El espíritu de Pirincho

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis248, febrero de 2024)

 

Si te gusta la música, y particularmente el rock, es muy probable que te hayas topado con la voz de Sergio Pirincho Cárcamo. Son más de 50 años al servicio de la radiofonía nacional, compartiendo y acompañándonos a través de esas “antenas rebosantes de energía”, como diría Rush en ‘The spirit of radio’, una historia que Paola Zúñiga y Rodrigo Cabrillana recogen en el libro El espíritu de la radio, texto que abarca desde sus días como miembro de los Cuatro Hit’s hasta su presente en Radio Futuro. «Pirincho tuvo la suerte de estar en el momento y lugar indicado», nos cuentan sus autores. 

                                                                                              Por Pablo Cerda

                                                                                           

«En los setentas, la radio FM era una especie de foro libre para la música. Los DJ tocaban música durante una hora, hablaban de la canción y no había comerciales. Era libre, una plataforma para expandir la música en ese tiempo», recuerda el guitarrista de Rush, Alex Lifeson, a propósito del concepto detrás de ‘The spirit of radio’ en un mega especial colaborativo entre las revistas Classic Rock y Prog en marzo del 2022. La canción que abre el increíble “Permanent Waves” (1981) es una crítica a la comercialización de este noble medio y defiende con nostalgia esa libertad que hoy en día es tan difícil de encontrar.

 

No es extraño, entonces, que el libro sobre Sergio Pirincho Cárcamo se llame, justamente, El espíritu de la radio. Él y la canción comparten los mismos valores. Si sintonizas la radio Futuro a las una de la tarde, esa “voz amigable y discreta” que imaginó el baterista Neil Peart y que Geddy Lee interpreta con tanto ahínco se puede materializar en Pirincho. El “hermano mayor”, como lo llaman en su emisora, te invita a seleccionar tu canción favorita y programarla en el dial a través de un audio de Whatsapp, en su programa Con la ayuda de mis amigos. Costumbres clásicas con métodos modernos, parte de la cercanía que lo ha convertido en todo un estandarte de la radiofonía nacional, con una historia que merece ser contada y que aún conserva su espíritu libre.

 

 

Retroalimentación emocional en una longitud de onda eterna

 

Paola Zúñiga y Rodrigo Cabrillana se habían dado un descanso de la promoción de El espíritu de la radio cuando los contactamos. Habían participado en varios foros y presentaciones, lo que da cuenta también del interés que despertó su trabajo. Este es el primer libro de Paola, que viene del ámbito educativo, pero dice que ya le agarró el gusto a la investigación. «Si bien, he hecho dos tesis, esta es mi primera vez haciendo una investigación acerca de música», nos cuenta. «Me gustó mucho este trabajo porque se me abrían compuertas. Tienes un inicio, pero terminas estudiando otra rama y eso ha sido muy enriquecedor en el ámbito personal».

 

En el caso de Rodrigo, este vendría siendo su tercer libro relacionado a la música, después de Noches de rock & roll. Crónicas de rock penquista (1981-1991) (2020) y Estallar en mil pedazos y ser feliz: Una crónica del disco Fome, Los Tres (2022), por lo que se siente preparado para encarar otro tipo de contenidos. «A lo mejor, más adelante van a salir más ideas y proyectos. Ya escribí tres libros sobre música y creo que está bien. Me gusta mucho la ficción, a lo mejor podría escribir una novela».

 

En todo caso, El espíritu de la radio los tiene bastante satisfechos. Es un homenaje en vida a un personaje demasiado fundamental para nuestra historia musical. Como el mismo Reiniero Guerrero sugiere en la contraportada del libro, Pirincho «es de las personas que hay que seguir rescatando por siempre, mucho más en un país al que le cuesta tanto reconocer a sus héroes». Con sus más de 50 años de trayectoria que no resisten comparación con ninguna otra figura, la curatoría, el legado y la mística del hermano mayor es «retroalimentación emocional en una longitud de onda eterna», que sigue «portando ese regalo inapreciable, casi gratis» de su compañía, como escribiría alguna vez el profesor Neil Peart.

 

 

¿Cómo surgió la idea de escribir El espíritu de la radio?

Paola Zúñiga: Como lo hemos conversado en varios paneles, la idea se fue dando de manera circunstancial. Inicialmente, teníamos un proyecto acerca del jazz en Chile al que fui invitada gracias a Rodrigo. Después de investigar sobre el tema, nos desencantamos y ahí surgió el dilema de seguir adelante con lo que teníamos o comenzar con otra temática. Se propuso el tema de abordar la historia de la radiofonía en Chile en las décadas de los ochenta, los noventas y los 2000. Dado que Rodrigo venía trabajando sobre la escena del rock penquista y también indagó bastante sobre la radio de la Universidad de Concepción y varias estaciones emblemáticas de la época, podíamos rescatar a varios personajes emblemáticos a fin de dar un contexto histórico y social.

