nada menos que sobre los veinte minutos. No obstante, el pináculo de lo emotivo está en el track 5, con un ‘Transcending Time’ melódico, muy en la onda más popera de Rush, desarrollando ese lado de Dream Theater que a veces se pierde en el afán de sonar más pesados, pero que aquí brilla como en el mejor de los singles radiales, ese que muchas veces han buscado los newyorkinos.

Si este álbum hubiese sido el sucesor de “A Dramatic Turn of Events” (2011), probablemente no estaríamos hablando del “bache” que tuvo DT en los últimos años. No es justo decir que las últimas placas fueron deficientes, muy por el contrario, pero si es cierto que no lograron captar la atención de los fanáticos, ni menos sorprenderlos como los otros álbumes de la discografía. Sin embargo, esta placa pareciera que viene a retomar el pedestal que Petrucci y los suyos se han ganado en casi cuarenta años de carrera. En definitiva, al parecer la mirada desde la cima del mundo no fue para apreciar lo que sucede con el resto, sino que fue una introspección que los hizo reencontrarse con el alma que había estado un tanto perdida.

Rodrigo Bravo Bustos