 

¿Y cómo llegaron de ese marco tan general a la historia de Pirincho en particular?

PZ: Como el arco de investigación era muy amplio, teníamos que acotar. En ese contexto, fuimos preguntando sobre las figuras más trascendentales de la radio y todos los relatos convergen en el mismo personaje: Sergio Pirincho Cárcamo. Eso generó un punto de inflexión y se sumó a la experiencia en un taller de literatura que tomamos con el periodista musical argentino Sergio Marchi, él nos encaminó. En ese momento, él vio que había una investigación relevante, así que nos contactamos con Pirincho e hicimos este levantamiento histórico en torno a él.

 

Entrando ya en el libro propiamente tal, lo primero que llama la atención son los inicios de Pirincho como músico, un dato que quizá muchos no conocían. ¿Cómo fue encontrarse con esa historia?

Rodrigo Cabrillana: Cuando investigué sobre la radio de Concepción, conseguí muchos contactos, entre ellos, Miguel Davagnino, quien me habló de toda la escena de Valparaíso en las décadas de los cincuentas y sesentas, eso fue llamativo, ya que eran los inicios de la “mirada pirinchistica” de abordar el rock ‘n roll, de encontrar el punto de conexión con esa música que él tanto ama junto a las bandas del Puerto Principal, como Los Blue Splendor. Cuando Miguel nos dio esas luces, supimos que había que retroceder y, a la vez, teníamos la investigación bibliográfica de Carlos Costas, en su libro La voz de Pirincho. De hecho, Carlos nos ayudó harto, lo entrevistamos dos veces, también recibimos ayuda de Larry Wilson y Aguaturbia, Paola entrevistó a un integrante de Los Blue Splendor. De ahí, comencé con la investigación sobre esa escena porteña y de poco a poco se fue construyendo la perspectiva de esos años.

PZ: La conexión con Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué es una historia interesante que se fue construyendo a partir de hechos fortuitos, conexiones inexplicables y encuentros sincrónicos. En el caso de Los Blue Splendor, conseguí su participación cuando se presentaron en el cierre del evento de La corvina más grande del mundo, en Concón. Le dije a Rodrigo que iba a ir a verlos para hacerles unas preguntas. Cuando aceptaron, pude conversar con Carlos Cifuentes, el saxofonista de la banda, y valoró el conocimiento de Pirincho. Los Blue Splendor fueron una de las bandas pioneras del rock ‘n roll del puerto, compartieron escenario con la banda de Pirincho y también dieron realce al programa de Davagnino, todas esas historias estaban interconectadas.

 

¿Cómo se dio la dinámica de trabajo entre ustedes para ir armando todo este puzle?

PZ: Nos ayudamos mucho. Si Rodrigo hacía algunas preguntas, yo me encargaba de la transcripción y así se iba elaborando el proceso investigativo.

RC: Fue un trabajo colaborativo porque nos dividimos muchas veces, aunque, en general, trabajamos juntos, pero cuando uno tenía la opción de apoyar un poco más, lo hacía. Nos dimos cuenta de que había una historia muy bonita de contar y que no se había profundizado en el libro de Carlos. Eso se complementó con algunos archivos que recibimos de varios periodistas de la Radio Uno y de la Radio Rock & Pop, por ejemplo, Sergio Cancino y Francisco Tapia Robles. De hecho, Francisco nos compartió podcasts que no había editado y varias personas aportaron a este material.

PZ: Pirincho tiene una comprensión exhaustiva desde el ámbito musical y comunicacional, eso tiene que ver con el contexto porteño y su paso por los Cuatro Hit’s, quienes telonearon a The Platters en el casino de Viña del Mar. Hay un hilo conductor que une a las bandas de Valparaíso con el movimiento de la Nueva Ola, y todo eso le permitió tener un rico bagaje en lo musical y lo personal para después llevarlo al ámbito comunicacional.

 

 

El libro tiene una estructura muy interesante, pasa por Radio Minería, por Radio Valentín Letelier, por Radio Futuro. Es como si Pirincho fuera la columna vertebral de la radiofonía en Chile, ¿ustedes lo sienten así?

PZ:  Por lo que hemos indagado, es un eje articulador muy importante, como dices, Pirincho es la columna vertebral en lo comunicacional, pero también en la injerencia que tuvo en los músicos y en la escena gracias a una curatoría que partió en las radios de Valparaíso. Fabio Salas dice que muchos de los artistas que sonaban en esa época, de rock experimental o de vanguardia, sonaban primero en el puerto y después se expandieron a otras regiones. También tuvo influencia en otras radios de los ochentas para mostrar lo que ocurría en el Canto Nuevo, la Nueva Canción Chilena, en mostrar a bandas de rock y pop latino. 

RC: Pirincho tuvo la suerte de estar en el momento y lugar indicados. Cuando Los Jaivas presentaron su primer single, el lado A era ‘Ayer caché’ y el lado B era ‘Todos juntos’, a Pirincho le gustaba más el lado B y los alentaba a que lo presentaran. Aparte de Los Jaivas, difundió a bandas como Congreso, Los Prisioneros o Emociones Clandestinas, es un divulgador por excelencia incluso hasta el día de hoy. Siento que es como un Rolling Stone, lleva más de 50 años en la radio, creo que nadie tiene esa trayectoria.

 

Mencionaron el libro La voz de Pirincho de Carlos Costas. ¿Cuáles son las diferencias que tienen ambos trabajos? 

RC: Carlos fue muy generoso con nosotros, no tuvo “celo autoral”, al contrario. La voz de Pirincho fue una referencia para no repetir lo que está ahí. Aparte, el libro de Carlos es sobre las conversaciones que él tuvo con Pirincho. El aporte de Pirincho está en nuestro libro, pero también aparecen músicos, colegas y productores. La voz de Pirincho es la secuela y El espíritu de la radio es la precuela. Recomendaría a los lectores que lean ambos, primero el de Carlos y después el nuestro. Son libros complementarios.

PZ: Lo que nos interesaba también era generar un texto con múltiples voces y así, preservar la memoria múltiple. Esta es una mirada a los hitos de Pirincho dentro de la radiofonía, en cambio, el libro de Carlos tiene un tono más distendido, ya que ellos hablan de diversos temas como el fútbol, la filosofía, etc. Además, en El espíritu de la radio quisimos adentrarnos a la prehistoria musical de este Valparaíso salvaje, en esta faceta musical de Pirincho que está en el anonimato, pero, sobre todo, queríamos colorearla bastante con las voces de estos cercanos que realzan su figura.

RC: Carlos contaba que Pirincho es muy místico y, de repente, esa mística nos traspasó a nosotros.

 

¿En qué situaciones se vieron empapados de esta “mística de Pirincho”?

PZ: Después de estar muchas horas leyendo, escuchando e investigando sobre él, me desperté en la madrugada con la sensación de haber escuchado su voz en mi cabeza y me decía que, si quería hacer esto, que lo hiciera de corazón. Sentí su presencia.

RC: Hubo veces en que no podíamos dar con ciertos músicos que queríamos incorporar, como Claudio Parra de Los Jaivas o Ernesto Holman, ex bajista de Congreso, siempre estaban ocupados y era difícil contactarlos. Resulta que un día, junto a Paola, ¡nos encontramos a Claudio Parra en el centro de Valparaíso! Logramos conversar con él y le hicimos una entrevista. En el caso de Ernesto, me lo topé en el teatro Nescafé de las Artes viendo a Stick Men, la banda de Tony Levin. Ernesto se sentó delante mío junto a Joe Vasconcellos, así que los saludé y aproveché para entrevistarlos. Las sincronías eran bien grandes, se sentía la mística de Pirincho.

 

¿Tuvieron otras dificultades durante el proyecto?

RC: Fue un proyecto difícil, ya que fue autogestionado, nosotros no teníamos patrocinio ni nada, casi al final encontramos la editorial. Tuvimos los temas clásicos de financiamiento que tienen este tipo de proyecto, por ejemplo, los costos de viajes. Pasamos muchas horas en Zoom, ya que esto comenzó en la pandemia. Una vez estuvimos 16 horas conectados para trabajar.

PZ: La investigación también concentra mucha energía, uno pasa por distintos momentos personales.

RC: Surge el agotamiento, pero ahora hemos tratado de estar desconectados con Paola para recuperar energías. Para nosotros fue un año muy intenso, pero valoramos que se haya cumplido el objetivo.

 

¿Se podría establecer un paralelo entre Pirincho y otras figuras de la radiofonía internacional como Bob Harris o John Peel, a partir de su curatoría y legado?

PZ: No podemos compararlo con lo anglo, ni con otro referente. El espíritu de Pirincho responde al espíritu de la época y eso es lo que se tiene que visibilizar, más que comparar.

RC: No se puede establecer ese paralelo con nombres que están en otros contextos. Es como cuando comparan a Los Prisioneros con The Clash, la verdad es que cada uno tiene su esencia. En este caso, Pirincho hizo historia en la música chilena y a partir de ahí se genera el reconocimiento. Pirincho es Pirincho.